Vuelta a las andadas

Sobre el Tribunal Constitucional vuelve a cernirse la sombra de una prolongada y an¨®mala pr¨®rroga de funciones respecto a cuatro de sus magistrados. Ese riesgo parec¨ªa haberse conjurado con el acuerdo entre el PP y el PSOE para designar a los cuatro magistrados del cupo del Senado que estaban a la espera de su renovaci¨®n desde hace tres a?os, pero ha surgido de nuevo ante la renovaci¨®n de los cuatro magistrados del cupo del Congreso, cuyo mandato termin¨® en noviembre pasado.

El motivo de la discordia sigue siendo el empe?o del PP en presentar como candidato al portavoz del anterior Consejo del Poder Judicial y actual magistrado de la Audiencia Nacional Enrique L¨®pez, al que el PSOE no reconoce t¨ªtulos ni una trayectoria profesional que avalen "la reconocida competencia" y el grado de especializaci¨®n jur¨ªdica exigibles a un magistrado del Constitucional.

Ante esta situaci¨®n, que amenaza con trasladar al Congreso el problema que ha bloqueado durante tres a?os la renovaci¨®n de los magistrados del cupo del Senado, resultan oportunos, adem¨¢s de pertinentes, los reproches dirigidos a las fuerzas pol¨ªticas por la hasta ahora presidenta del TC, Mar¨ªa Emilia Casas, por el incumplimiento de plazos en la designaci¨®n de magistrados, las "c¨¢balas y supuestas negociaciones al margen del Parlamento" que ese incumplimiento suscita y "el uso abusivo de las recusaciones de magistrados" que comporta "el riesgo cierto de manipulaci¨®n de la composici¨®n del tribunal".

El coordinador de Justicia del PP, Federico Trillo, ha debido sentirse blanco de esos reproches, a juzgar por la virulencia con que los ha rechazado, negando a Casas legitimidad para criticar el retraso del Parlamento tras haberse demorado tres a?os el TC en dictar la sentencia sobre el Estatuto catal¨¢n. ?Pero no habr¨ªa tardado menos el TC de no haber tenido que dedicar tiempo y esfuerzos a resolver la recusaci¨®n del magistrado P¨¦rez Tremps por parte del PP y la cascada de incidentes que esa recusaci¨®n trajo consigo?

En vez de rechazarlos, lo que deber¨ªa hacer Trillo, en su condici¨®n de coordinador de Justicia del PP, es intentar que los reproches de Casas dejaran de estar justificados. La insistencia del PP en colocar en el Congreso un candidato previamente rechazado en el Senado hace temer que esos reproches sigan siendo igualmente v¨¢lidos. Mariano Rajoy considera que el PSOE no est¨¢ legitimado a poner pegas a sus candidatos si el PP no las pone a los suyos.

En contra de lo que sugiere Rajoy, la designaci¨®n de candidatos a magistrado del TC es algo m¨¢s serio que un intercambio de cromos: las fuerzas pol¨ªticas est¨¢n obligadas a ejercer un mutuo control de idoneidad sobre sus respectivos candidatos. Y L¨®pez queda lejos de alcanzar los m¨ªnimos exigibles, por lo que ser¨ªa lamentable que por su causa el PP interrumpiera el proceso de normalizaci¨®n del TC puesto en marcha con la esperada renovaci¨®n de sus cuatro magistrados por el cupo del Senado.