"La vejez es una ¨¦poca envidiable"
Juan Goytisolo cumpli¨® 80 a?os el 6 de enero. Lo celebra con la publicaci¨®n del octavo volumen de su obra completa Guerra, periodismo y literatura (Galaxia Gutenberg / C¨ªrculo de Lectores). Est¨¢ activo, muy activo. Se ha involucrado personalmente en la edici¨®n: ha revisado, modificado o hecho introducciones en un volumen que muestra su trayectoria intelectual y ¨¦tica.
Para Goytisolo fue ayer inevitable hablar de T¨²nez. "No me extra?a lo que sucede. Es el ¨²nico pa¨ªs ¨¢rabe que ha tenido una experiencia democr¨¢tica y laica. Ahora era una cleptocracia, un estado policial. La autoinmolaci¨®n de un joven, el esc¨¢ndalo que se cre¨® por los papeles de Wikileaks y la influencia de las nuevas tecnolog¨ªas ha hecho que la poblaci¨®n estallase". "?Efecto contagio? No creo. Quiz¨¢ Egipto, donde la oposici¨®n se siente tan ahogada como en T¨²nez y donde aumenta la pobreza".
"No me extra?a lo de T¨²nez. Era una cleptocracia y un estado policial"
"El Premio Nacional me sent¨® como un tiro. No quiero ser un bien nacional"
Pregunta. En la introducci¨®n de este volumen dice que el ordenamiento que ha hecho de su pensamiento cr¨ªtico le ha ayudado en la b¨²squeda de la serenidad propia de la vejez.
Respuesta. Cuando llega la vejez no necesitas competir con nadie. La vejez es una ¨¦poca envidiable. Con la edad tomas distancia, estoy y no estoy.
P. Es obvia la relaci¨®n que hay entre sus art¨ªculos period¨ªsticos y la creaci¨®n literaria.
R. La creaci¨®n es paralela a la reflexi¨®n cr¨ªtica y literaria. Son inseparables. Tras mis viajes a Sarajevo y los art¨ªculos que publiqu¨¦, escrib¨ª Ciudad sitiada y El sitio de los sitios. Quer¨ªa poner a los lectores en la misma situaci¨®n de los sitiados de Sarajevo. Tambi¨¦n fue mi venganza contra la Europa indiferente.
P. Ten¨ªa m¨¢s de 60 a?os cuando decidi¨® ir a Bosnia. ?Por qu¨¦ lo hizo?
R. En la primavera de 1993 viv¨ª dos meses en Berl¨ªn, donde me encontr¨¦ con Susan Sontag. Ella me dijo: "Tienes que ir a Sarajevo". Y fui. Nunca le agradec¨ª suficientemente esta incitaci¨®n.
P. M¨¢s de 20 a?os despu¨¦s ?c¨®mo lo ve?
R. La convivencia entre comunidades que exist¨ªa antes del nacionalismo serbio de Milosevic ha desaparecido.
P. En De la Ceca a la Meca, incluido en el libro, se ve su inter¨¦s y preocupaci¨®n por las relaciones entre el islam y Occidente.
R. Los textos partieron de las dos series que hice para TVE, Alquibla I y Alquibla II. Quer¨ªa mostrar la diversidad del mundo musulm¨¢n, la cultura, la arquitectura, la m¨²sica, las tradiciones... Una cosa es ser musulm¨¢n, otra ser islamista y otra pertenecer a Al Qaeda o a uno de esos grupos en los que la gente se inmola.
P. Habla de que el principio fue la guerra del Golfo.
R. La videoguerra del Golfo, una oficina de propaganda para difundir mentiras. Hoy eso ya no es posible. No es posible el silencio pl¨²mbeo sobre la matanza de 8.000 bosnios en Srebrenica el 11 de julio de 1995. El silencio dur¨® 40 d¨ªas y quien lo rompi¨® fui yo, que pude enterarme en Sarajevo por los testimonios de algunos que pudieron escapar. Ahora lo vemos todo en directo.
P. Ha cumplido 80 a?os, ?se arrepiente de algo?
R. He hecho algunas rectificaciones. Me puedo arrepentir del art¨ªculo Pueblo en marcha que escrib¨ª con el entusiasmo de 1961 sobre la revoluci¨®n cubana. Me desenga?¨¦. Hay que dar cuenta de estas cosas.
P. Nunca se afili¨® al Partido Comunista.
R. Mucha gente de mi edad, s¨ª. No entr¨¦, lo que me evit¨® ser anticomunista. Cuando visit¨¦ la URSS cont¨¦ lo que ve¨ªa. Nos dec¨ªan una cosa y ve¨ªamos otra. Hay un abismo entre la realidad y la realidad ideologizada.
P. Le han preguntado muchas veces qu¨¦ lugar ocupa en la literatura espa?ola y contesta que ninguno. No es posible.
R. Eso lo decidir¨¢ la historia. Mi trayectoria es singular, no creo en las agrupaciones generacionales. Mi literatura es an¨®mala.
P. ?Qu¨¦ quiere decir?
R. Que he roto moldes.
P. Lo hizo con Se?as de identidad y, sobre todo, con Don Juli¨¢n.
R. Estaba en T¨¢nger y contemplaba la costa espa?ola. Fue f¨¢cil identificarme con la figura de don Juli¨¢n para buscar las ra¨ªces del nacionalcatolicismo. Estaban en la Inquisici¨®n.
P. ?C¨®mo ve hoy a la Iglesia en Espa?a?
R. Regresa cierto esp¨ªritu de cruzada. Su Antig¨¹edad Benedicto XVI habl¨® de que hay que reconquistar Espa?a. Solo se me ocurre el humor para hablar de ella.
P. Ha recibido muchos premios, el Juan Rulfo, el Nelly Sachs, el Octavio Paz, el Nacional de las Letras...
R. Este me sent¨® como un tiro. Nunca he querido ser un bien nacional. Me molest¨®, pero acept¨¦.
P. ?Y el Don Quijote?
R. Me encant¨®. Como dice Carlos Fuentes soy de nacionalidad cervantina.
P. En marzo recibir¨¢ en Ramala el primer Premio de la Fundaci¨®n Mahmud Darwish.
R. Me honra y me quita el mal sabor de boca que me dej¨® aquel premio internacional que quisieron darme y que supe que estaba dotado por Gadafi. No tiene dotaci¨®n, ni yo hubiera aceptado un solo centavo palestino.
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