La qu¨ªmica se plantea su futuro al celebrar su a?o internacional
La energ¨ªa y el medio ambiente son temas urgentes para la ciencia
A partir del 27 de enero una avalancha de actos, congresos, escuelas, talleres y exposiciones con el denominador com¨²n de la qu¨ªmica se desarrollar¨¢n en todo el mundo, con el objetivo central de celebrar esta disciplina y ponerla en el contexto que realmente tiene por derecho propio. Ese d¨ªa comenzar¨¢ oficialmente el A?o Internacional de la Qu¨ªmica con el acto de apertura en Par¨ªs, organizado por la Unesco y la Uni¨®n Internacional de Qu¨ªmica Pura y Aplicada.
En Espa?a el acto oficial de lanzamiento ser¨¢ en febrero en la sede central del CSIC en Madrid, uno de los centros que m¨¢s y mejor qu¨ªmica desarrollan en nuestro pa¨ªs.
Hoy d¨ªa la mayor parte de nuestros ciudadanos sabe que la qu¨ªmica es la ciencia que estudia la materia que nos rodea y que la transforma mediante las denominadas reacciones qu¨ªmicas. Sin embargo, la qu¨ªmica es mucho m¨¢s que esta definici¨®n formal. Forma parte de nuestro universo cotidiano y todo lo que somos y todo lo que nos rodea es qu¨ªmica.
El conocimiento acumulado permite afrontar los retos mejor que nunca
Hace 100 a?os que Marie Curie recibi¨® el Premio Nobel de Qu¨ªmica
Este A?o Internacional de la Qu¨ªmica es una magn¨ªfica oportunidad para que los qu¨ªmicos cambiemos nuestro discurso cotidiano de que "la qu¨ªmica tiene mala imagen en nuestra sociedad", por otro en donde anunciemos las tremendas expectativas que nuestra ciencia tiene para mejorar sustancialmente la calidad de nuestra vida y hacer nuestro futuro mucho mejor. Los problemas m¨¢s importantes a los que se enfrenta nuestra civilizaci¨®n requieren el concurso de todas las ciencias de un modo coordinado, especialmente de la qu¨ªmica, a la que se le denomina ciencia central. Es, por tanto, el momento de utilizar la celebraci¨®n como resorte para impulsar su conocimiento y, tambi¨¦n, para se?alar aquellos problemas cuya soluci¨®n final no podr¨¢ alcanzarse sin su concurso.
La prestigiosa revista Nature, en su primer n¨²mero de este a?o, incide en este aspecto se?alando lo que, en opini¨®n de ciertos qu¨ªmicos prestigiosos, nos encontraremos en nuestro futuro pr¨®ximo. Sin embargo, los problemas fundamentales a resolver en el futuro y en donde nuestra civilizaci¨®n, entendida como tal, se juega el ser o no ser ya hab¨ªan sido se?alados por anterioridad por qu¨ªmicos como George M. Whitesides (MIT), quien afirma que nunca como ahora la qu¨ªmica hab¨ªa tenido mejores oportunidades y una investigaci¨®n m¨¢s importante que llevar a cabo para resolver problemas en ciencia fundamental y en ciencia aplicada, que son los que realmente importan a la sociedad.
En este sentido, a pesar de que algunos cient¨ªficos (no qu¨ªmicos) consideran la qu¨ªmica una ciencia ya hecha sin grandes problemas que abordar, es preciso se?alar con rotunda contundencia que cuestiones fundamentales en el ser humano tales como la comprensi¨®n de la c¨¦lula y la naturaleza de la vida, el origen de la vida, el reconocimiento molecular en agua o las bases moleculares del sentido de la percepci¨®n y la inteligencia son algunas de las preguntas a¨²n sin respuesta que preocupan al ser humano y que ser¨¢ necesario responder para llegar realmente a saber y entender lo que somos.
Pero, adem¨¢s, hay cuestiones no menos importantes que afectan al desarrollo del bienestar social y mantenimiento del medio donde vivimos que, aunque consideradas cuestiones pr¨¢cticas, requieren, incluso, ser abordadas con mayor urgencia desde el ¨¢mbito de la ciencia. Me refiero al problema central de la energ¨ªa y los derivados de la misma, como conservaci¨®n del entorno, calentamiento global, contaminaci¨®n, falta y calidad de agua y de alimentos, etc¨¦tera.
Todo esto sin descuidar la necesidad del avance de la qu¨ªmica en aspectos tan importantes como el dise?o y preparaci¨®n de nuevos f¨¢rmacos que permitan atajar enfermedades actuales a¨²n no controladas y afrontar las que est¨¢n por venir. Y, por ejemplo, el desarrollo de nuevos y m¨¢s eficaces catalizadores que optimicen los procesos de producci¨®n (econom¨ªa at¨®mica y eliminaci¨®n de subproductos y disolventes contaminantes) de la inmensa cantidad de productos qu¨ªmicos que nuestra sociedad demanda. Es decir, el reto ser¨¢ llegar a una qu¨ªmica verde, que exigir¨¢ redise?ar nuevos procesos qu¨ªmicos trabajando en condiciones menos extremas, es decir, hacer una qu¨ªmica mejor y m¨¢s creativa.
La qu¨ªmica se enfrenta, as¨ª, a numerosos retos trascendentales para nuestra sociedad como, seguramente, nunca antes lo haya hecho. Sin embargo, el alto grado de conocimiento generado tanto en la manipulaci¨®n y modificaci¨®n de las mol¨¦culas (s¨ªntesis) como en la determinaci¨®n estructural de los nuevos compuestos obtenidos (t¨¦cnicas instrumentales y espectrosc¨®picas) y los nuevos materiales creados con propiedades no convencionales hacen que nunca como ahora se puedan afrontar estos retos con mayores garant¨ªas.
La ciencia y, por ende, la qu¨ªmica, es una de las creaciones m¨¢s sublimes del hombre pero, tambi¨¦n, de la mujer. Este a?o se celebra el centenario de la concesi¨®n del Premio Nobel de Qu¨ªmica a Marie Curie en 1911 por el descubrimiento de dos elementos qu¨ªmicos radiactivos, el polonio y el radio, hecho sucedido en 1898. No hay duda de que ninguna otra mujer tuvo una trascendencia para la ciencia y para el avance social de la mujer como ella, quien adem¨¢s de haber recibido previamente en 1903 el Premio Nobel de F¨ªsica (compartido con su esposo, Pierre Curie, y con Henri Becquerel) por sus contribuciones al descubrimiento de la radiactividad espont¨¢nea, fue, tambi¨¦n, la primera mujer que imparti¨® clases en la universidad, cuando en 1906 acept¨® la c¨¢tedra de F¨ªsica de la Sorbona en Par¨ªs.
La presencia de la mujer en la ciencia es un hecho relativamente reciente. Baste recordar que, en Espa?a, la primera mujer que se matricul¨® en una universidad fue Mar¨ªa Elena Maseras en 1872, gracias a un permiso especial del rey Amadeo de Saboya y que hace tan solo 100 a?os que se aprob¨® el decreto por el que se permit¨ªa la matriculaci¨®n de mujeres en la universidad.
Aunque, afortunadamente, esta situaci¨®n puede considerarse normalizada, seg¨²n un informe del CSIC no existen diferencias entre la producci¨®n cient¨ªfica de hombres y mujeres, pero s¨ª diferencias sustanciales en el acceso a puestos de mayor responsabilidad y sueldo y, por tanto, en el reconocimiento profesional. Es tarea urgente y responsabilidad de todos, tanto en el ¨¢mbito institucional p¨²blico y privado como en el personal, terminar con esta diferencia que, hoy d¨ªa, no es sino una discriminaci¨®n inaceptable.
Ante tal cantidad de retos importantes no ser¨ªa casual que los a?os venideros sean espectadores de una aut¨¦ntica "revoluci¨®n qu¨ªmica". 2011 podr¨ªa ser el a?o cero.
Nazario Mart¨ªn Le¨®n es catedr¨¢tico de Qu¨ªmica de la Universidad Complutense y presidente de la Real Sociedad Espa?ola de Qu¨ªmica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.