Cultura y pol¨ªtica: el legado de Tierno Galv¨¢n
Se cumplen 25 a?os de la muerte del "viejo profesor", el alcalde socialista de Madrid cuya figura paternal y festiva ha ocultado, en cierta manera, su larga y fecunda trayectoria intelectual y pol¨ªtica
Hace 25 a?os, el 19 de enero de 1986, fallec¨ªa en Madrid, con 67 a?os, Enrique Tierno Galv¨¢n, el "viejo profesor". El pueblo madrile?o, sin distinci¨®n de ideas, ocupando plazas y calles, en multitud impresionante cercana al mill¨®n de personas, desped¨ªa con l¨¢grimas y rosas a su alcalde paternal y festivo: "Tierno, amigo, el pueblo est¨¢ contigo". Tierno, en efecto, supo unir a j¨®venes y mayores en el respeto y en el afecto. Su entierro, con esta manifestaci¨®n de duelo, no desped¨ªa solo a un buen alcalde, a un intelectual riguroso o a un pol¨ªtico conocido. Tal vez, en el imaginario ciudadano, era algo m¨¢s: la despedida, con un extendido "hasta siempre", a un hombre honesto y a un presidente de Rep¨²blica non nata.
Ante todo, fue un gran intelectual comprometido en busca de una convivencia pac¨ªfica
Intent¨® construir un nuevo socialismo, heterodoxo y radical, humanista y abierto
Todos los medios de comunicaci¨®n, en titulares de primera p¨¢gina y editoriales, destacar¨¢n su biograf¨ªa y personalidad irrepetible. Condolencias, mensajes, declaraciones de amigos y adversarios, reiterar¨¢n esta excepcionalidad. Aunque agn¨®stico, tendr¨¢ funeral religioso y laico. En San Francisco el Grande, el arzobispo de Madrid, ?ngel Suqu¨ªa, pronunciar¨¢ una homil¨ªa de reconocimiento: "Fue -dir¨¢- imagen de los buenos mortales, de la elegancia en el trato, de la buena crianza: supo hacer de la pol¨ªtica una confrontaci¨®n de ideas y proyectos, no de personas". Probablemente en el cardenal estaba presente una frase cr¨ªptica de Tierno: "Dios no olvida nunca a un buen marxista". Esta ¨²ltima aventura pol¨ªtica del "viejo profesor", la m¨¢s conocida sin duda, con sus Bandos traviesos y barrocos, con rega?inas de abad liberal, con su movida cultural, en cierta manera ha ocultado su larga y fecunda trayectoria intelectual y pol¨ªtica durante d¨¦cadas anteriores.
?Qui¨¦n fue realmente Enrique Tierno? Enigma y misterio, carisma y mito, han rodeado siempre esta fuerte personalidad. Ante todo, Tierno fue un gran intelectual comprometido en busca de una convivencia pac¨ªfica. Como muchos espa?oles vivi¨® tiempos dif¨ªciles: tiempos de convulsiones y enfrentamientos fratricidas, de posguerras de vencedores y humillados, de hambres, c¨¢rceles y silencios y, sobre todo, del Gran Miedo. Tambi¨¦n tiempos de despegues, de luchas para superar heridas en ambos bandos, de batallas para salir del oscurantismo cultural y reencontrar las libertades perdidas. Y, dentro de estos contextos, en Tierno habr¨¢ siempre un norte reconciliador: "la Guerra Civil -reiterar¨¢- debe ser asumida como un hecho hist¨®rico".
Tierno nace en Madrid en 1918: castellano viejo, por su procedencia soriana, como Dionisio Ridruejo y Marcelino Camacho. Comienza sus estudios universitarios, ingresa en la Federaci¨®n Universitaria EScolar (FUE), elige el bando republicano en la Guerra Civil, como soldado. A los 21 a?os, comienza su nueva vida de exiliado interior: un vencido "rojo" en una Espa?a "azul". En los a?os cuarenta finaliza las carreras de Derecho y Filosof¨ªa, da clases particulares para sobrevivir, se casa, tiene dos hijos. Ser un oscuro estudiante vencido en la Espa?a triunfal de los vencedores moldear¨¢ su car¨¢cter intimista: la distancia, aunque cort¨¦s, en el trato; la discreci¨®n y austeridad en todo y, en el vestir, siempre de gris; la conversaci¨®n, pausada y amable, que no exclu¨ªa firmeza de convicciones. Y siempre con una iron¨ªa sutil, a veces incisiva y medio burlona.
En 1948 se producir¨¢ su primer despegue. Con el apoyo de su valedor y amigo, Carlos Ollero, logra la c¨¢tedra de Derecho Pol¨ªtico en Murcia y, posteriormente, se traslada a Salamanca. En esta Universidad comienza propiamente su nuevo punto de partida: unir trabajo intelectual y acci¨®n pol¨ªtica. Tierno tiene solo 35 a?os, pero representa muchos m¨¢s: en realidad, Tierno fue siempre mayor. Su modernidad transgresora no se correspond¨ªa a su aspecto externo formal. Es en esta etapa cuando lo conozco. Sin molestarle -en el fondo, le gustaba- yo le comenzar¨¦ a llamar "viejo profesor", VP. Desde entonces, como alumno y ayudante, amigo y compa?ero, compartir¨¦ con Tierno todas las aventuras pol¨ªticas, con la excepci¨®n de la ¨²ltima, en permanente y casi diaria relaci¨®n, durante m¨¢s de 25 a?os. Ser¨¢ en Salamanca en donde Tierno funda un embri¨®n de grupo pol¨ªtico: una asociaci¨®n europe¨ªsta. Europa, en estos a?os cincuenta, era, a la vez, mito y meta, y tambi¨¦n instrumento de lucha pol¨ªtica encubierta. Aventura que, obviamente, durar¨¢ poco: el Gobierno disuelve la asociaci¨®n y jueces entusiastas nos procesan y env¨ªan brevemente a la c¨¢rcel de Carabanchel, donde conoc¨ª a Dionisio.
Los sesenta ser¨¢n ya a?os de acentuaci¨®n de protestas -estudiantes, obreros, profesionales-, conspiraciones m¨²ltiples, reuniones dentro y fuera de Espa?a, huelgas y represi¨®n. Tierno y Aranguren se convertir¨¢n en grandes referentes intelectuales y, Tierno, adem¨¢s pol¨ªtico. En 1965, con Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo, ser¨¢n expulsados de la Universidad espa?ola. En esta d¨¦cada clave, Tierno sigue escribiendo, conspirando y viajando. No tiene todav¨ªa 50 a?os y su producci¨®n intelectual es cuantiosa. Antonio Rovira ha realizado una gran labor: recopilar sus Obras completas. Han salido ya seis vol¨²menes, de m¨¢s de 1.000 p¨¢ginas cada uno, y muy pronto, un volumen m¨¢s, junto a otro de "acompa?amiento": de testimonios y semblanzas. En total, ser¨¢n ocho tomos, m¨¢s de 8.000 p¨¢ginas: muy pocos pensadores espa?oles han publicado tanto.
Adem¨¢s de viajar (Europa, Estados Unidos), Tierno conspira. En la calle de Marqu¨¦s de Cubas madrile?a, Emilio Cassinello, Manuel Medina y yo establecemos un despacho jur¨ªdico al que pronto se suma Tierno, convirti¨¦ndose en centro pol¨ªtico conspiratorio, con cobertura legal: all¨ª acudir¨¢n conspiradores m¨²ltiples, estudiantes y obreros sancionados, profesionales y periodistas, diplom¨¢ticos, pol¨ªticos y visitantes extranjeros. Desde un fondo libertario, Tierno intentar¨¢ construir un nuevo socialismo, heterodoxo y radical, humanista y abierto, desde el interior. Y, as¨ª, con evoluciones sucesivas de nombres, aparecer¨¢ un Frente Socialista, un Partido Socialista en el Interior (PSI) y, en fin, el Partido Socialista Popular (PSP). Con estas ¨²ltimas siglas participamos en las diferentes formaciones unitarias de la Oposici¨®n (Junta Democr¨¢tica, Platajunta), que viabilizar¨¢ la Transici¨®n a la democracia, y nos presentamos a las primeras elecciones de 1977, pero sin ¨¦xito. Antes de estas elecciones, tuve una discrepancia con Tierno: en una cena con Felipe Gonz¨¢lez, Javier Solana, Tierno y yo, se plante¨® ir juntos a las elecciones, PSOE y PSP, pero el "viejo profesor" no fue flexible, y erramos. Con todo, el PSP obtuvo cinco diputados: tres en Madrid (Tierno, Fuejo y yo). En 1978, se producir¨¢ la integraci¨®n del PSP en el PSOE y, fugazmente, Tierno ser¨¢ presidente de honor y, m¨¢s tarde, alcalde socialista de esta Villa y Corte. Fin de aventura, fin de utop¨ªa: "Pues nadie puede vencer el ma?ana" (Omar Jayyan).
?Tuvo Tierno frustraci¨®n pol¨ªtica? Aunque con ciertas dudas, creo que no: su cultura no era cultura de poder, s¨ª de transgresi¨®n y de avanzar. Como admirador de Spinoza, quer¨ªa abrir caminos y combinar ¨¦tica de convivencia tolerante con un singular horizonte ut¨®pico. Y buen conocedor de los cl¨¢sicos, sus mejores amigos, sab¨ªa muy bien que "los precursores y anticipadores nunca administran el poder".
En su ¨²ltimo ensayo, ya enfermo, publicar¨¢ una cr¨ªptica Carta a una profesora italiana sobre don Diego Hurtado de Mendoza, ficci¨®n barroca y libertaria, en donde, quiz¨¢s, puede encontrarse la respuesta a este enigma. Termina, as¨ª, don Enrique / don Diego, esta carta / confesi¨®n a la profesora (utop¨ªa): "No hubo en el postrer Renacimiento espa?ol persona m¨¢s independiente en s¨ª mismo que don Diego. Nunca se concedi¨® a s¨ª mismo mucho, pero nunca regate¨® nada de lo que suyo pudiera dar. Distante en lo esencial, pr¨®ximo a lo accesorio, estuvo tan cerca de Dios como un fil¨®sofo averro¨ªsta puede estarlo, tan pr¨®ximo a los dem¨¢s como un caballero puede permitirse. Si hubiera vivido don Diego en nuestros d¨ªas se habr¨ªa prendido de la belleza, gracia y sabidur¨ªa de usted para el consuelo de quienes, sin m¨¦rito, la admiramos. La Fortuna, que es envidiosa, no ha permitido que coincidan tantas virtudes. M¨¢ndeme, se?ora, como guste. He intentado cumplir un encargo. S¨¦ que no lo he hecho bien, pero la buena intenci¨®n y el esfuerzo no han faltado. Besa su mano su humilde servidor y amigo, Enrique Tierno Galv¨¢n".
Ra¨²l Morodo, abogado y catedr¨¢tico, fue secretario general del PSP y embajador en Par¨ªs (Unesco), Lisboa y Caracas.
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