Las mil y una historias
A los tres a?os adquiri¨® la adicci¨®n incurable por las narraciones. En su casa a unas las llamaban "cuentos" y formaban parte del repertorio tradicional. Las otras eran "sucedidos", historias que en teor¨ªa fueron hechos reales transfigurados por la magia del relato. Ambas estaban enmarcadas por una guerra lejana que, sin embargo, lo invad¨ªa todo mediante la radio, los noticieros cinematogr¨¢ficos, los peri¨®dicos y las revistas que le¨ªan sus padres y sus abuelos.
Por un momento se crey¨® que estaba a punto de acabar su impunidad de espectador. El avance japon¨¦s en el Pac¨ªfico resultaba incontenible. Se preparaba la invasi¨®n de M¨¦xico como punto de apoyo para atacar a Estados Unidos. Hab¨ªa oscurecimientos y ejercicios militares en las calles.
Tarde o temprano
(Poemas 1958-2009).
Tusquets. Barcelona, 2010.
840 p¨¢ginas. 28 euros.
CD. Fondo de Cultura Econ¨®mica. 9 euros.
La batalla de Midway lo cambi¨® todo. Se alej¨® el peligro de los bombardeos a¨¦reos y el desembarco en Baja California. ?l pudo volver al amparo de las ficciones y a partir de entonces enterarse de que era muy afortunado: estaba en posibilidad de llegar a la vejez sin conocer los desastres de la guerra, un privilegio que muy pocos seres humanos han tenido.
Hoy, cuando se vuelve a mirar hacia el abismo de la infancia, lo rodean la matanza incesante, las torturas, los secuestros, los cad¨¢veres que penden de los puentes y, en los ¨²ltimos tiempos, los coches bomba. Todo se disuelve en un horror que crece d¨ªa tras d¨ªa y, no obstante, quedan las ficciones que desde Scherezada son un medio de aplazar la sentencia de muerte.
Antes de ense?arle a leer su abuela fue la transmisora de ese mar de historias que llegaba de la antig¨¹edad para fluir hasta el impredecible futuro. Gracias a ella conoci¨® lo que despu¨¦s sabr¨ªa eran partes de Las mil y una noches. Le fascinaron sobre todo la historia de Aladino y las aventuras de Simbad. All¨ª encontraba otro mundo en el que jam¨¢s pondr¨ªa el pie y sin embargo le parec¨ªa tan real y tan vivido como su paso cotidiano por una Ciudad de M¨¦xico que ya no existe y ahora es tan espectral como los lugares de la fantas¨ªa.
Qu¨¦ pobreza la de su vida sin la compa?¨ªa de los cuentos y las novelas. Gracias a esas p¨¢ginas ha podido habitar en Troya y en las islas de Odiseo y de Robinson, conocer la Espa?a de Cervantes y Gald¨®s, la Francia de Balzac, Dumas y Victor Hugo, la provincia de Flaubert y Maupassant, los orbes submarinos y espaciales de Verne, las aventuras en el Tercer Mundo de Salgari, la Rusia de Pushkin, G¨®gol, Dostoievski y Tolst¨®i, el d¨ªa de Joyce y la noche de Proust. En el ¨²ltimo a?o, cuando ya no lo esperaba, ha vuelto a hundirse durante muchos d¨ªas en las novelas de Antonio Mu?oz Molina, Almudena Grandes y Mario Vargas Llosa.
?l nunca hace enumeraciones. En la primera que le solicitaron acerca de las personas que determinaron su vocaci¨®n literaria omiti¨® a su abuela, Emilia Abr¨¦u de Berny, a la que debe todo. No pod¨ªa esperar de ella ni recompensas ni represalias. Por eso le duele tanto esa ¨ªntima ingratitud. Hoy intenta repararla.
De las mil y una historias habr¨¢ le¨ªdo, en una existencia consagrada a la lectura, menos de doscientas. Y le duele darse cuenta de que morir¨¢ sin leer lo que hacen los nuevos escritores y no tendr¨¢ oportunidad de regresar a aquellos libros que iluminaron su paso por la Tierra. Uno se va, el cuento de la tribu humana sigue y seguir¨¢ hasta el fin de los tiempos.
Jos¨¦ Emilio Pacheco (Ciudad de M¨¦xico, 1939, premio Cervantes 2009) ha publicado recientemente Tarde o temprano (Poemas 1958-2009). Tusquets. Barcelona, 2010. 840 p¨¢ginas. 28 euros. CD. Fondo de Cultura Econ¨®mica. 9 euros.
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