Zapatero se despide de ustedes
Zaragoza reun¨ªa el pasado fin de semana a los candidatos socialistas a las elecciones municipales y auton¨®micas del 22 de mayo pr¨®ximo. Se trataba de avanzar en la definici¨®n de los programas y de romper el bloqueo causado por la incertidumbre formal a prop¨®sito de la continuidad del presidente, Jos¨¦ Lu¨ªs Rodr¨ªguez Zapatero, como candidato por tercera vez a las generales. Junto al Pilar, todo fueron elogios y expresiones de apoyo al secretario general. Pero su efecto hac¨ªa cundir un ambiente de despedida por sus pasos contados. El homenajeado agradeci¨® las cortes¨ªas pero observ¨® desconcertado c¨®mo hasta ahora hab¨ªa sido ¨¦l quien otorgaba los apoyos mientras que en esta ocasi¨®n estaba recibi¨¦ndolos, es decir, se le retrataba en situaci¨®n de necesitarlos.
El presidente se resiste al anuncio de su descarte porque entiende que este no es el momento
El caso es que nos encontramos ante el mejor Zapatero, capaz de sorprender con sus habilidades t¨¢cticas y de ponerlas al servicio de los objetivos de Espa?a. El terrorismo etarra con la T-4 a las espaldas ha sido combatido hasta la extinci¨®n en que se encuentra. Los Presupuestos Generales del Estado, que parec¨ªan de aprobaci¨®n imposible, lograron los votos necesarios. Se cern¨ªa sobre todos una huelga general en febrero y se ha concluido un acuerdo social con sindicatos y empresarios. La estabilidad parlamentaria se dir¨ªa alcanzada, tras los acuerdos con PNV y Coalici¨®n Canaria. Otras reformas que se resist¨ªan, como la de las Cajas de Ahorro o el d¨¦ficit de las Comunidades Aut¨®nomas, tambi¨¦n encuentran su senda. Part¨ªamos de una acumulaci¨®n de recelos de los mercados sobre nuestra situaci¨®n econ¨®mica y los indicadores reflejan que estamos en acelerada recuperaci¨®n de la confianza internacional, seg¨²n han debido reconocer nuestros m¨¢s severos cr¨ªticos. Pero sorprende por inexplicable que, superadas todas estas aver¨ªas, la credibilidad de Zapatero siga inmutable, bajo m¨ªnimos. Da igual, de todas maneras, su determinaci¨®n es invariable, anclada en el convencimiento de estar haciendo lo que es necesario por encima de cualquier conveniencia personal o partidista.
Aqu¨ª ya se escribi¨® (v¨¦ase el EL PA?S del 20 de julio de 2010 la columna Zapatero hasta el final) que ZP parec¨ªa resuelto a seguir por el camino que Espa?a precise, le costara lo que le costara, que deb¨ªa descartarse que abandonara o saliera por la escalera de incendios, que tendremos Zapatero hasta el final de esta legislatura, que en absoluto quiere abreviar y que s¨®lo entonces se despedir¨¢ de ustedes porque no ser¨¢ candidato por tercera vez. Por eso, se a?ad¨ªa, quien vaya a ser vicepresidente primero en el nuevo Gobierno, que entonces se prefiguraba, anticipar¨¢ sus preferencias sobre el encabezamiento de las listas socialistas de las elecciones generales de 2012. Porque en la vida pol¨ªtica eso de la sucesi¨®n y del sucesor s¨®lo tiene lugar, conforme establece el t¨ªtulo II de la Constituci¨®n dedicado a la Corona, seg¨²n el orden de primogenitura. Veamos tambi¨¦n c¨®mo el presidente Aznar tuvo la arrogancia de designar como sucesor a Mariano Rajoy que lleva siete a?os pidiendo su oportunidad.
As¨ª llegamos al cap¨ªtulo de la administraci¨®n de los tiempos, que los dirigentes piensan siempre tener en su mano. El hecho es que, pese a todos los intentos, al presidente Zapatero no ha habido forma de sacarle una palabra n¨ªtida, que confirmara su condici¨®n de candidato para las elecciones de 2012. Y es la falta de esa palabra la que ha abierto el debate sobre qui¨¦n podr¨ªa ocupar ese lugar y relevarle en la cabeza del cartel socialista para las pr¨®ximas elecciones generales. Pero Zapatero del mismo modo se resiste al anuncio de su descarte porque entiende que este no es el momento y sabe que si lo hiciera el debate lejos de amainar alcanzar¨ªa temperaturas de incandescencia. Por tanto, tachado como ha estado de fr¨ªvolo, con indudables m¨¦ritos aportados, se dir¨ªa que busca la indulgencia mediante el intento de escribir el ¨²ltimo capitulo de su presidencia bajo un ataque de responsabilidad. Se le ve aplicado a la cuidadosa definici¨®n del legado que quiere dejar.
Como la designaci¨®n ya se prob¨® in¨²til no se reincidir¨¢ en ella. La cuesti¨®n b¨¢sica del relevo en la candidatura electoral ser¨¢ de procedimiento. Si mediante elecciones primarias en competencia o en un Congreso Extraordinario del PSOE. Si se elegir¨¢ primero un candidato que conviva en bicefalia con el actual secretario general o se unir¨¢n las dos funciones, etc. Teniendo siempre en cuenta que el p¨²blico estar¨¢ presente en el espect¨¢culo y, como ya se advirti¨®, sin que quepa descartar el riesgo de que la situaci¨®n econ¨®mica mejore. De modo que quien haya unido su suerte de modo indisoluble al desastre pudiera verse desautorizado. Atentos.
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