Davos y la pol¨ªtica
Cuando se produjo la implosi¨®n del sistema financiero global all¨¢ por el oto?o de 2008, fundamentalmente en Estados Unidos y Europa, porque Jap¨®n llevaba muchos a?os en una prolongada crisis, hubo un clamor general para que los responsables pol¨ªticos intervinieran. Dejar caer a Lehman Brothers, primer banco de inversi¨®n del mundo, se consider¨® un error y el p¨¢nico se propag¨® por todos los pa¨ªses centrales. La recesi¨®n mundial fue la consecuencia de ese estallido.
Algunos consideramos que la pol¨ªtica, ausente en la era de hegemon¨ªa del pensamiento de la "mano invisible del mercado", de la desregulaci¨®n, estaba de vuelta. Los irresponsables que con sus malas pr¨¢cticas nos llevaron a esta cat¨¢strofe, se agazaparon y pidieron a gritos ser rescatados.
Hay que poner cara a la especulaci¨®n salvaje. La idea francesa de tasar los flujos del capital es buena
Parec¨ªa, en efecto, que aunque fuera a un coste inmenso, la pol¨ªtica como representaci¨®n de los intereses generales, empezaba a tomar las riendas del mercado para desarrollar un marco regulatorio y un sistema de control que evitara la galopada de los movimientos de capital puramente especulativos, de la proliferaci¨®n de esos "derivados" sin registros contables ni conexi¨®n con la econom¨ªa real o de los bonus escandalosos para accionistas y ciudadanos.
Lo primero fue el rescate. Centenares de miles de millones de d¨®lares o euros, en Estados Unidos o en Europa, se destinaron al saneamiento de las entidades financieras en crisis. Y a¨²n m¨¢s, seg¨²n los casos, a paliar los efectos en la econom¨ªa real de los pa¨ªses occidentales. Sin excepciones, el impacto de este esfuerzo financiero, recay¨® sobre el d¨¦ficit y sobre la deuda de los pa¨ªses afectados. Es decir, sobre los ciudadanos.
A continuaci¨®n empez¨® una lucha distinta. La pol¨ªtica parec¨ªa dispuesta a limitar los desprop¨®sitos que se hab¨ªan producido en el funcionamiento an¨®mico de los mercados. Se pretend¨ªa acabar con la enorme cantidad de ingenier¨ªa financiera sin base real; con la ausencia de contabilidad de operaciones llenas de humo que iban creando la burbuja que termin¨® por estallar. Incluso se estaba pensando en c¨®mo limitar las operaciones a futuro que tensionan al alza los precios de las materias primas -incluidas las alimentarias-. En definitiva, lo que se estaba buscando es que la pol¨ªtica gobernara a los mercados y no fuera gobernada por estos.
Las escenas vividas en Davos indican algo muy diferente. La pol¨ªtica a la defensiva y los representantes del sistema financiero rescatado al ataque. Merkel y Sarkozy defienden el euro ante las dudas planteadas sobre su capacidad de supervivencia. "Es nuestra moneda y la vamos a mantener". "No se enga?en, saldremos de esta situaci¨®n y no dejaremos caer a ning¨²n pa¨ªs del euro", etc¨¦tera.
Los analistas financieros, los felices rescatados por las arcas p¨²blicas, los que no advirtieron la que se nos ven¨ªa encima con sus pr¨¢cticas intolerables, est¨¢n crecidos. Vuelven a pronosticar y a recomendar a los pol¨ªticos qu¨¦ es lo que deben hacer. Su lenguaje suena as¨ª: "No se ocupen de nosotros, ni de nuestros bonos, ni de c¨®mo y con qu¨¦ productos debemos operar, oc¨²pense de reducir sus deudas y controlen sus equilibrios presupuestarios". "O sea, nos tienen que dejar a nuestro aire, que hagamos lo que queramos y ustedes deben ocuparse de sus asuntos. Si no nos dejan tranquilos no habr¨¢ cr¨¦ditos para la econom¨ªa productiva".
O sea, muchos de ellos estaban quebrados, como Lehman Brothers, fueron rescatados con dinero p¨²blico, es decir con endeudamiento de los Estados, provocaron una cat¨¢strofe que contin¨²a en la econom¨ªa real. Y, ahora, vuelven a dictaminar sobre lo que deben hacer los pol¨ªticos, poni¨¦ndolos a la defensiva. Es demasiado descaro para que la opini¨®n p¨²blica no est¨¦ indignada, aunque hayan logrado que lo est¨¦ m¨¢s con los responsables pol¨ªticos.
En estos momentos estamos soportando de nuevo las operaciones a futuro sobre granos, es decir sobre la alimentaci¨®n. Una mala cosecha en Rusia, m¨¢s los incendios, produce una supresi¨®n de exportaciones. Lo que afecta a la oferta mundial no es significativo por s¨ª mismo, pero los movimientos especulativos tensionan al alza los precios en todas partes. En el norte de ?frica, por mirar cerca de nosotros, nos encontramos con una nueva "revuelta del pan", aunque mezclada con el trasfondo de ansia de libertad de mucha gente.
Y nos sentimos inermes. Cualquier especulador puede comprar siete cosechas de arroz o de trigo, o de..., con un afianzamiento del 5% de su valor estimado. La presidencia francesa del G-20 intenta recuperar la idea de una tasa, bien sea m¨ªnima, a los movimientos de capital. Si el movimiento no es especulativo, la tasa ser¨¢ indolora. Si lo es, y se repite cada 24 o 48 horas, empezar¨¢ a pesar en los especuladores. Es una buena idea que nos retrotrae a la nonata tasa Tobin.
Pero si, como temo, no sale adelante, se podr¨ªa cortar de ra¨ªz este movimiento que provoca hambre y desesperaci¨®n en el mundo, exigiendo un afianzamiento del 60%. Menos tr¨¢mites de acuerdos imposibles -hasta ahora- y poner cara la especulaci¨®n salvaje, aumentando en serio el riesgo para los actores.
Pero, en fin, es solo una parte de esta fronda que nos llev¨® a la crisis y que ten¨ªamos la esperanza de que la pol¨ªtica, de vuelta, pudiera racionalizar. En los debates de Davos parece que esa esperanza se convertir¨¢ en melancol¨ªa y que de nuevo incubaremos la siguiente burbuja financiera. Entonces nadie tolerar¨¢ que se vaya al rescate de los que la provocan, a costa de tanto sufrimiento.
Felipe Gonz¨¢lez fue presidente del Gobierno espa?ol entre 1982 y 1996.
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