Aquel verano de la juventud
Es precioso este libro de Italo Calvino (1923-1985), La entrada en guerra, tres relatos que se ocupan de un solo asunto: la memoria de aquel tiempo en el que Italia entr¨® en la guerra mundial, empezando por la primera jornada: "El 10 de junio de 1940 era un d¨ªa nublado", dice la frase inicial (una errata en esta primera edici¨®n espa?ola cambia 1940 por 1949). Fue un d¨ªa de playa para el protagonista de estas historias. La novela de presentaci¨®n de Calvino, El sendero de los nidos de ara?a (1947), ya trataba de la guerra, de la m¨ªtica Resistencia, en la que combati¨®, jovenc¨ªsimo, el escritor.
Este tr¨ªptico, La entrada en guerra, reunido por primera vez en 1954, compone una breve novela de aprendizaje, con su protagonista ¨²nico actuando en un ¨²nico espacio temporal, el verano de 1940. El h¨¦roe coincide con el narrador, que recuerda los d¨ªas finales de su adolescencia. La desgana adolescente se deja llevar por la fatalidad de los acontecimientos, y la experiencia hist¨®rica se vuelve conciencia personal. El hermano mayor de un amigo se va sonriendo a morir en el frente. Llegan las alarmas a¨¦reas, los apagones, la primera bomba, el primer muerto: no un h¨¦roe, s¨®lo un ni?o que, a oscuras, se derrama encima una olla de agua hirviendo. El realismo de Italo Calvino es as¨ª: imitaci¨®n de lo que sucede, pero para desentra?ar y conocer la realidad.
La entrada en guerra
Italo Calvino
Traducci¨®n de Carlos Gumpert
Siruela. Madrid, 2011
124 p¨¢ginas. 15,95 euros
Su m¨¦todo consiste en observar las cosas con una "curiosidad denigratoria". El envaramiento fascista se revela ocasi¨®n de risa. Cada uno de los relatos presenta un contraste traum¨¢tico. El esplendor de los jerarcas se empa?ar¨¢ ante la decrepitud de las masas de refugiados que llegan a la ciudad desde las monta?as, enfermos, desarrapados y perdidos, y plantan el verdadero "color y olor de la guerra" en la "burocr¨¢tica blancura inmobiliaria" del edificio donde los cobijan. La marcialidad de los j¨®venes fascistas, que en una ciudad francesa ocupada esperan a los falangistas espa?oles para rendirles honores en la estaci¨®n y desfilar juntos ante Mussolini, resulta ser granujer¨ªa cuando esos ni?os bien se entregan al saqueo de raquetas de tenis, guantes de boxeo y neum¨¢ticos de bicicleta. El hero¨ªsmo de la retaguardia nos lo descubren dos estudiantes (uno es el narrador) que convierten el servicio de protecci¨®n antia¨¦rea en gamberrismo nocturno con caretas antig¨¢s antes de acabar en un burdel. En los tres episodios, delicados y contundentes, el genio de Calvino descubre un punto negro que ensucia la gran simulaci¨®n fascista y condensa su verdadera realidad.
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