Sarah Ferguson se siente espiada
Las meteduras de pata de la duquesa aparecen en los cables de Wikileaks
Mientras los corresponsales reales siguen pregunt¨¢ndose si la conflictiva Sarah Ferguson recibir¨¢ una invitaci¨®n a la boda del pr¨ªncipe Guillermo, la duquesa acaba de formular sus sospechas de que fue objeto de uno de los pinchazos telef¨®nicos a muchos rostros p¨²blicos por parte de los periodistas de News of the World.
Aunque as¨ª fuera, el dominical no necesit¨® recurrir a las escuchas ilegales para implicarla hace unos meses en un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n. Simplemente disfraz¨® a uno de sus periodistas de acaudalado hombre de negocios, puso encima de la mesa de un hotel 40.000 d¨®lares (35.000 euros) en fajos de billetes como adelanto de un hipot¨¦tico contacto con el pr¨ªncipe Andr¨¦s y ella dio por cerrado el trato, sin ser consciente de que estaba siendo filmada por una c¨¢mara oculta.
El episodio se suma a la larga lista de conflictos en los que se ha visto involucrada Sarah Ferguson, encabezados por el soborno de medio mill¨®n de libras (586.000 euros) que intent¨® cobrar a un supuesto empresario a cambio de los favores de su exmarido, que adem¨¢s de hijo de Isabel II es el representante especial de Reino Unido en el ¨¢rea de comercio e inversiones.
Pero la duquesa sale hasta en los cables de Wikileaks. Estos revelan que la duquesa de York lleg¨® a poner en jaque las relaciones de Reino Unido con Turqu¨ªa. El Foreign Office nunca quiso confirmar las informaciones de la prensa brit¨¢nica, hace dos inviernos, sobre una demanda turca de extradici¨®n de la exesposa del pr¨ªncipe Andr¨¦s, acusada de filmar de forma encubierta en un orfanato cercano a Ankara. Disfrazada bajo una peluca morena y pa?uelo, Sarah grab¨® all¨ª un reportaje sobre las penosas condiciones de vida de los hu¨¦rfanos acogidos en el centro de Saray, cuya emisi¨®n en la cadena brit¨¢nica ITV (noviembre de 2008) provoc¨® la ira de las autoridades turcas. La difusi¨®n del documental coincidi¨® con la presentaci¨®n oficial en Bruselas de la petici¨®n de Turqu¨ªa para ingresar en la UE, lo que forz¨® al entonces ministro de Exteriores brit¨¢nico, David Milliband, a garantizar al Gobierno de Ankara que no se trataba de una campa?a en contra de sus aspiraciones.
El hermetismo oficial ha impedido conocer si Turqu¨ªa mantiene su querella contra la duquesa por violar el derecho de privacidad de las comunicaciones. Pero uno de los cables remitidos desde la Embajada de EE UU en Ankara, expuesto a la luz por Wikileaks, relata c¨®mo aquel asunto se convirti¨® en principal objeto de discordia de las relaciones bilaterales turco-brit¨¢nicas. Milliband invit¨® a su residencia al jefe de la diplomacia turca, Ali Babacan, para explicarle que no pod¨ªa "controlar" a una mujer que ya no forma parte de la familia real brit¨¢nica desde su divorcio del pr¨ªncipe Andr¨¦s, denotando una cierta censura al comportamiento de la duquesa.
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