Fusiones entre desiguales
Las operaciones se ven amenazadas por la cantidad de intereses en juego
La ola de fusiones y adquisiciones amistosas que se ha desatado en los mercados de valores no ser¨¢ agradable para los pa¨ªses en los que tienen lugar. Est¨¢n en juego tanto el orgullo nacional como la actividad econ¨®mica. Los pol¨ªticos ver¨¢n con raz¨®n que el resultado de los acuerdos que se est¨¢n fraguando ahora en Nueva York, Londres, Fr¨¢ncfort, Par¨ªs, Singapur y Sidney es decisivo para la situaci¨®n de sus centros financieros.
Parece que los principales t¨¦rminos del acuerdo entre NYSE Euronext y
Deutsche Bo?rse -los asientos en el consejo de administraci¨®n y la ratio de canje de acciones- se aceptaron f¨¢cilmente. El aspecto espinoso consistir¨¢ en satisfacer los intereses pol¨ªticos en EE UU, Alemania, Francia y Reino Unido, que podr¨ªan tener repercusiones en Asia y en Australia. En EE UU, el tema es la ubicaci¨®n de la empresa matriz del grupo. La l¨®gica comercial dice que el acuerdo deber¨ªa estructurarse como una adquisici¨®n por parte de un socio m¨¢s grande, Deutsche Bo?rse. Pero ?podr¨¢ digerir la opini¨®n p¨²blica estadounidense que su principal mercado de valores fuese alem¨¢n? Probablemente no. Una opci¨®n ser¨ªa crear una empresa matriz con sede en ?msterdam, como se est¨¢ proponiendo. Pero eso podr¨ªa no ser del agrado de los senadores estadounidenses.
Si damos por sentado que se encuentra una soluci¨®n, la tensi¨®n se traslada a Europa. No habr¨ªa razones para que NYSE y Deutsche Bo?rse llevaran sus respectivos negocios europeos de renta variable en efectivo en Par¨ªs y en Fr¨¢ncfort de forma paralela. Francia armar¨ªa un enorme esc¨¢ndalo si se prefiriera la plataforma alemana. La posible soluci¨®n pasar¨ªa por convertir a Par¨ªs en el centro del negocio europeo de renta variable en efectivo, junto con las lucrativas operaciones de compensaci¨®n y liquidaci¨®n, y transformar Eurex, el negocio de Deutsche Bo?rse en Fr¨¢ncfort, en la sede de los derivados europeos.
Ahora consideremos la posici¨®n de Londres. Liffe, el mercado de futuros de NYSE con sede en la capital londinense, se debilitar¨ªa. Londres dejar¨ªa de ser un centro significativo en un negocio de r¨¢pido crecimiento y con altos m¨¢rgenes que trae consigo una gesti¨®n del riesgo y unos servicios legales sofisticados. Si damos por sentado que su propuesta de fusi¨®n con el canadiense
TMX sigue adelante, el mercado de valores de Londres (LSE, por sus siglas en ingl¨¦s) ser¨ªa un aburrido mercado de renta variable en efectivo con especial ¨¦nfasis sobre los recursos naturales. Este ser¨ªa el legado final del fracaso del LSE en la compra de
Liffe en 2001.
La respuesta obvia de Londres ser¨ªa una oferta para convertirse en el primer mercado de valores realmente mundial mediante su fusi¨®n con las nuevas Bolsas previstas de Singapur y Sidney y afianzar m¨¢s sus conocimientos sobre los recursos naturales. Tendr¨ªa que rezar para que nunca hubiera una bajada del ciclo de materias primas. Londres seguir¨ªa siendo en gran medida irrelevante en el negocio de los derivados.
Uno podr¨ªa decir que esto no tiene importancia en la batalla por los centros financieros. Los participantes en los mercados pueden operar en cualquier parte; la calidad de los restaurantes y de las propiedades inmobiliarias importa m¨¢s que la ubicaci¨®n de los servidores que dirigen los mercados de valores. Pero existe sin duda el riesgo de que los bancos de inversi¨®n trasladen paulatinamente a la gente y los equipos inform¨¢ticos de sus negocios de Bolsa a las ciudades que alberguen las infraestructuras de mercado subyacentes. Es un momento cr¨ªtico en la geograf¨ªa de las finanzas.
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