Abucheos
Hay un actor espa?ol que dentro de poco se presentar¨¢ de esmoquin en la gala de los Oscar. La ideolog¨ªa, contra lo que se suele creer en Espa?a, no se lleva ni en la ropa ni en las formas. Alguien que "sabe estar" no es de derechas ni de izquierdas, es, simplemente, m¨¢s educado. En los pa¨ªses en los que el cine forma parte intr¨ªnseca de la cultura popular eso se entiende perfectamente. Lo entienden los integrantes del gremio. Saben que no solo se hablar¨¢ de los premios, tambi¨¦n de los vestidos, las joyas, las miradas, la simpat¨ªa o la falta de elegancia. Es as¨ª. En Hollywood como en Cannes. En el libro Recordando a Kate, la Hepburn cuenta c¨®mo durante a?os se negaba a ir a la ceremonia. De vieja confes¨®, sin rastro de autocomplacencia, todas las rarezas que la hab¨ªan acompa?ado en su carrera, incluida la de despreciar un premio que estaba deseando recibir. Negarse a una fiesta entre compa?eros es como despotricar contra las cenas navide?as, una pose cansina. Los artistas se visten de gala y el p¨²blico disfruta de esta especie de Hola en movimiento. No hay m¨¢s. Es el escaparate de una industria y de un trabajo colectivo.
En Espa?a hay ahora muchas razones para salir a la calle. Cuatro millones y medio de razones, y de parados. Y un porcentaje elevad¨ªsimo de paro juvenil. Cabe preguntarse d¨®nde est¨¢ el dique que contiene una situaci¨®n tan cr¨ªtica. Sin embargo, en los ¨²ltimos tiempos la protesta est¨¢ siendo monotem¨¢tica: los artistas parecen haberse convertido en el chivo expiatorio de un resentimiento que encuentra ah¨ª su v¨ªa de escape.
El actor abucheado asistir¨¢ a los Oscar. Es posible que all¨ª le traten mejor. ?Cu¨¢l ha sido su pecado en nuestro pa¨ªs? Ninguno, el ejercicio leg¨ªtimo de expresar su opini¨®n. Pero est¨¢ claro que las formas en el debate p¨²blico se han perdido. Y no sabemos cu¨¢nto lo vamos a lamentar.
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