La oposici¨®n de Bahr¨¦in recupera la calle tras la retirada del Ej¨¦rcito
El r¨¦gimen de los Al Jalifa intenta abrir v¨ªas de di¨¢logo con los manifestantes
Miles de bahrein¨ªes retomaron ayer la plaza de la Perla, en el centro de Manama, despu¨¦s de que el r¨¦gimen de los Al Jalifa decidiera retirar a las fuerzas de seguridad que la ocupaban desde hace tres d¨ªas. El gesto, anunciado por el pr¨ªncipe heredero, buscaba convencer a la oposici¨®n de que aceptara el di¨¢logo. Pero mientras los pol¨ªticos pensaban c¨®mo responder, los congregados en la plaza dejaban claro que el di¨¢logo ya no era suficiente. Los sindicatos han convocado una huelga general a partir de hoy.
"No al di¨¢logo, hasta que no cambie el Gobierno", coreaba en la plaza un grupo de mujeres, en su mayor¨ªa cubiertas de negro de la cabeza a los pies. A su alrededor iba creciendo una multitud euf¨®rica por haber logrado volver a la que se ha rebautizado como plaza de los M¨¢rtires, en honor a los seis muertos en la represi¨®n de los ¨²ltimos d¨ªas. Banderas bahrein¨ªes y globos rojos y blancos (los colores de la ense?a nacional) ondeaban en el aire. Algunos voluntarios distribu¨ªan agua y snacks, mientras otros se encargaban de recoger la basura.
La revuelta se ha cobrado ocho muertos y m¨¢s de 300 heridos
"Solo queremos que la familia real se vaya", se?ala una mujer en Manama
La noticia a ¨²ltima hora de la ma?ana de que el Ej¨¦rcito se hab¨ªa ido de la rotonda anim¨® a muchos bahrein¨ªes a acercarse hasta all¨ª. La polic¨ªa, que hab¨ªa sustituido a los militares, les recibi¨® con botes de humo y balas de goma, enviando a m¨¢s heridos al hospital de Salmaniyah, donde desde el jueves han atendido a 300. El embate solo sirvi¨® para reforzar el empe?o de los antigubernamentales, en su mayor¨ªa chi¨ªes que se sienten tratados como ciudadanos de segunda clase por la monarqu¨ªa sun¨ª.
Armados con flores de pl¨¢stico y carteles en los que ped¨ªan la ca¨ªda del r¨¦gimen, los manifestantes empezaron a rodear la plaza. Todos los accesos estaban cerrados por alambre de espino. Unos metros m¨¢s atr¨¢s los antidisturbios formaban una barrera humana. La tensi¨®n era evidente. Y de repente, a las tres y media de la tarde los polic¨ªas se daban la vuelta y abandonaban el lugar. De inmediato, los m¨¢s osados retiraban la alambrada y la multitud avanzaba hacia el monumento a la perla, con la satisfacci¨®n de haberle ganado el pulso al Gobierno.
El cambio de t¨¢ctica fue anunciado por el pr¨ªncipe heredero, Salman Bin Hamad al Jalifa, horas despu¨¦s de que el presidente Obama llamara por tel¨¦fono al rey Hamad y le instara a la contenci¨®n. "Pido a las fuerzas de seguridad que se retiren de inmediato de las zonas donde se concentra la gente y a quienes est¨¢n all¨ª que se vayan a sus casas para evitar enfrentamientos", declar¨® Salman en un mensaje retrasmitido por la televisi¨®n nacional. "Esta tregua es necesaria para permitir que todas las partes planteen sus puntos de vista y sus problemas de forma responsable", explic¨®.
"Es un paso positivo. Est¨¢n tratando de rebajar la tensi¨®n", declar¨® a este diario Yasem Husein, diputado del principal grupo opositor, el islamista chi¨ª Wefaq. Ese grupo, que el jueves abandon¨® el Parlamento en protesta por la represi¨®n, hab¨ªa rechazado la oferta de di¨¢logo del heredero hasta que se retiraran las tropas. Husein se neg¨® sin embargo a confirmar los rumores de que hab¨ªa habido una primera aproximaci¨®n.
El Wefaq, que se ha sumado a la movilizaci¨®n popular, hace frente a una gran presi¨®n. Aunque el pasado lunes la mayor¨ªa de los manifestantes compart¨ªan sus exigencias de una monarqu¨ªa constitucional y un Gobierno elegido, ahora muchos de ellos opinan que no hay nada que hablar con la familia real.
"No sabemos lo que vendr¨¢ luego. S¨®lo sabemos una cosa: que queremos que los Al Jalifa se vayan", resum¨ªa Zarah Ali, de 22 a?os y que trabaja como t¨¦cnico de laboratorio en el hospital Salmaniyah. La mayor¨ªa de los que la rodeaban suscrib¨ªan sus palabras. "No podemos negociar con quien nos ha estado matando", conclu¨ªa Ali, negando que la lucha fuera entre chi¨ªes y sun¨ªes.
" ha sido culpa de la estupidez del Gobierno, que han ca¨ªdo en el mismo error que Ben Ali y Mubarak, reaccionando tarde y mal a la situaci¨®n", interpreta Nabil Rajab, presidente del Centro de Derechos Humanos de Bahr¨¦in. "La semana pasada propusimos al rey que desmantelara el aparato de seguridad que es el responsable de la mayor¨ªa de las violaciones de derechos humanos, pero nos ignor¨®", lamenta el activista. Anoche, los reformistas volv¨ªan a levantar su campamento en la plaza de la Perla, dispuestos a seguir reclamando la ca¨ªda del r¨¦gimen.
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