Corto Malt¨¦s abre casa en Venecia
Ayer se inaugur¨® el museo dedicado al personaje creado por Hugo Pratt - El espacio pretende ser un centro experimental para los amantes del c¨®mic
Corto Malt¨¦s ha decidido sentar la cabeza e instalarse en Venecia, la ciudad que vio crecer a su creador, Hugo Pratt. En el barrio popular donde se ubica la casa, los ni?os juegan en la calle y abundan las librer¨ªas de viejo. La nueva direcci¨®n del marino melanc¨®lico es R¨ªo Terr¨¢ del Biri, 5394/B, Cannaregio 30121.
Tras cruzar un pesado port¨®n de madera, se llega a un jard¨ªn que parece haber salido de un c¨®mic de Pratt: sobre un muro hay incrustadas piedras antiguas que representan cabezas de soldados, diablos, leones, y otras decoraciones raras y ex¨®ticas.
La nueva morada de Corto Malt¨¦s, que abri¨® sus puertas ayer, es una casa museo, que pretende no solo dar a conocer las experiencias y secretos del culto marino malt¨¦s, sino tambi¨¦n convertirse en un laboratorio para los amantes de los tebeos y todos aquellos que andan en busca de una dosis de aventura. Su apertura coincide con la inauguraci¨®n del famoso carnaval, que transforma las calles de Venecia en un desfile de m¨¢scaras y trajes de la gloriosa ¨¦poca de la Seren¨ªsima.
Una publicista es la impulsora y directora del proyecto
Manuela Marchesani, de 45 a?os, publicista de profesi¨®n, es la madre y directora de la nueva criatura. Hoy m¨¢s que nunca, afirma, "necesitamos personajes valientes como Malt¨¦s. Sobre todo, los j¨®venes. En Italia no cuentan con verdaderas posibilidades de trabajo. Los contratos son siempre precarios y sin dinero no pueden realizar sus sue?os. Este ser¨¢ un espacio para que los chicos y chicas regresen a sus hogares m¨¢s atrevidos que antes. Intenta ser un lugar donde aprendan cosas ¨²tiles. Un espacio donde se puede crecer", enfatiza.
Manuela es una mujer de armas tomar. Se inspir¨® en la casa museo de Sherlock Holmes, en Londres, pero lo que realmente la impuls¨® a dar vida al proyecto fueron los alumnos del taller de artesan¨ªa de sus hijos, en una de cuyas paredes cuelga un afiche de Corto Malt¨¦s. "La gente pasaba por el lugar y se hac¨ªa fotos delante de la imagen de Corto. Un d¨ªa pens¨¦ que se pod¨ªa dar vida al personaje de una forma m¨¢s intensa". Y, como no pod¨ªa ser menos, en la construcci¨®n de esta aventura, embarc¨® a Guido Fuga y Lele Vianello, habituales colaboradores de Hugo Pratt.
El viejo lobo de mar viaj¨® por ?frica, Malasia, Sudam¨¦rica, Asia. En todos los lugares, Malt¨¦s dej¨® una huella de su rebeld¨ªa y su gran cultura. La ciudad de los canales es uno de los sitios inmortalizados en los tebeos del marinero. En El ¨¢ngel de la ventana de Oriente y F¨¢bula de Venecia, Corto asume el comportamiento de un veneciano.
Y en la vieja urbe v¨¦neta es donde ayer comenz¨® el ¨²ltimo viaje al universo de Corto. Decorada con muebles de los a?os sesenta del siglo pasado, la primera sala de la casa museo dedica un importante espacio a Hugo Pratt (Rimini, Italia, 1927-Lausana, Suiza, 1995). Cuelgan de los muros una docena de fotos en blanco y negro del artista, retratado mientras dibuja en su estudio, en la casa de Malamocco. Pr¨®ximamente llegar¨¢ una colecci¨®n de libros de la biblioteca personal del artista.
La segunda sala ha sido dedicada a la figura del pirata. Hay reproducciones de dibujos, acuarelas del marinero y algunos objetos a ¨¦l asociados: en primer plano una silla de mimbre, como en la que aparece en tantas vi?etas. En otro apartado, objetos que lo ligan con Pratt: libros, tocadiscos, muebles coloniales, veleros antiguos, f¨®siles brasile?os, una campana tibetana, estatuas francesas. La ambientaci¨®n recuerda los viajes y las aventuras de Malt¨¦s y Pratt.
Otras dos salas han sido preparadas para albergar los laboratorios de dise?o gr¨¢fico. En ellos impartir¨¢n clases diversos artistas del c¨®mic, entre ellos, Fuga y Vianello. Podr¨¢n participar en ellos tanto personas iniciadas en la materia como principiantes. El ingreso ser¨¢ gratuito para quienes superen una prueba de habilidad. "Los ni?os de seis a 10 a?os no pagar¨¢n si resuelven un misterio. Necesitamos dar a los chicos un sentido de aventura", comenta Marchesani. La misma estrategia vale para los adultos, que viven inmersos en un "gran analfabetismo emocional".


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