Entre almendros

Almendros y olivos junto con hierbas arom¨¢ticas por doquier componen el paisaje que nos acerca a la Vall d'Alba, y all¨ª, en tan buc¨®lico entorno, nos sorprende encontrar un restaurante que intenta superar la forma de comer simplificada que predomina en ese mundo rural. Eso en absoluto significa que la tradici¨®n de aquellos parajes no sea digna de cuidado y dedicaci¨®n, pero los integrantes de Cal Parad¨ªs pretenden trascenderla uniendo a lo conocido un punto de sofisticaci¨®n. Para ello recubren los corazones de alcachofa de fin¨ªsimo tocino, para al calentarlo formar un bocado que a¨²ne la excelencia del vegetal con el aceite -en este caso de origen animal- que lo ali?a, o componen de forma soberbia el ya conocido c¨®ctel de crema de patata, yema de huevo, jam¨®n y trufa, con el que forman un bocado de denso e impresionante sabor. De menor entidad, aunque agradables, son las combinaciones de las alcachofas con la sepieta o con el caldo de galera y el capuchino, volviendo a mantener el pulso con guisos como el arroz meloso de caza -en nuestro caso con tordo-, el crujiente de rabo de toro -en el que una capa de pasta frita guarnece la carne deshilachada- o el cochinillo deshuesado y al horno, que solo adolece de la necesaria cantidad de sal que eleve el sabor de una carne con tendencia a la insipidez.

Dulces postres -en especial el bomb¨®n de leche merengada- y atento servicio nos confirman el inter¨¦s de una propuesta que rehabilita un espacio en el que lo m¨¢s destacable en el ¨¢mbito gastron¨®mico pasaba por los simples asados y las potentes y siempre bien ponderadas en el lugar salsas de ajo y aceite.