La revancha de los novatos
Los grandes estudios fichan a directores sin experiencia para ambiciosos filmes
John Milius, guionista de Apocalypse now, director de Conan El B¨¢rbaro o Amanecer rojo; Richard Donner, director de Superman o la saga de Arma letal; Wolfgang Petersen, director de Troya o La tormenta perfecta; Walter Hill, director de Forajidos de leyenda o Calles de fuego; Paul Verhoeven, director de Robocop e Instinto b¨¢sico. Cinco figuras que han amasado miles de millones de d¨®lares para los grandes estudios hollywoodienses y que ahora comparten algo: el paro.
A pesar de su habilidad para enlatar productos comerciales, el quinteto que domin¨® el cine de los ochenta y parte de los noventa se ha visto relegado al limbo de aquellos a los que Hollywood no desea ver en sus dominios. Cierto, Verhoeven est¨¢ preparando una nueva pel¨ªcula (con capital holand¨¦s) mientras que Hill y Milius producen a terceros pero en general los veteranos del otro lado del Atl¨¢ntico viven su ocaso en la m¨¢s absoluta de las indiferencias.
Cobran menos y no controlan el producto final, pero son innovadores
Esto coincide con un movimiento impropio de un imperio regido por tipos a los que la corbata aprieta m¨¢s que al resto de la humanidad: un mont¨®n de realizadores sin experiencia (m¨¢s all¨¢ del corto, la publicidad y el videoclip) han sido llamados a filas. El fen¨®meno no es nuevo. La diferencia, sin embargo, es que ahora los mandamases van a poner en los elegidos descomunales cantidades de dinero, esperando que su visi¨®n de la jugada tenga recompensa.
Gareth Edwards, por ejemplo, sorprendi¨® a medio mundo con Monsters, una especie de invasi¨®n alien¨ªgena que pudo verse en el festival de Sitges. Edwards, cuya experiencia se limitaba a sus trabajos como especialista en efectos visuales en el mundo de la televisi¨®n, declaraba en octubre de 2010: "?Hollywood? Buff, no s¨¦, en cierto sentido es como vender tu alma al diablo, en otros es el sue?o de muchos directores de cine y cuando uno tiene la oportunidad ha de aprovecharla. ?Si yo la aceptar¨ªa? Bueno, digamos que por ahora me encuentro muy a gusto en casa, pero que estudiar¨ªa lo que me ofrecieran". Poco despu¨¦s se anunciaba que el brit¨¢nico se pon¨ªa manos a la obra con Godzilla, un proyecto multimillonario de Warner Bros.
Marc Webb es m¨¢s de lo mismo: con (500) d¨ªas juntos logr¨® que la comunidad indie se rindiera a sus encantos y que Sony le llamase para que se hiciera cargo de la nueva entrega de Spiderman. Obviamente, el presupuesto va a ser de a¨²pa.
Tampoco se queda corto el de 47 Ronin, una de samur¨¢is en 3D con la firma de los estudios Universal: 135 millones de euros. La dirigir¨¢ Carl Rinsch, con un corto y varios anuncios en su haber pero sin experiencia en la pantalla grande. Daniel Espinosa es -en cierto modo- otro Rinsch: un curr¨ªculum corto, mucho morro y un proyecto de 120 millones de euros, Safe house, de la que se conoce el reparto, encabezado por Ryan Reynolds, Denzel Washington y Brendan Gleeson.
Noam Murro tambi¨¦n tiene un encargo con bemoles, y es que el novato dirigir¨¢ la quinta entrega de La jungla de cristal, una de las grandes apuestas de Fox para 2012 y una de las franquicias m¨¢s rentables de la historia del estudio (siempre por detr¨¢s de Harry Potter... y Avatar). El ¨²ltimo ejemplo de esta obsesi¨®n por dejar que los nuevos se lo queden todo se llama Rupert Sanders y va a manejar el tim¨®n de una curiosa versi¨®n de Blancanieves, al parecer sin enanitos.
Las ¨²nicas referencias de las que disponen los grandes ejecutivos para calcular los riesgos de una operaci¨®n semejante no son halagadoras: a Joseph Kosinski le dieron 160 millones de euros para que se ocupara de la secuela de Tron, llamada Tron Legacy, y si bien la recaudaci¨®n mundial fue de 283 millones de euros la cantidad se qued¨® muy lejos de las estimaciones de Disney.
Pero, ?por qu¨¦ esta locura colectiva por dejarlo todo en manos de reci¨¦n llegados? Jay A. Fernandez, en la revista The Hollywood Reporter, argumentaba que los j¨®venes dominan las herramientas inform¨¢ticas, tienen una visi¨®n innovadora del negocio y capacidad para trabajar m¨¢s r¨¢pido y mejor, gracias a su experiencia en campos como el videoclip o la publicidad. Por supuesto, el factor econ¨®mico es una de las grandes bazas de los estudios a la hora de fichar a un novato: los sueldos son relativamente bajos (comparados con los de un director con experiencia) y sin porcentajes que valgan. Y todo ello sin olvidarse de algo important¨ªsimo: el control sobre el resultado final acaba siendo competencia total del que paga. El citado Richard Donner, por poner un ejemplo conocido, solt¨® las riendas de Superman II despu¨¦s de que intentar¨¢n imponerle determinadas condiciones.
El otro gran factor a tener en cuenta est¨¢ relacionado con la globalizaci¨®n: la llegada de p¨¢ginas como YouTube ha roto el filtro que a?os ha exist¨ªa entre los creadores y los estudios, cualquiera puede colarse en ese gigantesco escaparate y los que mandan escudri?an el panorama sin moverse de su oficina. Lo cierto es que en los pr¨®ximos a?os los cin¨¦filos van a tener que familiarizarse con un buen n¨²mero de nombres que empezar¨¢n sus carreras desde lo m¨¢s alto. "En el riesgo est¨¢ el placer", dijo una vez Sean Connery. En Hollywood se disponen a comprobarlo.
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