Vuelco en Irlanda
Debacle del Fianna F¨¢il, al que el votante hace responsable de la p¨¦sima situaci¨®n econ¨®mica
Ha sido mucho m¨¢s que un mero castigo del votante; el sistema electoral irland¨¦s, que lleva casi un siglo sostenido en dos partidos, el Fianna F¨¢il, mayoritario, y el Fine Gael, socio menor, ha experimentado en las legislativas de la semana pasada un vuelco sin precedentes. En una c¨¢mara ¨²nica de 166 asientos, y con un 90% de esca?os decididos, el partido en el poder ha ca¨ªdo de 78 a apenas una veintena y aunque el Fine Gael pasa de 51 a un m¨ªnimo de 70, deber¨¢ gobernar en minor¨ªa o, probablemente, en coalici¨®n con los laboristas, que pasar¨¢n de 20 a m¨¢s de 35 representantes. La conmoci¨®n electoral hay que atribuirla al dur¨ªsimo ajuste econ¨®mico que la UE impone a la rep¨²blica como corolario a la ayuda masiva que ha tenido que prestarle.
Fianna F¨¢il y Fine Gael son ambos partidos de centro-derecha cl¨¢sicos, como dos alas de un mismo partido liberal-conservador. Sus diferencias son de car¨¢cter paleo-hist¨®rico. El primero hab¨ªa estado pr¨®ximo a principios del siglo pasado a los terroristas del IRA, y hasta alguno de sus m¨¢s altos dirigentes se hab¨ªa visto envuelto en los a?os ochenta en un caso de contrabando de armas para los republicanos del Ulster. El Fine Gael, en cambio, hab¨ªa aceptado la creaci¨®n de un Estado Libre de Irlanda en 1921, que segu¨ªa formando parte de la corona brit¨¢nica. Solo el partido ahora apaleado en las urnas os¨® proclamar la rep¨²blica, es decir, la plena independencia, en 1948. El Fine Gael ten¨ªa, por otro lado, un programa de gobierno imbatible, dadas las circunstancias. Al ya primer ministro in p¨¦ctore, Enda Kenny, le bastaba con proponer la renegociaci¨®n de los t¨¦rminos del plan de austeridad.
Lo que ha hecho la crisis econ¨®mica ha sido, sin embargo, potenciar un cansancio de la opini¨®n, ya perceptible en los ¨²ltimos a?os, ante el funcionamiento de un sistema enfeudado a un clientelismo casi at¨¢vico y en el que la Iglesia cat¨®lica, que se ha visto envuelta en grav¨ªsimos casos de abusos sexuales y pederastia, se resiste a renunciar a unos privilegios ganados por la v¨ªa patri¨®tica de la oposici¨®n a la secular dominaci¨®n de Londres.
Es pronto para hablar de renovaci¨®n del marco en que se mueve la pol¨ªtica irlandesa. Pero el amargo final del milagro econ¨®mico de un pa¨ªs, un d¨ªa conocido como el tigre celta, y la penosa recuperaci¨®n que le espera, apuntan a que cuando menos ha acabado un ciclo hist¨®rico.
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