Arte feliz

La guerra de los Balcanes contin¨²a alz¨¢ndose como una se?al de aviso para todos aquellos que se creen resguardados de los conflictos b¨¦licos por pertenecer a la aburrida vieja Europa. Llega a Canal + el documental Hermanos y enemigos (Once brothers), que cuenta la ruptura entre los antiguos compa?eros en la brillante selecci¨®n yugoslava de baloncesto. El reportaje televisivo es una producci¨®n del canal tem¨¢tico ESPN para conmemorar algunas de las haza?as deportivas m¨¢s memorables de los ¨²ltimos 30 a?os. Vlado Divac, desde el retiro dorado tras triunfar en los Lakers de Los ?ngeles, repasa sus relaciones con Drazen Petrovic, aquel fen¨®meno irrepetible que muri¨® en 1993 en un accidente de tr¨¢fico cuando viajaba dormido en el coche que conduc¨ªa su novia por una autopista alemana, mientras los rumores aseguraban que el due?o del equipo griego Panathinaikos hab¨ªa firmado un cheque en blanco a los Nets de Nueva Jersey por su traspaso.

La distancia entre ambos jugadores se impone, pese a los triunfos de aquella selecci¨®n m¨ªtica que gan¨® el Europeo de 1989 y el Mundial de 1990 derrotando a los sovi¨¦ticos en Buenos Aires. Petrovic, croata, y Divac, serbio, ejemplifican la insultante sinraz¨®n que la guerra impone. Las banderas, los discursos inflamados, los deseos de secesi¨®n, los agravios soberanistas, no est¨¢ de m¨¢s recordar lo f¨¢cil que es incendiar la convivencia. El vestuario de la selecci¨®n yugoslava es una met¨¢fora perfecta de la destrucci¨®n de v¨ªnculos, de la perversa tentaci¨®n del odio.

La tumba de Petrovic en Mirogoj puede que sea un s¨ªmbolo nacional croata, pero para Divac es el epicentro de la imposible reconciliaci¨®n. La muerte con tan solo 28 a?os de Petrovic hace imposible resta?ar las heridas. Aquel jugador que en un a?o en el Real Madrid puso patas arriba nuestras canchas nunca podr¨¢ darse la mano con el viejo compa?ero Divac. El documental muestra el reencuentro de Divac con Toni Kucoc o Dino Radja, tambi¨¦n jugadores croatas y compa?eros en la antigua selecci¨®n, o con los padres de Petrovic.

Robert Graves escribi¨® que la guerra es la extinci¨®n de todo arte feliz. Incluyamos por un d¨ªa el baloncesto entre esas artes rotas por la guerra, esa que impone, siempre en versos de Graves, el deber de volverse locos.