Descontrol con las licencias

No s¨¦ si se habr¨¢n fijado en que los hosteleros de este pa¨ªs se quejan de todo. Aqu¨ª el debate p¨²blico no lo ocupan propuestas sobre nuestro modelo productivo, sino los reiterados lamentos de los due?os de locales de ocio pidiendo que se cambie todo tipo de leyes para eliminar cualquier restricci¨®n que les perjudique. No les gusta que no se pueda fumar. Ni que se proh¨ªba beber a la puerta de sus locales. Querr¨ªan ocupar las v¨ªas p¨²blicas hasta el ¨²ltimo metro con sus terrazas. As¨ª como zonas p¨²blicas como los paseos mar¨ªtimos. Los horarios de cierre son dictatoriales. Por no olvidar la m¨¢s habitual y recurrente de sus cr¨ªticas, cuando despotrican contra quienes exigen respeto al sue?o y descanso de los dem¨¢s. Oiga, que aqu¨ª todos estamos de fiesta, haciendo caja y al que no le guste, pues mire, que se vaya del pueblo.

Sin embargo, a los probos empresarios del sector no les parece todo mal. En concreto, no se escucha cr¨ªtica alguna de sus asociaciones a c¨®mo funcionan, por lo general, los servicios de actividades de nuestros Ayuntamientos, encargados de dar las licencias y de vigilar que se cumplen las normas. Algo es algo. Probablemente tenga que ver con que, por poner el ejemplo de la ciudad de Valencia, en Ciutat Vella los servicios municipales tienen censados menos de 20 locales, entre discotecas y pubs con ambientaci¨®n musical, que tengan permiso para mantenerse abiertos m¨¢s all¨¢ de la una de la madrugada. S¨ª, han le¨ªdo bien. Una veintena escasa... Pues eso.

No es de extra?ar que una gesti¨®n administrativa tan deficiente, anclada en la idea de que el mejor control municipal es el que no existe, acabe con esc¨¢ndalos como el de la denuncia de extorsi¨®n a cuenta de la licencia de un prost¨ªbulo que ha sido noticia estos d¨ªas. Es lo que inevitablemente ocurre cuando una Administraci¨®n, en este caso el Ayuntamiento de Rita Barber¨¢, en lugar de hacer su trabajo se instala en la inacci¨®n c¨®mplice con los que no cumplen las normas fomentando, entre el aplauso de los hosteleros, el laissez faire y el descontrol.

Mientras tanto, se est¨¢ empezando a producir una importante transformaci¨®n jur¨ªdica de mucho calado sin apenas debate ciudadano. Una directiva europea (la de servicios) se ha interpretado en Espa?a de modo in¨¦dito en Europa como una norma que obligar¨ªa a eliminar buena parte de los tradicionales controles administrativos previos sobre estas licencias. La Generalitat Valenciana ya ha publicado un decreto que va en esta l¨ªnea y permite aventurar qu¨¦ ser¨¢ lo que nos deparar¨¢ el futuro. La Administraci¨®n no conceder¨¢ las licencias, sino que habr¨¢ agentes privados que validar¨¢n que los locales cumplen con la legislaci¨®n y con ello ser¨¢ suficiente para abrir. Hay quien dice que, dado que los Ayuntamientos, en la pr¨¢ctica, apenas si cumpl¨ªan con sus obligaciones, pues que no pasa nada porque la cosa se oficialice y que, al menos, ahora habr¨¢ otros mecanismos de control. A otros, en cambio, nos da un poco de miedo, a la vista de c¨®mo funcionan las cosas por aqu¨ª, c¨®mo puede acabar todo esto si se suma a la inacci¨®n p¨²blica la aparici¨®n de una intermediaci¨®n privada como la que empieza a intuirse. Porque estamos hablando de un campo donde, sin una Administraci¨®n que inspeccione y supervise con medios y con rigor (aunque sea a posteriori), el abono a la corrupci¨®n ser¨ªa espectacular. ?Vaya panorama!