Cuelga t¨²
Dir¨¢n lo que quieran, pero no se equivoquen. Zapatero sabe lo que hace, se lo aseguro. Aparentemente parece que est¨¢ trabajando contra s¨ª mismo, que hace todo lo posible por perder votos, pero no es as¨ª. Cuando las cosas se le estaban poniendo mal, entonces nos proh¨ªbe fumar, apaga las farolas, rebaja la velocidad de los coches, vigila nuestra salud sin que nadie se lo pida y as¨ª continuamente. Todo esto es verdad y lo que nos queda por ver. Le ense?an una encuesta y observa con asombro que todav¨ªa le quedan votantes, entonces saca otra norma para impedirnos hacer alguna otra cosa. Al final vamos a tomarle gusto a esto de flagelarnos, ya lo ver¨¢n. Yo empiezo a sentir sensaciones en partes de mi cuerpo que, seguramente por la edad, hace tiempo no sent¨ªa.
La estrategia est¨¢ clara. Es la pol¨ªtica inversa, provocar reacciones en contra de lo que intentan impedirnos, una manipulaci¨®n muy cl¨¢sica en las t¨¦cnicas de persuasi¨®n. Los expertos tambi¨¦n la llaman reactancia pol¨ªtica. ?Qu¨¦ no me quieres votar?, pues ah¨ª van un par de motivos m¨¢s para no hacerlo y veamos si eres capaz de no votarme. La publicidad conoce muy bien esta maniobra y la representa con un muchacho al tel¨¦fono diciendo "cuelga t¨²" para provocar que su pareja le conteste "no, cuelga t¨²", y as¨ª una y otra vez en un ciclo de reactancia pasional interminable. Pues con Zapatero, lo mismo. A que no me votas, nos dice de forma sibilina para empujarnos a contestar que s¨ª, que s¨ª, que te voy a votar. Les parecer¨¢ ?o?o y simpl¨®n, pero ya comprobar¨¢n la eficacia de este procedimiento persuasivo.
Y mientras tanto, ?qu¨¦ hace Rajoy? Todo lo contrario, prometer. Rajoy promete m¨¢s libertad, menos prohibiciones, bajar el paro, limpiar la corrupci¨®n y as¨ª sucesivamente. Rajoy es un antiguo, todos sabemos que prometer es f¨¢cil, es lo que hacen siempre los pol¨ªticos y nadie se lo cree. Las promesas se las lleva el viento, mientras que una buena prohibici¨®n la sientes en las carnes como una realidad incuestionable. Rajoy tendr¨ªa que entrar en competici¨®n con Zapatero y quitarnos m¨¢s cosas, suprimir m¨¢s vicios, poner m¨¢s imaginaci¨®n en reprimir nuestros excesos. Pero nada, no se entera y as¨ª le van a salir las cosas.
Por aqu¨ª la estrategia es m¨¢s reducida. Unos se limitan a lavarse la cara, a cuidar un poco la higiene corporal, que andaba un poco descuidada ¨²ltimamente, y a¨²n as¨ª solo consiguen una mirada aviesa y despectiva del jefe que casi parece echarle mal de ojo. Y los otros emplean argumentos hortofrut¨ªcolas poniendo las naranjas encima de la mesa electoral, sanas o podridas, es igual, porque en naranjas se quedan. As¨ª no vamos a llegar muy lejos.
Zapatero gana, seguro. Es el que mejor entiende los tiempos actuales, invertir la pol¨ªtica para que votemos lo que no queremos. Si proh¨ªbe un par de cosas m¨¢s, tiene mi voto asegurado. Lo tengo claro.
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