?Indignaos!
El panfleto ?Indignaos! de St¨¦phane Hessel, ese combativo viejito de 93 a?os, lleva ya un par de semanas en nuestras librer¨ªas. Despu¨¦s de arrasar en Francia, con m¨¢s de un mill¨®n y medio de ejemplares vendidos, me pregunto qu¨¦ suerte correr¨¢n las versiones en euskera (Danonartean) y en castellano (Destino). Auguro que aqu¨ª tambi¨¦n le ir¨¢ muy bien, aunque no tanto como en el pa¨ªs vecino.
El ¨¦xito del librito es un revelador pr¨ªstino de la desorientaci¨®n contempor¨¢nea. Revelador del malestar generalizado y de la falta de referencias ideol¨®gicas claras. ?C¨®mo dar forma a la frustraci¨®n, contra qu¨¦, contra qui¨¦n indignarse, c¨®mo ir a la ra¨ªz de las injusticias sociales? El discurso ideol¨®gico de la izquierda est¨¢ m¨¢s desnortado que nunca y muchos ciudadanos no saben qu¨¦ hacer con su indignaci¨®n. Es comprensible por ello que encuentren un modelo y una figura de autoridad en Hessel; de hecho, la fuerza y el empuje de su texto provienen en gran medida de la biograf¨ªa de su autor. De origen jud¨ªo, participante activo de la Resistencia francesa, es torturado y enviado a Buchenwald, de donde consigue salvarse por los pelos. De Gaulle le env¨ªa despu¨¦s a la ONU, donde forma parte del grupo de elaboraci¨®n de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos. Desarrolla a continuaci¨®n la carrera diplom¨¢tica, colaborando entre otras batallas en la descolonizaci¨®n, etc¨¦tera.
Muchas vidas en una, s¨ª, y una constataci¨®n: los j¨®venes de ahora "no ten¨¦is las mismas razones, tan evidentes, para comprometeros. Para nosotros, resistir era no aceptar la ocupaci¨®n alemana, la derrota. Era relativamente simple. Simple como lo que sigui¨®". Frente a eso "las razones para indignarse pueden parecer hoy menos n¨ªtidas o el mundo, demasiado complejo. ?Qui¨¦n manda, qui¨¦n decide?... Vivimos en una interconectividad como no ha existido jam¨¢s". Adem¨¢s, todo est¨¢ dominado por "medios de comunicaci¨®n que proponen a nuestra juventud el horizonte del consumo masivo, el desprecio a los d¨¦biles y a la cultura, la amnesia generalizada y la competici¨®n a ultranza". Frente a ello, su alegato sencillo y apasionado contra la indiferencia y a favor del compromiso: "Encontrar¨¦is situaciones concretas que os llevar¨¢n a poner en marcha una acci¨®n ciudadana fuerte. ?Buscad y encontrar¨¦is!".
Hessel cita las batallas fundamentales: contra el desmantelamiento del Estado de bienestar; contra el poder del dinero, que "nunca ha sido tan grande, insolente, ego¨ªsta"; contra el incumplimiento de los derechos humanos a lo largo y ancho del planeta. Y una de sus actuales causas de indignaci¨®n: la situaci¨®n de Palestina (y ah¨ª, sus aportaciones m¨¢s discutibles, al combatir el terrorismo meramente porque "no es eficaz"). En definitiva, un llamamiento a una "insurrecci¨®n pac¨ªfica", sin m¨¢s complejidad, sin m¨¢s orientaci¨®n, pero que mantiene al menos encendida la pasi¨®n por la justicia.
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