Pol¨ªtica antiterrorista
Con las detenciones, el Gobierno dice a la izquierda 'abertzale' que no habr¨¢ negociaci¨®n
Entre la detenci¨®n en Bilbao de cuatro activistas con 200 kilos de explosivos y la captura en Francia de lo que parece ser parte de la direcci¨®n de ETA, el presidente del Gobierno declar¨® que la izquierda abertzale no ser¨ªa legal hasta que ETA desaparezca. Luego matiz¨®: "Lo tendr¨¢ dif¨ªcil mientras ETA est¨¦ viva". Es una apreciaci¨®n pol¨ªtica, no jur¨ªdica; la legalizaci¨®n de la nueva marca de Batasuna no depende necesariamente de ese factor, aunque los tribunales podr¨ªan tenerla en cuenta.
Pero pol¨ªticamente es relevante. El mensaje es que, en lo que de ¨¦l dependa, el Gobierno no har¨¢ nada por favorecer esa legalizaci¨®n mientras ETA no se disuelva. Por ejemplo, que no har¨¢ nada en el terreno penitenciario, como ahora pretende Batasuna al plantear que se acab¨® la fase de movimientos unilaterales y que en adelante deber¨¢ hacerlos el Gobierno en la b¨²squeda del "acuerdo democr¨¢tico que solucione el conflicto".
Un fruto de la actual pol¨ªtica antiterrorista (acoso policial, ilegalizaci¨®n, rechazo de la negociaci¨®n) es la necesidad en que se encuentra la izquierda abertzale de ir cada d¨ªa m¨¢s all¨¢ de lo previsto en su desmarque de ETA. Tras haberse negado a decir nada sobre la captura del grupo detenido en Bilbao, Sortu, su nueva marca, se ha visto obligada a rectificar y pronunciarse sobre planes como el de asesinar al lehendakari L¨®pez cuando Batasuna ya hablaba de tregua.
La izquierda abertzale trata de convencer a la opini¨®n p¨²blica espa?ola, y en primer lugar al Gobierno, de que realmente ha cambiado. Pero parece claro que tambi¨¦n el Gobierno est¨¢ interesado en convencer a Batasuna de que su estrategia actual no va a modificarse; que no espere mesas de partidos que formalicen cambios pol¨ªticos u otras concesiones; que desde la T-4 no hay la posibilidad de que se repitan situaciones del pasado en las que la firmeza en las declaraciones era compatible con di¨¢logos bajo cuerda y promesas de acuerdo. Zapatero y Rubalcaba parecen haber optado por evitar cualquier gesto que pueda interpretarse como disponibilidad para un escenario de ese tipo. Para que los de Otegi comprendan que lo tendr¨¢n dif¨ªcil mientras perviva ETA.
Lo que la izquierda abertzale tiene que acreditar ante el Tribunal Supremo es que ha dejado de ser "instrumento de la estrategia terrorista"; y aunque sea visible el distanciamiento (que no debe ser subestimado a la vista de c¨®mo ha reaccionado hist¨®ricamente ETA frente a sus disidentes), la estrategia actual de Batasuna mantiene un punto de continuidad con la que durante a?os ha compartido con ETA: el intento de utilizar la presencia de la banda, aunque sea en condici¨®n de amenaza latente, como factor de presi¨®n para alcanzar un protagonismo negociador y una influencia pol¨ªtica superior a la que le dan sus votos. Esa expectativa (legalidad con ETA presente) retrasa los pasos que a¨²n debe dar Batasuna, y de ah¨ª el inter¨¦s del Gobierno en subrayar su escasa viabilidad pr¨¢ctica.
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