La agon¨ªa de Tintoretto
La pasi¨®n por escribir, tambi¨¦n en autores de probado talento, no siempre lleva a una tarea con resoluci¨®n feliz. El dominio de las destrezas, a veces, queda obstruido por el ensimismamiento. Melania Mazzucco (Roma, 1966) es una excelente escritora, a quien hemos podido agradecer libros tan notorios como Vita, Ella, tan amada y Un d¨ªa perfecto (todos en Anagrama). Su extraordinaria capacidad para documentarse sobre la ¨¦poca que va a abordar (la emigraci¨®n italiana a Nueva York a principios del siglo XX, el periodo de entreguerras en Europa, las veinticuatro horas de un d¨ªa de mayo de 2001 en Roma) refleja una atenci¨®n al detalle que habr¨ªa elogiado Nabokov. Y esa documentaci¨®n la autora la pone h¨¢bilmente, sin que pesadamente gravite sobre el texto, al servicio de la imaginaci¨®n literaria. As¨ª suced¨ªa en las novelas mencionadas. En esta ocasi¨®n, sin embargo, el clima de ¨¦poca prima demasiado sobre los personajes y estos, debido al exceso de documentaci¨®n, parecen borrarse a la vez que se dibujan. Mazzucco ha elegido la figura de "el Tintoretto", que apenas sali¨® de Venecia, para adentrarse en la cotidianidad familiar, en sus trabajos y recelos, en el fracaso y la gloria del arte confrontada con un ¨¢mbito familiar marcado por las desavenencias, los equ¨ªvocos y la frustraci¨®n del padre que hubiera querido prolongar su arte en sus hijos. La novela tiene una estructura compuesta por cap¨ªtulos que corresponden a los ¨²ltimos quince d¨ªas de fiebre: una larga agon¨ªa en la que el pintor rememora su vida, en una suerte de gran inventario, muy minucioso, con Dios como interlocutor. Pero esta estructura se ve constantemente impugnada por una elocuci¨®n poco selectiva, de modo que, frente a p¨¢ginas magistrales, como las dedicadas a su hija natural Marietta -figura extravagante, indomable, imprevisible, fallecida a los 22 a?os-, la prolijidad se adue?a del texto produciendo un movimiento circular que cancela la seguridad de estar avanzando en alguna direcci¨®n. Esto, que podr¨ªa adjudicarse al delirio, tampoco cobra relieve, pues la voz narradora se deleita en la cr¨®nica de escenas cotidianas, sin distinguir lo significativo de lo obvio. De ah¨ª la punzante sensaci¨®n de que la historia de Marietta hubiera acaso servido, por s¨ª sola, de soporte unificador del drama de "el Tintoretto", desenga?ado de las convenciones de la ¨¦poca y no obstante esclavizado por ellas. Criada como un muchacho, naturalmente dotada y encauzada al arte, due?a de un "ardiente apetito de conocimiento", Marietta representa para el pintor el desaf¨ªo de lo desconocido, pero tambi¨¦n su claudicaci¨®n, la resignaci¨®n a Venecia. Sin embargo, la escrupulosidad en las eventualidades dom¨¦sticas diluye finalmente la magnitud del drama. El resultado no invalida por completo la novela, pero ¨¦sta se resiente al cabo de artificiosidad por la abundante reconstrucci¨®n, y finalmente transmite, aunque con indudable veracidad, un eficiente registro notarial que hubiera necesitado m¨¢s soplo de vida.
La larga espera del ¨¢ngel
Melania G. Mazzucco
Traducci¨®n de Xavier Gonz¨¢lez Rovira
Anagrama. Barcelona, 2011
520 p¨¢ginas. 24,50 euros
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