Horteras pero altamente rentables
Los avatares televisivos de la peculiar familia Kardashian enganchan a EE UU
En ese oscuro mundo de los famosos que lo son sin ning¨²n m¨¦rito profesional m¨¢s all¨¢ del de saber explotar con maestr¨ªa y sin pudor la fascinaci¨®n ciega de nuestra cultura por la fama, la familia Kardashian es un fen¨®meno digno de an¨¢lisis. Y no solo por la capacidad de seducci¨®n que ejerce sobre millones de estadounidenses, sino principalmente porque ha sabido transformar ese poder de sugesti¨®n en una m¨¢quina de hacer dinero sin precedentes en la historia de las celebridades vacuas.
Seg¨²n publicaba hace un mes The Hollywood Reporter, el clan Kardashian gan¨® 60 millones de euros en 2010, m¨¢s que Angelina Jolie o las principales estrellas de Hollywood. Tres reality shows y un cuarto en camino, l¨ªneas de ropa y zapatos, boutiques, perfumes, accesorios, biograf¨ªas, apariciones pagadas en decenas de locales de moda y hasta una tarjeta de cr¨¦dito con intereses desmedidos para sus usuarios con los pechos de la Kardashian m¨¢s famosa -Kim- impresos sobre ella, contribuyeron a engrosar las cuentas bancarias de esta familia colosalmente hortera y codiciosa.
Con su programa y su l¨ªnea de productos ganaron 60 millones en 2010
Saltaron a la fama a trav¨¦s de un reality show llamado Keeping up with the Kardashians, cuyo eje central consist¨ªa en seguir de cerca las aventuras y desventuras de esta familia numerosa formada por Kourtney, Khlo¨¦ y Kim, tres hermanas veintea?eras de curvas sinuosas crecidas en Beverly Hills a la vera de otras diosas del oportunismo medi¨¢tico como Paris Hilton; Kris Jenner, la matriarca, viuda de Robert Kardashian, un poderoso abogado que defendi¨® a OJ Simpson durante su famoso juicio por asesinato; Bruce Jenner, el padrastro y nuevo marido de Kris; y Kendall y Kylie, las hijas peque?as de la pareja.
El programa, que arranc¨® en 2007, se convirti¨® en un ¨¦xito instant¨¢neo. Semana tras semana el p¨²blico asist¨ªa a las tardes familiares en las que las hermanas mayores les explican a las peque?as c¨®mo ponerse un tamp¨®n, o a las noches locas en las que vestidos imposibles cubren las carnes de las tres voluptuosas f¨¦minas que llevan el peso del programa, y que se atacan como gatas cuando la una utiliza el bolso de Chanel de la otra sin permiso. Tramas profundas, para entendernos.
El primer cap¨ªtulo sent¨® adem¨¢s el tono desalmadamente utilitario que caracterizar¨ªa toda la saga familiar: Kim, la maciza oficial del clan, tiene que enfrentarse a su madre tras la publicaci¨®n de una cinta porno en la que aparece en pleno traqueteo sexual con su exnovio, el rapero Ray J. Pero como suele decirse, de tal palo tal astilla. As¨ª que mam¨¢ Kris le aconseja a su hija que le saque tajada econ¨®mica al asunto.
Kim recibi¨® en 2007 cinco millones de la empresa Vivid Entertainment a la que denunci¨® cuando se hizo p¨²blica la cinta. Curiosamente hay una p¨¢gina en Internet perteneciente a la misma empresa en la que a¨²n puede verse el v¨ªdeo.
Desde el estreno de la primera temporada de Keeping up with the Kardashians, la popularidad de toda la familia se ha disparado hasta l¨ªmites insospechados, sobre todo la de Kim, que tiene m¨¢s de seis millones de seguidores en Twitter (es la quinta persona del mundo m¨¢s seguida en la red social). Y esa cifra no es anecd¨®tica. Cada vez que esta estrella del tabloide tuitea sobre alg¨²n producto, recibe sustanciosas sumas de dinero por patrocinarlo (algo que por supuesto hacen muchas otras celebridades, aunque lo camuflen con mensajes de entusiasmo espont¨¢neo y sus fans ni se enteren de que hay gato encerrado).
Keeping up with the Kardashians termin¨® su quinta temporada el pasado diciembre con el episodio m¨¢s visto de la historia del canal que lo emite (casi cinco millones de personas, un r¨¦cord para un canal de pago como E!), pero los estadounidenses ahora reciben su dosis de Kardashians por m¨²ltiples v¨ªas. Las tres hermanas aparecen en revistas y programas de televisi¨®n opinando sobre lo divino y lo humano, promocionando sus propios productos o ejerciendo de mujer florero en cualquier evento petardo. Adem¨¢s, Kim y Kourtney tienen su propio reality sobre su vida en Nueva York al frente de una de sus boutiques y el mes pr¨®ximo se estrenar¨¢ otro m¨¢s que seguir¨¢ la vida matrimonial de Khlo¨¦ y su marido, Lamar Odon, compa?ero de Paul Gasol en Los Angeles Lakers. Como se descuide, el espa?ol tambi¨¦n acaba en las garras del clan.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.