Pompa y circunstancia
Son millones los turistas que cada a?o visitan los famosos castillos de Baviera. Los mand¨® construir Luis II, un esteta desquiciado, que arruin¨® con sus delirios de grandeza las arcas p¨²blicas de su reino. Sus contempor¨¢neos no dijeron de ¨¦l que era un visionario, sino que estaba chiflado. Pero lo cierto es, hoy en d¨ªa, que las colas de turistas encandilados por el paisaje alpino, las copias arquitect¨®nicas del Par¨ªs refinado, o las pinturas murales alusivas a las sagas germ¨¢nicas de las ¨®peras de Wagner, atraen sin duda a no pocos visitantes. Con bastante frecuencia oye uno en esas colas el valenciano-catalano-balear con acento de La Plana o de L'Horta. Una suerte fue para los b¨¢varos el haber tenido un apuesto rey con la cabeza repleta de chifladuras, porque el turismo aqu¨ª como all¨¢ anima las arcas p¨²blicas.
Es el mismo turismo que codician los inauguradores del aeropuerto de Castell¨®n: el provincianista Carlos Fabra y el maltrecho Francisco Camps. El viernes sin la m¨²sica "pompa y circunstancia" de Edward Elgar, aunque con obispo mitrado y agua bendita, con el artista de turno y con unos cientos de jubilados utilizados para el evento, quedaban te¨®ricamente abiertas unas instalaciones aeroportuarias sin aviones. No importa, tampoco habit¨® nunca nadie los castillos del chiflado de Baviera. Importan, eso s¨ª, las decenas de millones de euros que se han gastado y se seguir¨¢n gastando para el mantenimiento de unas instalaciones nada operativas en el presente y Dios sabr¨¢ lo que suceda en el futuro. Unos gastos que seguramente se a?adir¨¢n a la deuda p¨²blica que tanto nos favorece a todos los ciudadanos, porque el sol radiante del futuro progreso sale entre los cerros de Benlloch y la Vilanova. A lo mejor dentro de una d¨¦cada, o dos o tres, los aviones aterrizan en el nuevo aeropuerto con la misma frecuencia que lo hacen en Mallorca, y las colas de turistas de cualquier parte del planeta se hacen interminables, porque las gentes est¨¢n ansiosas por conocer la singular arquitectura vacacional de Oropesa o los fant¨¢sticos circos de la que un d¨ªa hab¨ªa sido La Ribera de Cabanes. De tal guisa debemos prepararnos para el futuro, porque como dijo el muy auton¨®mico presidente Camps, el promotor aeroportuario Fabra es un visionario como Julio Verne. Y si el Julio Verne del aeropuerto ha indicado que el aeropuerto es futuro, a lo mejor lo ser¨¢. Muchos de ustedes, vecinos, quiz¨¢s lo vean, cuando muchos de nosotros ya estemos criando malvas.
De momento ya tenemos unas pistas donde ir a pasear, y donde los ni?os eleven al azul de cielo sus cometas de Pascua. Sin olvidarnos de que tenemos tambi¨¦n la desverg¨¹enza de manipular ancianos en inauguraciones partidistas preelectorales que enrojecer¨ªan a cualquiera al lucero del alba. Y no nos olvidamos de la demagogia manida y estrafalaria y fuera de todo orden racional de los pol¨ªticos que inauguran el puente en el pueblo donde no hay r¨ªo. Nos quedamos con el chiflado Luis II que no era visionario.
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