Matanza por la quema de un Cor¨¢n
Una turba asesina a siete empleados de Naciones Unidas en el norte de Afganist¨¢n en venganza por la profanaci¨®n del libro sagrado del islam en Florida
Una turba enloquecida atac¨® ayer, tras el preceptivo rezo musulm¨¢n de los viernes, la sede de la ONU en la ciudad de Mazar i Sharif, al norte de Afganist¨¢n, y mat¨® a siete trabajadores del organismo internacional -tres miembros de la misi¨®n y cuatro guardas de seguridad, todos ellos extranjeros- en venganza por un episodio irrelevante que en su momento no despert¨® el menor inter¨¦s period¨ªstico: la quema de un ejemplar del Cor¨¢n en una min¨²scula iglesia de Florida.
El presidente Barack Obama conden¨® "en los t¨¦rminos m¨¢s duros posibles" la matanza y elogi¨® el trabajo de la ONU en Afganist¨¢n, "esencial", dijo, "para construir un pa¨ªs m¨¢s fuerte en beneficio de todos sus ciudadanos". Tanto Estados Unidos, que dirige las operaciones militares de la OTAN en Afganist¨¢n, como la ONU trataban ayer de esclarecer los hechos. En todo caso, se trata del mayor ataque contra Naciones Unidas desde el inicio de su misi¨®n en ese pa¨ªs y, al mismo tiempo, de un episodio que puede complicar a¨²n m¨¢s las perspectivas de pacificaci¨®n y de retirada de las fuerzas internacionales.
El libro fue destruido en una min¨²scula iglesia el pasado 20 de marzo
Dada la gravedad del atentado y sus posibles consecuencias, al tratarse de un suceso vinculado con el fanatismo religioso, la ONU est¨¢ tratando de establecer con precisi¨®n lo ocurrido antes de anunciar cualquier decisi¨®n sobre el futuro de su misi¨®n en Afganist¨¢n, mientras que Obama hizo un llamamiento a la "calma y a que todas las partes rechacen la violencia y resuelvan sus diferencias a trav¨¦s del di¨¢logo".
Los hechos, de acuerdo con el relato de algunos periodistas en la zona, trabajadores locales de la ONU y responsables de seguridad afganos, resultan pavorosos. A la salida de las mezquitas, una multitud encolerizada, armada con cuchillos, palos y piedras, avanz¨® hacia las instalaciones de Naciones Unidas, el m¨¢s visible signo de presencia extranjera en Mazar i Sharif, para expresar su protesta por la quema del Cor¨¢n ocurrida el 20 de marzo pasado en la ciudad de Gainesville, situada a unos 12.000 kil¨®metros de distancia.
Una vez all¨ª, los cerca de 20.000 manifestantes redujeron a los gurkhas nepal¨ªes que proteg¨ªan el edificio, as¨ª como a los agentes de seguridad afganos que les acompa?aban, mataron a alguno de ellos y penetraron en las oficinas y atacaron a todos a quienes encontraron en el camino, entre ellos, al parecer, el m¨¢ximo representante de la ONU en la ciudad. Algunos testigos dijeron haber visto salir humo y llamas del edificio. Un portavoz afgano asegur¨® que la mayor¨ªa de las v¨ªctimas hab¨ªan sido atacadas con los mismos fusiles que les fueron sustra¨ªdos a los vigilantes, excepto dos personas que fueron atrapadas y decapitadas posteriormente. Otro portavoz desminti¨® este extremo.
Cuatro de los muertos son nepal¨ªes y hay otros tres extranjeros, pero la ONU no mencion¨® ayer sus nacionalidades ni los nombres, a la espera de m¨¢s comprobaciones. Informaciones previas hablaban de v¨ªctimas mortales entre los afganos que trabajaban en la sede del organismo internacional como ayudantes o personal de seguridad.
El principal encargado de la misi¨®n de Naciones Unidas en Afganist¨¢n, Staffan de Mistura, se desplaz¨® de inmediato desde Kabul hasta Mazar i Sharif para investigar lo ocurrido y presentar una versi¨®n oficial. El ¨²ltimo ataque contra la ONU en Afganist¨¢n se produjo en 2009 en su sede de Kabul, donde murieron ocho personas.
El suceso ocurrido ayer llega como un dram¨¢tico recordatorio de la espiral de violencia impuesta por el fanatismo religioso en esa regi¨®n. Unos d¨ªas despu¨¦s de la quema del Cor¨¢n en Florida, al menos dos personas fueron asesinadas y varias iglesias cristianas atacadas en diversas ciudades de Pakist¨¢n.
Una autoridad religiosa citada por The New York Times, Mullavi Qyamudin Kashaf, jefe del Consejo de Ulemas de Afganist¨¢n, advirti¨® ayer que "a menos que los responsables de la quema sean severamente castigados, veremos violencia y protestas, no solo en Afganist¨¢n, sino en todo el mundo". Las ofensas a los s¨ªmbolos religiosos o patri¨®ticos no son consideradas delito en Estados Unidos.
El ataque contra la ONU representa una escalada de esa violencia que, adem¨¢s, deja al descubierto la fragilidad de la situaci¨®n pol¨ªtica. Mazar i Sharif es una ciudad habitualmente pac¨ªfica que no representa un gran desaf¨ªo militar. Por esa raz¨®n, su control correspond¨ªa a las fuerzas alemanas de la OTAN y deb¨ªa de ser una de las primeras cuya seguridad fuera transferida completamente a las autoridades afganas.
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