Verg¨¹enza
O Mariano Rajoy se guarda varios ases judiciales en la manga o su decisi¨®n de designar a Camps y dem¨¢s compinches como candidatos a las auton¨®micas en nuestra Comunidad puede ser el principio de su p¨¦rdida de las generales el a?o pr¨®ximo. Este hombre act¨²a poco, pero cuando lo hace se deja llevar por una contundencia inusitada, con el arrojo de quien elige la peor de las posibilidades sin que le importen ni mucho ni poco las consecuencias, as¨ª que queda mejor como gallego que como madrile?o. O como ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario. Como el pol¨ªtico que por un pu?ado de votos es capaz de olvidar los principios en cuyo nombre los demanda. Eso ocurre incluso en las mejores familias, pero maldita la gracia de que nos toque a los valencianos apechugar con una lista de candidatos en la que la mitad atraviesa por graves problemas judiciales, por lo que no es de extra?ar que los imputados implicados cobren de aqu¨ª a unos meses la categor¨ªa de implicados imputados, con lo que a los innumerables m¨¦ritos de Camps se unir¨ªa el de ser el primer presidente de nuestra Comunidad que nos gobierna desde Picassent, otro gran evento a celebrar como merece.
Tengo para m¨ª que a Camps le ha pasado, aunque en un registro mucho menor, como a Macbeth, cuando comenta con su esposa que "todav¨ªa somos j¨®venes en el crimen". Con las que ha hecho Zaplana y ah¨ª lo tienen, tan campante, y ganando una millonada por haber hecho precisamente lo que hizo: buenas amistades. Y no creo que el cartagenero se hubiera dejado liar de esa manera (de otras posiblemente s¨ª) por un sujeto de tan mala pinta como El Bigotes. Pero esas cuestiones pertenecen a las contradicciones del alma humana, porque tampoco nadie habr¨ªa dicho que Blasco se dejar¨ªa enredar por Zaplana, y ya vieron ustedes.
No es del todo cierto aquello de que "Dios los cr¨ªa y ellos juntan". Primero porque el tal Dios no cr¨ªa a nadie, y segundo porque el juntarse o no depende del criterio, voluntad e intereses de cada cual. As¨ª que Camps, que parec¨ªa tan apa?adito, tan de v¨ªspera de primera comuni¨®n, pronto se revel¨® como un grotesco l¨ªder de masas que empez¨® a desvariar de lo lindo en cuanto las cosas empezaron a venirle mal dadas. No dir¨¦ yo que este hombre ha perdido la raz¨®n, porque en un sentido amplio nunca la tuvo, pero s¨ª que de su verg¨¹enza se acuerda, pero hace a?os que la perdi¨® de vista en cualquier vestidor de sastrer¨ªa.
Respecto de los valencianos, orgullosos o avergonzados, que el cielo los asista. El sombr¨ªo panorama que padecemos es cosa de nada al lado de lo que nos va a hacer encima. Y si han hecho lo que han hecho por la cara, ahora seguir¨¢n haci¨¦ndolo por el morro, seguramente con una mayor¨ªa absoluta a sus espaldas (m¨¢s bien a sus pies) y la adhesi¨®n un tanto a contracor de muchos que no ven ninguna otra salida por m¨¢s que oteen una y otra vez un horizonte repleto de muy densos nubarrones. Los que socializan p¨¦rdidas y privatizan ganancias.
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