Gadafi bombardea Misrata tras retirar sus tropas del centro de la poblaci¨®n
El r¨¦gimen exige a los sublevados que se rindan en el plazo de dos d¨ªas
El bombardeo se produjo en plena celebraci¨®n por una retirada de las tropas que no fue completa -ya sospechaban los rebeldes libios que Muamar el Gadafi no iba a aflojar el cerco sobre Misrata-. El viceministro de Exteriores, Kaled Kaim, aseguraba el s¨¢bado que se aliviar¨ªa la situaci¨®n de la ciudad. Mentira. Anteayer, con 28 personas muertas, fue la jornada m¨¢s sangrienta en dos meses de combates. La madrugada del domingo a?adi¨® Kaim que el Ej¨¦rcito no abandonaba la ciudad, y que tan solo detendr¨ªa sus operaciones militares. Otra falsedad. El bombardeo indiscriminado continu¨® ayer inclemente, y los proyectiles impactaron en el centro y en los barrios residenciales de esta poblaci¨®n de 300.000 vecinos, la tercera m¨¢s habitada de Libia, cuya ca¨ªda no puede permitirse el dictador. Al menos otras ocho v¨ªctimas llenaron los dep¨®sitos de cad¨¢veres.
Las tribus no parecen dispuestas a atacar la ciudad, lo har¨¢n mercenarios
Kaim amenaz¨® ayer a los sublevados. Si no se rend¨ªan en el plazo de dos d¨ªas, "los l¨ªderes tribales" hab¨ªan decidido "pasar a la acci¨®n". Portavoces de los rebeldes citados por Reuters insisten en que Gadafi disfruta de escaso apoyo incluso entre esas tribus, y que no ser¨¢n soldados ni miembros de los clanes quienes arremeter¨¢n contra la ciudad vencido ese ultim¨¢tum, sino mercenarios. En todo caso, la rendici¨®n de los milicianos alzados contra el r¨¦gimen es impensable a estas alturas. Como dicen los lemas que abundan impresos en las ciudades orientales, o acaban con Gadafi o mueren. Pero no ha lugar a componenda de ninguna clase.
Misrata es crucial para el devenir de la guerra. A solo 200 kil¨®metros de Tr¨ªpoli, un repliegue total de los blindados y soldados libios supondr¨ªa el aislamiento de Sirte, cuna del s¨¢trapa y a medio camino de los 1.000 kil¨®metros que separan Bengasi de la capital. Gadafi considera Sirte otro de sus baluartes. Importantes bases militares radican en esta localidad, a la que el l¨ªder de la revoluci¨®n que derroc¨® al rey Idris en 1969 consider¨® convertir en capital de Libia y que se ha mantenido al margen de la contienda, si se except¨²an los ataques que la OTAN ha ejecutado en sus inmediaciones. Los 200 aviones -solo los de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Canad¨¢, B¨¦lgica, Noruega y Dinamarca llevan a cabo misiones de ataque- y los 18 buques de la OTAN y de los pa¨ªses que participan en la coalici¨®n, a cargo de aplicar la zona de exclusi¨®n a¨¦rea, no arredran a Gadafi, que ha sabido adaptarse en el campo de batalla tras perder la hegemon¨ªa total en el aire.
?Y por qu¨¦ no destrozan totalmente el basti¨®n de Gadafi en Bab el Azizia, al sur de Tr¨ªpoli? Es la pregunta que se plantean muchos ciudadanos de Bengasi, que no pueden ignorar que el aut¨®crata cuenta con decenas de refugios. Solo en su residencia de Al Baida, ciudad de la oriental Cirenaica, en un paraje buc¨®lico, construy¨® un b¨²nker subterr¨¢neo de hormig¨®n armado y puertas de acero de 15 cent¨ªmetros que se hund¨ªa unos 15 metros bajo el subsuelo.
[Aviones de la OTAN bombardearon esta madrugada el complejo presidencial de Bab el Azizia, en Tr¨ªpoli, en un ataque calificado por una funcionaria de prensa del r¨¦gimen libio como un atentado contra la vida de Muamar el Gadafi. El raid destruy¨® uno de los edificios, donde se celebraban reuniones ministeriales, seg¨²n Reuters, aunque France Presse asegura que se trata del despacho del l¨ªder. Al menos 45 personas resultaron heridas, 15 de ellas de gravedad, y hay algunos desaparecidos].
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.