Par¨ªs y Roma exigen restringir la circulaci¨®n de inmigrantes en la UE
Sarkozy y Berlusconi lanzan una andanada contra el acuerdo de Schengen
El presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, acordaron ayer en Roma impulsar una "reforma urgente" del acuerdo de Schengen con la idea, no verbalizada pero aun as¨ª evidente, de limitar la libre circulaci¨®n de inmigrantes entre los Estados europeos en situaciones excepcionales, como la registrada ahora por el ¨¦xodo de norteafricanos.
"Queremos que Schengen siga vivo", explic¨® Sarkozy tratando de esconder con buenas palabras la andanada contra el acuerdo que en 1985 dio paso a la Europa sin fronteras. "Pero para que siga vivo Schengen debe ser reformado", a?adi¨®. "Queremos reforzar el texto, queremos reforzar los controles de Frontex y m¨¢s medios para que las fronteras de Schengen queden garantizadas". Berlusconi enfatiz¨® su acuerdo con la l¨ªnea francesa: "No queremos negar Schengen, pero estamos de acuerdo en que cuando se presenten circunstancias excepcionales debe ser modificado".
Berlusconi: "Si se dan circunstancias excepcionales, se modifica Schengen"
Ambos mandatarios decidieron solicitar a Bruselas la reforma del acuerdo a trav¨¦s de una carta conjunta cuyo contenido no trascendi¨®, y que Berlusconi resumi¨® as¨ª: "Hemos decidido nombrar dos personalidades para estudiar los temas de inmigraci¨®n y desarrollar los tratados. Francia y nosotros trabajaremos juntos con el Gobierno de T¨²nez para frenar las salidas de inmigrantes. En la carta enviada a la Comisi¨®n pedimos m¨¢s solidaridad de Europa con los socios de la orilla sur y con los pa¨ªses del norte de ?frica. Los Veintisiete no pueden dejarnos solos".
Las dudas sobre el alcance real de esa reforma no fueron aclaradas, pero Sarkozy mencion¨® la necesidad de revisar "las cl¨¢usulas de salvaguarda" que permiten cerrar las fronteras, como hab¨ªan avanzado el d¨ªa anterior fuentes de su Gabinete. La cumbre entre Par¨ªs y Roma -que cont¨® con la presencia de los ministros de Exteriores, Interior y Finanzas- sirvi¨® tambi¨¦n para aliviar los recelos bilaterales surgidos en las ¨²ltimas semanas.
La intervenci¨®n de la OTAN en Libia, acelerada por Par¨ªs y Londres contra los deseos del propio Berlusconi, y las presiones de empresas francesas sobre compa?¨ªas italianas (primero LVHM sobre Bulgari y ayer mismo la opa de Lactalis sobre Parmalat), abrieron las primeras grietas.
Pero el tema m¨¢s espinoso era sin duda la ca¨®tica gesti¨®n de los 25.000 inmigrantes tunecinos llegados desde enero a las costas de Italia. El posterior juego del escaqueo entre ambos pa¨ªses con los sin papeles desemboc¨® en la entrega de visados temporales por parte de Roma a varios miles de tunecinos con la esperanza de que cruzaran la frontera francesa. El 17 de abril, el bloqueo franc¨¦s de los trenes en Ventimiglia suscit¨® la c¨®lera italiana.
La decisi¨®n de Par¨ªs de rechazar a los sin papeles llegados a Italia fue reconocida por el propio Berlusconi cuando afirm¨®: "No podemos acusar de nada a Francia, porque ha hecho cinco veces m¨¢s esfuerzo en acogida que Italia, ellos reciben 50.000 refugiados anuales y nosotros 10.000".
Frente a la mirada corta y estrecha de l¨ªderes populistas, la sensatez del presidente de la Rep¨²blica Italiana, Giorgio Napolitano, reson¨® entre cajas con m¨¢s fuerza que nunca. "Nada ser¨ªa m¨¢s miope, mezquino y perdedor que el repliegue sobre s¨ª mismos de los pa¨ªses miembros de la UE ante el riesgo de flujos migratorios desesperados y masivos en nuestras orillas", advirti¨®.
La ministra espa?ola de Asuntos Exteriores, Trinidad Jim¨¦nez, se mostr¨® contraria a modificar Schengen "en funci¨®n de elementos de car¨¢cter coyuntural o temporal", como la llegada masiva de inmigrantes desde T¨²nez a Italia. Tras subrayar que a¨²n no se ha hecho ninguna propuesta formal de reforma, insisti¨® en que los europeos disponen de mecanismos para ordenar los flujos migratorios y que Espa?a no es partidaria de "dar marcha atr¨¢s a todas aquellas conquistas y avances conseguidos", informa Miguel Gonz¨¢lez. M¨¢s contundente fue el secretario de Estado de Exteriores, Juan Antonio Y¨¢?ez, quien calific¨® de "cat¨¢strofe" el retorno a actitudes "ego¨ªstas y nacionalistas" ante la inmigraci¨®n.
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