Blancura
Mar¨ªa Dolores de Cospedal acudi¨® ayer a una de esas imprescindibles entrevistas de Ana Pastor en Los desayunos de TVE. Vest¨ªa un traje de chaqueta blanco con camiseta marinera de rayas azules. El proyecto blanqueador tras una Semana de Pasi¨®n antigubernamental rebosante de declaraciones subidas de tono alrededor de la lucha antiterrorista era pues evidente desde la elecci¨®n del vestuario. Como aperitivo afirm¨® que ella no hab¨ªa hecho ning¨²n reproche al Gobierno sobre estos asuntos, sino que se limitaba a exigir la actuaci¨®n correcta de los responsables. El retorcimiento del lenguaje, unido al cierto aire a Norma Duval, despist¨® al espectador ma?anero que a¨²n busca el parecido entre la foto de Troiti?o y la de Rubalcaba.
Por m¨¢s que las estrategias de los partidos obliguen a sus espadas a dar un manotazo seguido de una caricia, los consumidores empiezan a encontrar el espect¨¢culo como una escenificaci¨®n grotesca del poli malo y el poli bueno. Los medios est¨¢n llenos de declaraciones, que son la forma m¨¢s primaria y menos interesante de la informaci¨®n. Un tipo dice algo. Otro tipo dice otra cosa. Y as¨ª se nos llena el territorio informativo de un tiroteo vacuo, ruidoso y que provoca un hast¨ªo tremendo ante la falta de esencia.
Por suerte para los televidentes, Ana Pastor iba vestida de negro, y el contraste se acentu¨® cuando se atrevi¨® a preguntarle qu¨¦ de peor tiene la fuga de Troiti?o con respecto a la volatilizaci¨®n de Josu Ternera mientras gobernaba el PP. Existe un programa en Telecinco llamado La caja, que es un expresionista interrogatorio con un formato est¨¦tico impecable, de lo mejor que hay en pantalla. El ¨²nico problema es que sus invitados y contenido suele ser un bald¨ªo psicodrama para fijos del planeta cotilleo. Esa m¨¢quina habr¨ªa sido lugar perfecto para conocer mejor a personas tan enigm¨¢ticas como Cospedal.
El borr¨®n a una eficaz argumentaci¨®n lleg¨® cuando, para acabar, el contertulio Miguel ?ngel Liso le pregunt¨® sobre sus ataques a los servicios informativos p¨²blicos y la secretaria general reivindic¨® que la televisi¨®n estatal ser¨¢ imparcial cuando ellos gobiernen, no como ahora. Al espectador le recorri¨® un escalofr¨ªo. Quiz¨¢ alguien de los que estaba frente a la pantalla recordaba, ten¨ªa memoria, y no se dej¨® cegar por tanta blancura.
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