El partido Madrid-Bar?a
De entre todas las abundantes muestras de cretinismo ocurridas la otra noche en el Madrid-Bar?a, que este gan¨® merecidamente, destaca con luz propia la indignaci¨®n del locutor de TV-3 cuando la megafon¨ªa del Bernab¨¦u se dirigi¨® a los aficionados del Barcelona ?en castellano!- Fernando Schwartz.
Mourinho hace peque?o al Madrid. Que en plena semifinal de Champions el Real Madrid, ganador de nueve Copas de Europa, juegue atr¨¢s, encerrado en su campo, es de ver y no creer. Parec¨ªa (despu¨¦s lo confirmar¨ªa el propio t¨¦cnico) que el Madrid jugase al empate a cero. En casa. En el partido de ida. Incluso el Bar?a parec¨ªa desconcertado.
En la rueda de prensa, en cambio, s¨ª se vio a un Mourinho aliviado. La roja a Pepe le daba la excusa de no tener que explicar un planteamiento tan indigno para un equipo de esta categor¨ªa. Parec¨ªa querer convencer a todos de que la roja hab¨ªa sido en el minuto uno, y no en el 60, cuando el Madrid llevaba ya una hora de juego rampl¨®n y cobarde.
Y eso con un equipo sobrado de talento para un entrenador especialista no en plantillas, me temo, sino en plantillazos como el de Pepe. Porque se podr¨¢ decir hasta la saciedad que Messi es el mejor de la historia, pero, con todo y con eso, las plantillas del Real Madrid y del Barcelona son bastante parecidas en calidad y en posibilidades.
No, la diferencia est¨¢ en el banquillo. Guardiola apuesta por el f¨²tbol. ?l no. Es posible que la ¨²nica victoria de Mourinho en este partido haya sido la de transformar lo que deber¨ªa ser un inolvidable espect¨¢culo futbol¨ªstico en un partido feo y bronco, como a ¨¦l le gustan. Por desgracia para ¨¦l, as¨ª no se gana al f¨²tbol. - Pablo Gonz¨¢lez Caballero Madrid
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