Oseznos t¨ªmidos y unicornios huidizos
La fauna congelada que se esconde en esculturas y fachadas madrile?as
En dos de las estatuas m¨¢s famosas de Madrid los protagonistas son bestias. Los leones del Congreso y el oso que trepa al madro?o se llevan todas las fotos de los turistas pero, en la sombra, viven cientos de animales congelados en piedra y metal.
Entre los favoritos del investigador Luis Miguel Aparisi, que prepara un ambicioso estudio sobre la estatuaria madrile?a (tendr¨¢ 12.000 p¨¢ginas) est¨¢n los oseznos que se asoman t¨ªmidos tras las farolas del puente de la Reina Victoria sobre el Manzanares. "Son muy simp¨¢ticos, parece que se escondan del tr¨¢fico... pero por ello mismo pasan muy desapercibidos", dice Aparisi sobre estas esculturas de ?ngel Garc¨ªa D¨ªaz, autor tambi¨¦n de las figuras que decoran el Palacio de Correos. Uno de los ositos aparece en la portada de su libro Madrid en sus animales donde narra hilarantes an¨¦cdotas de animales vivos y describe algunas estatuas faun¨ªsticas. "Muy poco conocida y magn¨ªfica es la del perro que hay en el Zoo", dice. El can "m¨¢s bien tipo chucho" sol¨ªa estar acompa?ado de una oraci¨®n grabada en piedra en la que rogaba a Dios que su amo fuese tan fiel como ¨¦l lo era. El rezo desapareci¨® en un traslado, pero el perro, que estuvo primero cerca de los koalas y luego donde los pandas rojos, sigue rondando por el zool¨®gico.
En la sombra viven cientos de animales congelados de piedra y de metal
Un unicornio guarda a los muertos del cementerio brit¨¢nico
En el Diccionario de fauna ornamental de Madrid, editado por el Ayuntamiento, tambi¨¦n se escogi¨® una escultura muy poco conocida para la portada: un peque?o gato negro que vigila el cielo desde el techo de una casa en Comandante Franco. El libro lista hasta 85 especies animales (algunas fant¨¢sticas) en las calles de la ciudad. Las m¨¢s repetidas son los osos y las ¨¢guilas, cosas de aparecer en escudos. Sin embargo, escondidos en cornisas, m¨¦nsulas y patios, hay bichos ex¨®ticos de todo tipo. Como la famosa rana que hay que encontrar en la fachada de la Universidad de Salamanca, Madrid tambi¨¦n tiene sus animales esquivos: desde un rat¨®n muy gato que se esconde en una antigua confiter¨ªa a una panda de ping¨¹inos bebedores de cerveza.
Lagartos que son salamandras Casa de los lagartos
En una pared de Chamber¨ª toman el sol 11 salamandras. Habitan el bonito edificio del n¨²mero 1 de Mej¨ªa Lequerica, proyectado en 1911 por Benito Gonz¨¢lez del Valle. Es uno de los primeros ejemplos de la influencia del estilo secesionista en Madrid. Este modernismo vien¨¦s se puede ver en las bandas, como muy Klimt, esgrafiadas de la fachada amarilla y por supuesto en las propias salamandras. El m¨ªtico animal tambi¨¦n anida en la sede del movimiento arquitect¨®nico, que se encuentra en Viena y fue proyectado por Joseph Maria Olbrich. Seg¨²n el bestiario medieval, la salamandra es una suerte de drag¨®n que nace y vive en el fuego. Por ello era el s¨ªmbolo de los bomberos quemadores de libros de la novela de Ray Bradbury Fahrenheit 451, que tambi¨¦n llamaban Salamandra a su cami¨®n cisterna (que llevaba queroseno en vez de agua). Colocadas en una casa se suponen que las salamandras protegen contra incendios, dada su resistencia hacia el elemento. Pero de poco le sirvi¨® a esta, porque el nombre por el que se la conoce es La Casa de los Lagartos, bichos de mal ag¨¹ero para los supersticiosos. Donde s¨ª se pueden ver lagartos es en Conde de Romanones, 14 (cerca de Tirso de Molina) donde el maestro de morteros de cal Julio Barbero ha esgrafiado toda una colecci¨®n de ellos. Se esconden en un juego visual del dibujante holand¨¦s M. C. Escher en el que unas formas geom¨¦tricas se van convirtiendo en reptiles a medida que uno sube la mirada.
Ping¨¹inos cerveceros Almacenes Ripoll
Haciendo beodos equilibrios sobre la cornisa del n¨²mero 3 de la calle de Fernando VI hay ocho ping¨¹inos bebiendo cerveza con un barril bajo el brazo. El edificio lo proyect¨® con toques modernistas en 1924 Francisco Reynals (autor tambi¨¦n del cine Bogart) para don Joaqu¨ªn Ripoll como almac¨¦n y tienda de ropa con una decoraci¨®n "sencilla pero elegante" seg¨²n la memoria del proyecto. Los ping¨¹inos llegaron despu¨¦s, cuando se instal¨® en el inmueble la cervecer¨ªa Cruz Blanca y coloc¨® sobre los pilares de la barandilla de la azotea a sus simp¨¢ticas mascotas. All¨ª siguen, m¨¢s tocados por el abandono y el olvido que por la ingesta de cerveza.
El drag¨®n y el oso que escup¨ªan Museo de los or¨ªgenes
Secos y desubicados dormitan en el patio del Museo de los Or¨ªgenes (San Andr¨¦s, 2) el oso y el drag¨®n de la Cibeles. En origen, la fuente no era solo ornamental. Ventura Rodr¨ªguez previ¨® que de un ¨¢nfora sobre la que se sentaba un ni?o brotase agua potable, pero nunca se construy¨® y hubo que esperar 13 a?os para que la Cibeles fuese algo m¨¢s que un bonito abrevadero.
En 1794, por demanda popular, se colocaron en el borde las dos figuras her¨¢ldicas madrile?as, el oso y el drag¨®n, de cuyas bocas sal¨ªa agua. En el ca?o del oso llenaban sus barriles los 50 aguadores que ten¨ªa asignados la diosa, al drag¨®n se pod¨ªa acercar cualquiera. Las esculpi¨® Alfonso Giraldo Bergaz y dieron servicio hasta 1862 cuando se prohibi¨® el uso p¨²blico de la fuente.
Al oso lo exiliaron a la casa de las fieras del parque del Retiro, donde convivi¨® un tiempo con sus semejantes de carne y hueso. Al drag¨®n lo sentaron en un patio de la Casa Cisneros. Tras dar vueltas por Madrid finalmente encontraron su sitio en el museo que fue Casa de San Isidro.
Mickey castizo Museo del Rat¨®n P¨¦rez
El ubicuo Mickey Mouse tambi¨¦n existe en Madrid. Est¨¢ en un conjunto escult¨®rico del Zoo, rodeado de sus amigos de Disney. Sin embargo, el roedor m¨¢s gato del mundo se llama P¨¦rez y fue inventado en 1902 por un cura que no est¨¢ criogenizado.
El padre Coloma era el consejero espiritual de la Corona y entre sus tareas estaba consolar al ni?o rey Alfonso XIII. Cuando este perdi¨® un diente de leche, el padre Coloma le escribi¨® el famoso cuento sobre un rat¨®n que viv¨ªa en una caja de galletas en una confiter¨ªa de la calle Arenal, 8... Y el resto es historia.
Un siglo despu¨¦s, el alcalde de Madrid ?lvarez del Manzano inaugur¨® la casa museo del roedor, cuentan que acompa?ado de su nieto. Tan tierna estampa se rompi¨® cuando al ni?o consistorial le dieron una r¨¦plica de la escultura que hay en la galer¨ªa comercial y se le cay¨® al suelo. La de verdad, en bronce, sigue all¨ª dentro, en un tranquilo hall al margen del bullicio de la calle (porque ya nadie visita las galer¨ªas comerciales).
Peor lo tuvieron los ratones de aluminio dise?ados por Susana Polack para una fuente del antiguo Centro de Investigaciones Biol¨®gicas (hoy Secretar¨ªa del Mar, en Vel¨¢zquez, 144), un espectacular edificio, bautizado como la esquina m¨¢s hermosa de Madrid antes de que las reformas la destrozasen. El genial arquitecto Miguel Fisac encarg¨® para el patio La fuente de los ratones, como homenaje a las peque?as v¨ªctimas del avance cient¨ªfico. Aut¨¦nticos m¨¢rtires del progreso, los ratoncillos desaparecieron del inmueble en una de las reformas.
Un unicornio escoc¨¦s Cementerio brit¨¢nico
Desde 1854 un esquivo unicornio guarda a los muertos. Vive en el escudo que hay en la entrada del desconocido cementerio Brit¨¢nico de Carabanchel (Comandante Fontanes, 7), donde est¨¢ enterrado el fundador del Circo Price, el del restaurante L'Hardy y la familia Loewe.
Tras a?os de diplomacia los protestantes consiguieron su camposanto en Madrid, donde el Gobierno les lleg¨® a exigir que el cementerio no tuviese capilla y los entierros se celebrasen sin culto, pompa ni publicidad. El escudo se coloc¨® dos a?os y varios difuntos despu¨¦s de inaugurarse (para ser consagrado hubo que esperar otra d¨¦cada). Realizado en piedra caliza blanca el escudo de armas brit¨¢nico es obra de Pedro S. Nicoli. Est¨¢ flanqueado por un le¨®n rampante a la izquierda y por un unicornio a la derecha. El le¨®n, ingl¨¦s, lleva corona; el unicornio, escoc¨¦s, tambi¨¦n, pero al cuello y con una cadena.
Obsesi¨®n por los elefantes Edificios de Grases Riera
Para referirse a un tab¨² los ingleses (vivos) dicen que hay "un elefante en la habitaci¨®n": eso que todo el mundo ve, pero de lo que nadie habla. El arquitecto Jos¨¦ Grases Riera s¨ª que ve¨ªa el elefante. Tanto que lo coloc¨® en tres de sus edificios. Sus m¨¦nsulas paquid¨¦rmicas m¨¢s conocidas son las del palacio La Equitativa (Sevilla, 3), cuyos ojos de piedra brillan inquietantes protegiendo el edificio vac¨ªo. Tambi¨¦n se pueden encontrar bajo los balcones del actual Consejo General del Poder Judicial (Marqu¨¦s de la Ensenada, 8) y en la entrada principal de la Sociedad Nuevo Club (Cedaceros, 2). El estilo ecl¨¦ctico de Grases Riera (es el tipo que proyect¨® la sede de la SGAE y el monumento a Alfonso XII en el Retiro) le permiti¨® ir cambiando de estilo pero mantenerse fiel a sus elefantes. El ex¨®tico animal estaba de moda a finales del XIX y principios del XX y Grases Riera no fue el ¨²nico que lo us¨®, aunque sin duda fue el que m¨¢s lo hizo. Su coet¨¢neo Jos¨¦ Espelius tambi¨¦n ech¨® mano de los paquidermos en un edificio de viviendas de Goya, 32.
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