Alfombra roja para la Filarm¨®nica de Berl¨ªn
No era un espejismo. Estaba ah¨ª, en el escenario del Teatro Real de Madrid, la Filarm¨®nica de Berl¨ªn al completo, con su titular, sir Simon Rattle, al frente, celebrando su fiesta de cumplea?os en la ma?anita del 1 de mayo, una tradici¨®n que bajo la denominaci¨®n Europakonzert se remonta a 1991, aunque la orquesta se fund¨® en 1882. Surgi¨® el Concierto Europeo tras la fuerte impresi¨®n causada por la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, lo que motiv¨® la conveniencia -y hasta necesidad- de reforzar el compromiso europeo de la orquesta, en una reafirmaci¨®n de sus or¨ªgenes democr¨¢ticos. En Espa?a, concretamente en El Escorial, se hab¨ªa celebrado solamente una vez este concierto bajo la direcci¨®n de Daniel Barenboim en 1992. A lo largo de estos a?os ha tenido lugar en espacios tan emblem¨¢ticos como el Palazzo Vecchio de Florencia, la f¨¢brica Kabelwerk Oberspree de Berl¨ªn o el Ode¨®n Herodes Atico de la Acr¨®polis de Atenas. Tiene, en cualquier caso, el concierto una intenci¨®n de difusi¨®n universal, y de hecho se televisa en infinidad de pa¨ªses, en directo o diferido, y se graba en DVD, con una audiencia estimada de 500 millones de personas.
FILARM?NICA DE BERL?N
Director musical: Simon Rattle. Guitarra: Ca?izares. Chabrier: Espa?a. Joaqu¨ªn Rodrigo: Concierto de Aranjuez. Rachmaninov: Sinfon¨ªa n¨²mero 2. Teatro Real, 1 de mayo.
La visi¨®n global de Rattle fue de gran lucidez y la orquesta apabullante
La alfombra roja se hab¨ªa desplegado metaf¨®ricamente para ambientar un acontecimiento que, curiosamente, era solamente una carta de presentaci¨®n, un pre¨¢mbulo, de unas amistades m¨¢s que prometedoras. En la temporada 2012-2013 la orquesta berlinesa y su director titular vuelven al Real con Parsifal de Wagner, en coproducci¨®n con el Festival de Pascua de Salzburgo. Y en las sucesivas recalar¨¢n en Madrid con Salom¨¦ y Carmen. ?C¨®mo no va a sentirse Madrid euf¨®rica musicalmente con esta colaboraci¨®n? Un detalle a tener muy en cuenta, antes del concierto, fue que, siguiendo las pautas del potente Servicio Educativo de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn (premio Juan de Borb¨®n de hace un par de a?os), al ensayo general del s¨¢bado ¨²nicamente se permiti¨® la entrada a j¨®venes menores de 30 a?os. ?Visi¨®n de futuro? M¨¢s o menos.
El programa tuvo un par de gui?os espa?oles en la primera parte. Para calentar motores, el concierto comenz¨® con la rapsodia para orquesta Espa?a, de Chabrier. La realizaci¨®n sonora fue impecable. Despu¨¦s vino el superconocido Concierto de Aranjuez, de Rodrigo, una obra que hab¨ªan tocado con anterioridad para la Filarm¨®nica berlinesa solistas como Narciso Yepes o John Williams. En esta ocasi¨®n optaron por un guitarrista flamenco. Ca?izares lo interpretaba por primera vez. No lo parec¨ªa. Simon Rattle lo plante¨® con sonoridades suaves, de una manera casi camer¨ªstica. Sonaba diferente a lo habitual con esos melismas aflamencados, con un di¨¢logo sutil entre solista e instrumentistas, con una concepci¨®n musical de ra¨ªces nost¨¢lgicas, con esa mirada constante al sur. Ca?izares ha tocado muchos a?os con Paco de Luc¨ªa. Es algo que se percibe en su deslumbrante t¨¦cnica. Tambi¨¦n se ha introducido en el repertorio m¨¢s cl¨¢sico, especialmente en Alb¨¦niz, y siempre se ha mostrado solidario con la creaci¨®n contempor¨¢nea de la mano de Mauricio Sotelo. Esa apertura permanente enriquece la manera de tocar la guitarra de Ca?izares que, en cualquier caso, conserva la herencia flamenca m¨¢s pura en ritmos y sonoridades. Se adapt¨® con naturalidad a las exigencias de Rattle y entre ellos surgi¨® un idilio, ya desde los ensayos en Salzburgo, que contagi¨® a los m¨²sicos de la orquesta. Todo son¨® con ajustada personalidad, sin cargar las tintas en el efectismo, valorando siempre el detalle secreto, con un aire de descubrimiento. Los m¨²sicos y el director aplaudieron al guitarrista. Ca?izares, que sali¨® a escena aterrorizado, estaba al final euf¨®rico.
La apoteosis lleg¨® con la Segunda sinfon¨ªa, de Rachmaninov, una obra en la que Rattle cree con firmeza y con la que convenci¨® hasta a los m¨¢s reacios a la misma en el pasado Festival de Pascua de Salzburgo. La visi¨®n global del maestro fue de una gran lucidez y la respuesta de la orquesta sencillamente apabullante. No se puede tocar mejor. Rattle demuestra en sinfon¨ªas como esta su categor¨ªa de gran director, controlando con meticulosidad todo lo concerniente a la arquitectura, el desarrollo, la sonoridad, la tensi¨®n, la din¨¢mica y los acentos m¨¢s ocultos de la obra. La orquesta respondi¨® como un mecanismo de relojer¨ªa. No solamente en la precisi¨®n y exactitud t¨¦cnicas, sino en la capacidad de sacar a la luz los detalles musicales m¨¢s po¨¦ticos. Ante una ejecuci¨®n de tal categor¨ªa no queda otra soluci¨®n que entregarse sin reservas. As¨ª lo hizo el p¨²blico ayer. Un p¨²blico ensimismado, por otra parte, al comprobar que le estaban llegando en vivo y en directo los Sonidos, as¨ª con may¨²sculas, m¨¢s prestigiosos del planeta.
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