La catarsis del m¨¢s all¨¢
Me gustar¨ªa manifestar mi fascinaci¨®n por el programa de televisi¨®n Mas all¨¢ de la vida, y en especial por su m¨¦dium, Anne Germain, que nos ha permitido descubrir que en ese m¨¢s all¨¢ nuestros seres queridos hablan ingl¨¦s. El sistema es el mismo en todos los programas. El invitado vivo espera que Germain atraiga las presencias. El presentador Jordi Gonz¨¢lez hace gala de su condici¨®n biling¨¹e, extraordinaria en un pa¨ªs donde ni los presidentes hablan un segundo idioma, y va simultaneando el relato que Germain desgrana con el mundo espiritual. ?Es una de las mejores lecciones de ingl¨¦s en el mundo audiovisual!
El invitado contiene su sorpresa al constatar que el ausente se expresa en el idioma de Shakespeare con pasmosa fluidez. No deja de ser un vapuleo a nuestro idioma que ni los muertos quieran hablarlo, reafirmando el ingl¨¦s como ese idioma donde se dicen las cosas m¨¢s trascendentales. Por ejemplo, el anuncio este domingo del presidente Obama del asesinato de Osama bin Laden.
Nunca vimos los cuerpos de elvis, michael jackson o diana de gales
Lo hist¨®rico sucede en ingl¨¦s y por eso los esp¨ªritus lo prefieren como idioma oficial. Curiosamente Ana Obreg¨®n, estrella espa?ola de la prensa rosa, tuvo a bien revelar -tras los ataques del 11-S- que hab¨ªa conocido a Bin Laden en una cena en Marbella. Muchos criticaron la frivolidad de la artista, pero Ana s¨ª mostr¨® entonces las fotos que corroboraban que Bin Laden, antes de terrorista, fue millonario saud¨ª, "bronceado y pas¨¢ndolo bien". Alegre y despreocupada, Obreg¨®n fue m¨¢s generosa que el Pent¨¢gono con la difusi¨®n de las fotos, y algunas cuarentonas de entonces dejaron caer que encontraban al terrorista "atractivo". Diez a?os despu¨¦s, la actriz declara estar perfeccionando su ingl¨¦s all¨¢ en Miami. Quiz¨¢s ser¨ªa hora de que la m¨¦dium Germain la convenza de acudir a su programa de Telecinco y as¨ª contactar con Bin Laden. Entonces Osama podr¨ªa manifestarse en el idioma de Obama y descifrarnos por fin cu¨¢l de todas las versiones sobre su muerte le gusta m¨¢s.
Con su muerte, Bin Laden prolonga su vida medi¨¢tica. Llev¨¢bamos un buen tiempo sin hablar de ¨¦l y ahora no hacemos otra cosa. Primero, asombra su c¨®modo estilo de vida en Pakist¨¢n, refugiado con sus esposas e hijos en esa mansi¨®n rural de voluntario aspecto desconchado. Pas¨® desapercibida la coincidencia, o efecto mariposa, de que al mismo momento en que el cad¨¢ver de Bin Laden era arrojado al mar ar¨¢bigo surg¨ªa del fondo del Atl¨¢ntico la caja negra, y algunos de los pasajeros, del avi¨®n de Air France que se hundi¨® en 2009. Unos se van, otros vuelven. Y en realidad ni las fosas oce¨¢nicas retienen a los muertos en eterna paz.
Por ¨²ltimo, la confusi¨®n informativa, el abanico de posibilidades sobre su muerte, parece dise?ada por la CIA para ganar tiempo e ir atando esos cabos invisibles que solo ellos saben ver y que convierten las teor¨ªas de la conspiraci¨®n en un velo ante lo que de verdad interesa: que Estados Unidos quiere recuperar el mando. Decidir quien viaja m¨¢s all¨¢ de la vida.
Es innegable que la Operaci¨®n Ger¨®nimo resucit¨® a Obama, que parec¨ªa perdido en pol¨ªticas internas y en esta crisis que no quiere marcharse. Tras el anuncio, Obama recuper¨® ese rostro bals¨¢mico, de premio Nobel de la Paz, mientras que el telediario hablaba de catarsis en los Estados Unidos. Catarsis que le acerca a la reelecci¨®n, convertido en el gestor de una guerra global donde no se hacen prisioneros, sino que se eliminan. Y la tortura se practica con normalidad.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, pareci¨® presenciar algo espantoso durante el visionado de la operaci¨®n. Las c¨¢maras la retrataron cubri¨¦ndose la boca mientras sus ojos parec¨ªan saltar. En una rueda de prensa posterior en Roma lo justific¨® diciendo que hab¨ªa tapado un estornudo de tipo al¨¦rgico. ?Le provocar¨¢ la misma alergia a Gadafi si alguien le acerca las fotos prohibidas?
Las fotos de cad¨¢veres famosos siempre han sido conflictivas. La que conocemos de Marilyn Monroe fue robada del instituto forense, en un descuido de los empleados. Nunca vimos el cuerpo de Elvis en el ba?o donde sucumbi¨®. Ni el de Michael Jackson o Diana de Gales. Tanto en la vida como al otro lado, los famosos son celosos de su imagen publica. Por eso me solidarizo con la m¨¦dium Germain, que en silencio soporta los desplantes de algunas de sus no-presencias. Luis Miguel Domingu¨ªn se neg¨® a manifestarse no tanto por el ingl¨¦s sino porque no quer¨ªa salir por televisi¨®n. Franco no se le apareci¨® a su nieta Carmen. Se resisti¨®, con la terquedad propia de aquellos que se aferran al poder, a hablarnos en ingl¨¦s.
En este mundo de vivos, qued¨® patente en la entrega de los Premios Ortega y Gasset que los populares disfrutan de una catarsis absoluta. Rajoy exhibe una delgadez casi atl¨¦tica, Cospedal un perfume arrebatador y Sainz de Santamar¨ªa confes¨® que prefiere el puente a¨¦reo al tren de alta velocidad. "No hay nada como apagar el m¨®vil una hora", dijo. Y aprovecharla para intentar leer el Financial Times. En ingl¨¦s.
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