De negro y por derecho

Vuelve a Madrid el bailar¨ªn-bailaor cordob¨¦s con la reposici¨®n de Cal¨¦, una obra resumen donde se palpa su evoluci¨®n. La obra est¨¢ retocada, se apoya m¨¢s en la tecnolog¨ªa, los v¨ªdeos y otros efectos electr¨®nicos que a veces superan lo deseado, como en la amplificaci¨®n del suelo ac¨²stico que priva de matices a su virtuoso taconeo. Y es que Joaqu¨ªn sigue siendo el mejor de su generaci¨®n, es artista intuitivo de lo que el p¨²blico va a reclamar de ¨¦l, se esmera y afana en la tarea de sacar adelante una velada de m¨¢s de hora y media donde suda el vestuario generosamente.

Esta vez se enfunda en un ce?ido esmoquin, casi una malla de ballet, que permite glorificar su figura, a¨²n en forma ¨®ptima y frasear un dibujo lleno de acentos y modismos algunos vern¨¢culos y otros de cosecha propia, muy articulados en su geometr¨ªa y en su gusto.

Ese suelo especial le jug¨® una mala pasada, algo inusual en un bailar¨ªn tan seguro y potente, pero pas¨®, y as¨ª hay que rese?arlo. El resbal¨®n traicionero no le rest¨® fuerza, al contrario, se creci¨® y regalo momentos intensos. Las seis mujeres que bailan a su son y cuerda tambi¨¦n se entonan al estilo y a una textura m¨¢s comercial donde se acerca al jazz y a lo ¨¦tnico con un dominio la capacidad r¨ªtmica.