La Castellana, a pie
Una propuesta urban¨ªstica prev¨¦ peatonalizar parte de la arteria con zonas ajardinadas y recuperar el tranv¨ªa
La apuesta es m¨¢s que ambiciosa. Si no fuera porque sus autores, un grupo de 11 arquitectos e ingenieros, han dedicado tres meses a estudiarlo, y por el entusiasmo que ha despertado entre algunos de sus colegas, podr¨ªa parecer un brindis al sol. Pero puede ser que no, que fuera factible y acorde con las tendencias que apuntan otras capitales del mundo: transformar gran parte de la Castellana en lugar de disfrute para los ciudadanos sin renunciar a ser una v¨ªa de tr¨¢nsito crucial. Significar¨ªa la reconversi¨®n de 6,6 kil¨®metros de longitud que mide desde Atocha hasta la plaza de Castilla, una superficie equivalente a 628.000 metros cuadrados, de los cuales unos 375.000 (casi la mitad del Retiro) ser¨ªan zonas peatonales y ajardinadas, m¨¢s del 40% de lo que ocupan ahora.
El proyecto tendr¨ªa un coste de 385 millones de euros, dicen sus autores
El proyecto, titulado La Castellana, de autopista urbana a paseo, est¨¢ coordinado por el arquitecto Joaqu¨ªn Aramburu y el ingeniero Roberto Romo y se debati¨® recientemente en el C¨ªrculo de Bellas Artes. Para sacarlo adelante han buscado aliados entre colectivos defensores de la bici y han creado una plataforma en Facebook.
El instrumento principal del cambio es el tranv¨ªa. As¨ª no se perjudica la movilidad pese a que se reducen dr¨¢sticamente los carriles de autobuses y coches, que de una superficie de 361.000 metros cuadrados que ocupan ahora se reducen a 143.000. Seg¨²n los c¨¢lculos de los autores, por la Castellana se desplazan hoy 285.000 personas al d¨ªa, de las cuales 140.000 lo hacen en autob¨²s. Con la disminuci¨®n de carriles, lo seguir¨ªan haciendo 50.000 pasajeros y el tranv¨ªa absorber¨ªa 140.000. El proyecto apuesta adem¨¢s por un gran carril-bici que, junto con el tranv¨ªa, tendr¨¢ prioridad. En cuanto al arbolado, de 8.365 ¨¢rboles pasan a 12.000.
Seg¨²n los tramos, la intervenci¨®n var¨ªa. En el de Prado-Recoletos se mantiene el proyecto de ?lvaro Siza y Juan Miguel Hern¨¢ndez Le¨®n, ahora paralizado por el conflicto entre el Ayuntamiento y la Comunidad, y que ya contempla reducir el tr¨¢fico. La intervenci¨®n m¨¢s significativa discurre desde Nuevos Ministerios a la plaza de Castilla. En esa parte de la v¨ªa, que mide 100 metros de ancho, ahora hay 14 carriles de autobuses que se quedan en seis, tres para cada sentido. Se recuperan las aceras laterales y las zonas centrales (de unos 50 metros de ancho) se destinan a parque.
"Es una propuesta pac¨ªfica", defiende Aramburu, "y que no digan que no es posible porque los n¨²meros no cuadran o porque no pueda cambiarse la movilidad". Opina que el coste no solo es asumible, 385 millones de euros, sino que ser¨ªa "muy rentable" para cualquier concesionaria.
Para Julio Pozueta, ingeniero de caminos y profesor de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid, conocedor del proyecto, considera que esta transformaci¨®n pondr¨ªa a Madrid en el mapa. "Se enmarca dentro de las tendencias de las grandes capitales como Nueva York, con el proyecto de peatonalizaci¨®n de Times Square, en Par¨ªs las grandes v¨ªas junto al Sena, Londres en Oxford Circus o Bilbao, que ha dejado solo un tramo para autobuses en la Gran V¨ªa. Mientras que en Madrid, la intervenci¨®n solo ha sido cosm¨¦tica. Esta apuesta cambia una ciudad dominada por el autom¨®vil y significar¨ªa un punto de inflexi¨®n. Adem¨¢s, el tr¨¢fico es muy maleable, y cuando en obras se han cerrado calles, como Serrano, no pasa nada".
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