Cuatro a?os de austeridad

"Quien nunca cambia sus ideas, jam¨¢s corrige sus errores", cit¨® ayer el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, para analizar las motas oscuras de su quinta mayor¨ªa absoluta. Atribuy¨® la merma de respaldo popular (del 55,5% al 49,7%) al brillante resultado de UPyD y a la censura ciudadana a decisiones econ¨®micas que, en tiempos de vacas fam¨¦licas, "hab¨ªa que tomar". Como en este sentido el horizonte tampoco invita al optimismo, Gallard¨®n avanz¨® que profundizar¨¢ en la austeridad y los recortes (que, seg¨²n prometi¨®, no afectar¨¢n al gasto social). Y adelant¨® que el ajuste se trasladar¨¢ a la estructura administrativa del Ayuntamiento, que reorganizar¨¢ y adelgazar¨¢ con el prop¨®sito de aumentar su eficiencia.

La reorganizaci¨®n afectar¨¢ a los cargos de confianza y a las empresas p¨²blicas

Eso afectar¨¢ a altos cargos y asesores, direcciones generales y empresas p¨²blicas (consulte aqu¨ª la estructura administrativa y salarial del Ayuntamiento). A falta de consensuar si se alterar¨¢ la divisi¨®n de la ciudad en 21 distritos, ese esfuerzo de sobriedad administrativa variar¨¢ la organizaci¨®n de las nueve ¨¢reas de Gobierno (los ministerios municipales), no tanto para lograr un ahorro que se prev¨¦ magro como para adecuar esfuerzos y prioridades pol¨ªticas a los exiguos recursos existentes. Por ejemplo: si no hay dinero para construir infraestructuras, quiz¨¢ valga la pena concentrar la atenci¨®n en la promesa insignia del programa electoral, crear empleo.

Los cambios ata?en tambi¨¦n a los empleados p¨²blicos: no habr¨¢ despidos, pero s¨ª reubicaciones basadas en criterios de eficiencia y necesidad. Adem¨¢s, los puestos de aquellos que se jubilen ser¨¢n amortizados.Gallard¨®n (PP) encadena seis victorias electorales (tres de ellas en la Comunidad, aunque la primera no le permiti¨® gobernar) y cinco mayor¨ªas absolutas. Esta ¨²ltima, es cierto, con 120.592 votos menos (casi seis puntos porcentuales), lo que el responsable de su campa?a, Manuel Cobo, atribuye a la censura ciudadana a medidas econ¨®micas que, en tiempo de recesi¨®n, "un Gobierno responsable debe tomar"; y al extraordinario resultado de UPyD, acentuado en la capital porque este partido se nutre precisamente de la clase media-alta urbana (y que, por cierto, obligar¨¢ a "cambios log¨ªsticos" al sumarse un cuarto grupo al Ayuntamiento).

Madrid es una ciudad que vota mayoritariamente a la derecha, enraizada en una comunidad aut¨®noma que tambi¨¦n vota a la derecha, m¨¦rito que, tanto a nivel regional como municipal, Gallard¨®n otorga en gran medida al "tir¨®n electoral" de la presidenta auton¨®mica, Esperanza Aguirre, y a "una campa?a local con discurso nacional" con el l¨ªder del PP, Mariano Rajoy, como ense?a. Ayer, haciendo balance ante la prensa, Gallard¨®n se sum¨® al coro de dirigentes de su partido que, si cabe ahora con m¨¢s br¨ªo, reclama al jefe del Gobierno que adelante las elecciones generales.

Si la m¨¢s apresurada y contundente en este sentido fue Aguirre, a la que el domingo le falt¨® tiempo, una vez encaramada en el palco de la victoria de la calle G¨¦nova, para lanzar esa exigencia al Ejecutivo, su compa?ero de filas (y de balc¨®n, pues ocupaba el otro flanco de Rajoy esa noche) prefiri¨® esperar a ayer. En opini¨®n del alcalde (hasta el 11 de junio, en funciones), el Gobierno "deber¨ªa analizar lo que es m¨¢s beneficioso no para el PSOE sino para Espa?a". Se pregunta si el pa¨ªs puede y debe aguantar 10 meses "sin enviar un mensaje contundente" a los ciudadanos, al mundo y a los mercados, "a los que tiene acostumbrados a cierta interinidad". "?No ser¨ªa m¨¢s razonable decidir en el menor tiempo posible? As¨ª limitar¨ªamos la fuerza de los especuladores y convocar¨ªamos a nuevos inversores", ha apuntado.

Madrid es una ciudad que vota a la derecha pero, en opini¨®n de Gallard¨®n, "no es conservadora sino de vanguardia", con ciudadanos a los que Madrid "ocupa y preocupa" (seg¨²n deduce de la participaci¨®n, mayor que en 2007 pese a las "circunstancias singulares", verbigracia, el movimiento 15-M acampado en Sol) y un alcalde "rebelde" (por asumir proyectos de riesgo, explic¨®).

?Y ahora qu¨¦? Su programa no incluye proyectos fulgurantes, grandes obras de transformaci¨®n urbana como Madrid R¨ªo (cuyo carisma electoral defendi¨® apelando a un recuento de votos en los barrios afectados, y no a escala de distritos, en los que la amplitud difumina el impacto). "No se puede gobernar igual en ¨¦poca de bonanza, cuando el presupuesto permite hacer muchas cosas, que en tiempos como estos en los que hay que elegir", explicaba Cobo. Se impone pues la austeridad, "m¨¢s intensa todav¨ªa" si cabe, y recortes (que, promete, no afectar¨¢n al gasto social). "Ser¨ªa razonable" trasladar eso a la estructura administrativa, reorganiz¨¢ndola para aumentar su eficiencia", dijo Gallard¨®n.

Eso supone cuando menos recortes en altos cargos, direcciones generales, empresas p¨²blicas y puestos de designaci¨®n pol¨ªtica. Pero no solo: tambi¨¦n reorganizar las nueve ¨¢reas de Gobierno (los ministerios), y replantearse la divisi¨®n de la ciudad en 21 distritos. En cualquier caso, esta sobriedad organizativa no busca tanto rebajar costes (el ahorro neto no ser¨¢ muy relevante), sino ganar eficiencia. Y servir¨¢ adem¨¢s para apuntalar prioridades, potenciando unas ¨¢reas de Gobierno frente a otras en virtud al nuevo rumbo pol¨ªtico que tome la legislatura.

Afectar¨¢ tambi¨¦n a los empleados p¨²blicos. No se plantea un expediente de regulaci¨®n de empleo, pero s¨ª an¨¢lisis de eficiencia y de la necesidad de su puesto que puede llevar a cambios de ubicaci¨®n y a procesos de "readaptaci¨®n profesional". En cualquier caso, la n¨®mina de 27.000 empleados p¨²blicos seguir¨¢ descendiendo, puesto que cuando uno se jubile o cambie de administraci¨®n su puesto desaparecer¨¢. De esta manera, se han amortizado 1.600 plazas en los ¨²ltimos dos a?os.

El l¨ªder municipal de UPyD, David Ortega, coincide en esta voluntad de recorte, que quiere centrar en gastos de personal, alquiler de edificios, empresas municipales y, sobre todo, cargos de designaci¨®n pol¨ªtica ("hay una superinflaci¨®n de puestos digitales, a dedo"). El concejal de Hacienda, Juan Bravo, discrepa tanto en cantidad (la tasa de asesores frente a empleados p¨²blicos es de 1:100) como en calidad (realizan un trabajo de corte pol¨ªtico que no deben ni quieren asumir los funcionarios). Aun as¨ª, tambi¨¦n ah¨ª est¨¢ dispuesto a meter tijera.

IU refrenda que la austeridad no paliar¨¢ la necesidad de ingresos que acogota al Ayuntamiento, y propone prescindir de la externalizaci¨®n de servicios que ahora prestan empresas privadas, cuando podr¨ªan depender de funcionarios, y cuyo coste cifra en m¨¢s de 2.000 millones de euros anuales (por ejemplo, las contratas de basura). El PSOE prefiri¨® no pronunciarse hasta conocer en detalle el plan, informa Elena G. Sevillano.