?Volvemos a lo mismo?
Nos gustar¨ªa creer que ya hemos pasado lo peor de la mayor crisis en 70 a?os. Pero los derivados, uno de los principales culpables de la crisis financiera, siguen sumando 10 veces el PIB mundial, y contin¨²an en aumento. Una gran adquisici¨®n por valor de 8.500 millones de d¨®lares hace que los analistas especulen sobre una nueva burbuja de Internet. Algunas econom¨ªas emergentes est¨¢n mostrando s¨ªntomas t¨ªpicos de recalentamiento, con un aumento sin precedentes de los precios inmobiliarios, el cr¨¦dito al consumo y los beneficios de los bancos.
Ser¨ªa perdonable que nos preguntemos si hemos aprendido algo en estos ¨²ltimos a?os. Ser¨ªa menos perdonable que estemos, sin darnos cuenta, preparando el terreno para la pr¨®xima crisis, sin que nadie d¨¦ la se?al de alarma.
Podemos estar en la antesala de la pr¨®xima recesi¨®n, sin que nadie d¨¦ la se?al de alarma
Si las instituciones internacionales cumplen su obligaci¨®n y hacen su trabajo, tendremos buenas posibilidades de evitar los errores del pasado. La crisis ha puesto de relieve el papel de organizaciones como la OCDE. Estamos coordinando mejor que nunca nuestros esfuerzos con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organizaci¨®n Mundial de Comercio y la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo.
Pero es necesario hacer mucho m¨¢s. El G-20, los Gobiernos, los actores de la sociedad civil y los ciudadanos de todo el mundo esperan mucho m¨¢s de nosotros. Desde que se fund¨® la OCDE, hace 50 a?os, ha ofrecido un foro extraordinario en el que los dirigentes y los responsables pol¨ªticos se re¨²nen para discutir qu¨¦ estrategias funcionan y cu¨¢les no. Tenemos un s¨®lido historial de ayudar a los pueblos a librarse de la ruina social y econ¨®mica, empezando por el Plan Marshall, tras la Segunda Guerra Mundial. Ayudar a los Gobiernos y los pa¨ªses a que comprendieran que sus econom¨ªas y sus sociedades eran interdependientes abri¨® la puerta a una era de cooperaci¨®n.
Ante la crisis reciente hemos obtenido varios resultados concretos: hemos cerrado para¨ªsos fiscales en todo el mundo, para que los contribuyentes y los recaudadores tengan claro que todos estamos contribuyendo a arreglar las cosas. Los principios de lucha contra el soborno internacional establecidos por la OCDE est¨¢n extendi¨¦ndose ya a todo el mundo; Rusia est¨¢ a punto de convertirse en el 40? pa¨ªs que se adhiere a ellos. Los sobornos sustraen dinero a las personas, les quitan la comida de la boca y perjudican el desarrollo. En un intento de reforzar el inter¨¦s por la necesidad de que se extienda un gobierno corporativo s¨®lido, hemos renovado por completo nuestras Directrices para Empresas Multinacionales. Seguimos impulsando la separaci¨®n entre las inversiones empresariales de riesgo, como los derivados, y la banca de proximidad. Y estamos haciendo aut¨¦nticos esfuerzos para abordar la falta de educaci¨®n y protecci¨®n econ¨®mica de los ciudadanos, que la crisis ha revelado de manera tan flagrante. Encabezamos los esfuerzos del G-20 para asegurar una debida protecci¨®n de los consumidores, con el fin de que una persona no se encuentre jam¨¢s en la posici¨®n de tener que firmar un documento hipotecario que no comprende. En regiones como Oriente Pr¨®ximo, podemos aportar nuestra experiencia para ayudar a reconstruir sus sociedades y sus econom¨ªas como hemos hecho en toda Europa Occidental y del Este.
Y estamos extendiendo los l¨ªmites del conocimiento y la comprensi¨®n cada vez que ponemos en tela de juicio las ideas adquiridas. Despu¨¦s de siete a?os de trabajo para medir mejor el progreso social, el lanzamiento de la iniciativa Your better life index (¨ªndice para vivir mejor) pretende responder a una vieja demanda de los ciudadanos de todo el mundo de no detenerse s¨®lo en el PIB como criterio para medir el bienestar y el progreso. Al dar a las personas normales un instrumento para medir su bienestar estamos transformando la elaboraci¨®n de las pol¨ªticas p¨²blicas, ayud¨¢ndoles a que nos ayuden a implantar las pol¨ªticas p¨²blicas m¨¢s adecuadas para mejorar su vida.
El comportamiento del sistema antes de la crisis nos decepcion¨®. Necesitamos restablecer la confianza y cumplir el mayor deseo de la gente: que haya crecimiento y empleo. La mejor manera de conseguirlo es partir de la realidad, las pruebas, las cifras, compartir las mejores pr¨¢cticas, hacer una valoraci¨®n sincera de lo que funciona bien y lo que no. Y desarrollar unas normas capaces de garantizar que la comunidad mundial se beneficie de la sabidur¨ªa que otorga la experiencia. Una buena pol¨ªtica p¨²blica consiste en buenas ideas, y nadie tiene el monopolio pol¨ªtico. Hay que formularlas, no desde extremos opuestos del panorama pol¨ªtico, sino en el nexo en el que se encuentran la econom¨ªa, el Gobierno, el sector privado y la gente corriente.
Es evidente que todav¨ªa no hemos salido del todo de la crisis. Es muy humano hacerse ilusiones y terminar volviendo al principio, a trabajar como siempre. Pero ser¨ªa una tentaci¨®n en la que nunca nos perdonar¨ªamos caer.
Angel Gurr¨ªa es secretario general de la Organizaci¨®n de Cooperaci¨®n y Desarrollo Econ¨®mico. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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