Charlene, una nueva Grace
Dentro de un mes, M¨®naco celebrar¨¢ la esperada boda del pr¨ªncipe Alberto que asegurar¨¢ el futuro del Principado
Raniero de M¨®naco se march¨® a Hollywood para encontrar una princesa con la que asegurar el futuro del Principado y devolverle su brillo perdido; y hall¨® a Grace Kelly. Alberto de M¨®naco, su hijo, y ahora monse?or del Estado monegasco, tambi¨¦n ha buscado su princesa con el mismo objetivo, pero lo ha hecho en el mundo en el que mejor se mueve: el deporte. Si hace 25 a?os, Alberto se paseaba por las calles de Madrid durante la disputa del Mundial de Nataci¨®n con el saltador de trampol¨ªn Greg Louganis, ahora lo hace por las alfombras de los palacios europeos con Charlene Wittstock, una nadadora de 33 a?os que acaba de salir de la piscina para convertirse en la gran esperanza del Principado y acallar los rumores sobre Alberto y su escaso inter¨¦s por el matrimonio a sus 53 a?os.
La nadadora, de 33 a?os, ha esperado una d¨¦cada a que ¨¦l se decidiera
Dentro de un mes ser¨¢ la gran semana de Alberto y Charlene. Porque la suya no se trata de una boda al uso, de esas que organizan las casas reales. Ellos tendr¨¢n dos bodas: una civil el 1 de julio y otra religiosa el 2. Adem¨¢s habr¨¢ conciertos en las calles, fiestas en las mansiones de los Grimaldi y espect¨¢culos de todo tipo con el objetivo de promocionar las bondades del Principado de M¨®naco. Y es que si en esta boda se presupone que hay amor de por medio, lo que nadie duda es que se trata de un matrimonio del que depende el futuro de este peque?o Estado que vive permanentemente amenazado por ser fagocitado por Francia. Su supervivencia depende de que los Grimaldi sigan gestionando su destino m¨¢s como empresarios de un pr¨®spero negocio que como miembros de una casa real. Pero para ello el pr¨ªncipe debe tener descendencia reconocida y Alberto hasta ahora la ten¨ªa, pero no era la adecuada. Hace varios a?os se filtr¨® que era padre de una ni?a residente en Estados Unidos, y de un ni?o que pasaba temporadas en M¨®naco.
Los ya adolescentes hijos de Alberto son fruto de dos relaciones pasajeras que mantuvo cuando al pr¨ªncipe se le ve¨ªa pasear m¨¢s con amigos que con amigas. El reconocimiento p¨²blico de estos dos hijos, que ya lo hab¨ªan sido formalmente en el registro civil -al nacer, en 1992 y 2003- no resolv¨ªa el problema de la sucesi¨®n, ya que las leyes monegascas dejan muy claro que los hijos del heredero deben ser concebidos dentro del matrimonio. Para lo que s¨ª sirvi¨® el descubrimiento fue para acallar rumores y preparar el camino.
Fue hace 10 a?os cuando Alberto conoci¨® a Charlene. Ella compet¨ªa y ¨¦l asist¨ªa como miembro del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI). Se fij¨® en ella por su parecido con Grace Kelly, pero nadie imagin¨® entonces que ser¨ªa la elegida tras un largo periodo de reflexi¨®n. En este tiempo de incertidumbre se lleg¨® incluso a barajar la posibilidad de que fuera Andrea, el hijo mayor de Carolina, quien sucediera a su t¨ªo. Pero pronto esta opci¨®n qued¨® descartada, porque el joven dej¨® claro que prefer¨ªa ser un rico heredero de fiesta en fiesta que el gestor de los negocios de los Grimaldi. Adem¨¢s Carolina, llamada a ser la primera dama y ayudante de su hermano, no ten¨ªa tiempo de controlar a su descontrolado marido Ernesto de Hannover y atender a las cuestiones protocolarias. Por eso la opci¨®n de Charlene gan¨® enteros.
Como deportista que es, esta joven sudafricana de 33 a?os ha sabido correr esta carrera de fondo, medir sus fuerzas y sobre todo esperar. Diez a?os ha tenido que aguardar Charlene para que Alberto se comprometiera. En una reciente entrevista concedida ante su inminente boda ha confesado que no esperaba que el pr¨ªncipe se lo pidiera, quiz¨¢ porque hab¨ªa perdido la esperanza. Fue justo antes de la boda de Victoria y Daniel de Suecia. Sorprendi¨® la presencia de Alberto y Charlene en los salones de palacio con todas las cabezas reinantes presentes. Pocos d¨ªas despu¨¦s se supo que ya estaban comprometidos y una semana despu¨¦s lo anunciaban.
En el ¨²ltimo a?o la maquinaria de palacio ha estado trabajando para Charlene, que cada vez se parece m¨¢s a Grace en su forma de vestir, de hablar, de pensar. Quien, por si quedara alguna duda, sabe cu¨¢l es su misi¨®n en el Principado y as¨ª lo ha dicho: "Quiero ser madre cuanto antes".
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