La pandilla de Leo

"Nada se explica sin Leo, es el eje vertebrador de este equipo. Pero Leo no juega solo", sostiene Guardiola. Al tiempo, se escucha en el vestuario: "Messi ha jugado mejor que nunca". La sensaci¨®n del Bar?a es que Messi ha hecho muchas m¨¢s cosas que meter goles y, aunque ha metido m¨¢s que nunca, los jugadores saben que ha escogido mejor, el sitio y la jugada, que ha le¨ªdo el juego como nunca. "Entiende el juego, interpreta el partido. Elige cuando pone el turbo", asume Xavi, el primer abrazo que busc¨® Leo cuando pit¨® el ¨¢rbitro el final del partido en Wembley. La Pulga es la caja de todos los tesoros, pero sabe el argentino que sin los compa?eros del vestuario, nada ser¨ªa lo mismo. "Ellos me hacen bueno a m¨ª", sostiene feliz de tener una pandilla como la suya.

"Era una inc¨®gnita saber c¨®mo competir¨ªa el grupo despu¨¦s de 2010", dice Guardiola

"No es complicado seguir. No tenemos excusa. Es un lujazo", advierte Xavi

"Lo de Iniesta y Xavi s¨ª que tiene m¨¦rito", reconoce La Pulga

"Ellos me hacen bueno a m¨ª", sostiene, se?alando a sus compa?eros

Buena parte de la gesta del Barcelona ha consistido en salir vivo del Mundial, competici¨®n que suele pasar factura a los futbolistas y a los equipos que m¨¢s jugadores aportan. "Para nosotros era una inc¨®gnita saber c¨®mo competir¨ªa el equipo despu¨¦s de haber ganado tanto, incluido el Mundial", admite Guardiola, que ten¨ªa muy presente a principio de campeonato el caso del Juventus tras el Mundial 82 . No necesitaba mirar muy lejos: el Barcelona ya vio morir al dream team en Estados Unidos el caluroso verano de 1994 y extravi¨® la magia del Bar?a de Rijkaard en Alemania 2006. "Es un m¨¦rito enorme que despu¨¦s de ganar un Mundial hayan seguido compitiendo como lo han hecho", dice el t¨¦cnico. Mientras, el grupo, en pleno, le mira y como dice Vald¨¦s, le resposanbiliza de los ¨¦xitos. "Sin Pep no estar¨ªamos viviendo esto", resume el portero.

"No hay equipo m¨¢s humilde y trabajador que este", insiste Guardiola. Para el de Santpedor, es dif¨ªcil encontrar las palabras que definan el esfuerzo de sus jugadores. "La tendencia natural a bajar el tono, a perder competitividad. Pero ellos lo han vuelto a hacer y no tengo palabras para describir el m¨¦rito. No han bajado los brazos, no se han cre¨ªdo nada. No hay equipo m¨¢s humilde y trabajador que el nuestro, que ha sido capaz, despu¨¦s de haberlo ganado todo, de ir a cualquier campo de Espa?a y dar lo mejor. Son un ejemplo de amor al deporte y de fair-play", dice Guardiola, que asegura estar "muy orgulloso" de los jugadores; "del primero al ¨²ltimo, mi gratitud es eterna".

Tan maravillado como Guardiola, el director deportivo, Andoni Zubizarreta, rendido a la fortaleza mental del equipo, sorprendido por la incre¨ªble capacidad para superar los peores momentos, por ejemplo, cuando Abidal pas¨® por el quir¨®fano al serle detectado un tumor en el h¨ªgado. "La mentalidad es una de las cosas buenas que tiene el equipo pero tiene m¨¢s: es un grupo impresionante", sostiene Puyol, ide¨®logo del homenaje a Abidal. Fue el quien sugiri¨® la idea a Xavi, que acept¨® a la primera. "El gesto que define lo que es este grupo" admite Manel Estiarte. "No es complicado seguir compitiendo. Nos cuidan de manera excepcional, nos dan las claves para ganar los partidos... Nos gusta venir a entrenarnos, nos gusta jugar... Nos lo pasamos muy bien, nos divertimos mucho. Esto es un lujazo. No tenemos excusa para hacerlo mal, porque si ellos no se relajan, nosotros, tampoco", explica Xavi. "Xavi es el paradigma de la competitividad, pero mi reconocimiento va del primero al ¨²ltimo", insiste terco el entrenador, que recuerda: "En Madrid, nos salv¨® el esfuerzo de Keita y Puyol. Sin ¨¦l no salimos vivos". Le sobran motivos para alabar al grupo m¨¢s all¨¢ de Messi: Ha sido importante Pinto, como lo fue Afellay, liderando el grupo de los jovenes, con Tiago, Fontas o Bartra a la cabeza, como aportaron Maxwell o Adrianmo, para asistir a Messi, del mismo modo que Mascherano dio un paso adelante cuando se necesit¨® un central de emergencia."Una de las claves es que saben que se necesitan unos a otros para superar los obst¨¢culos", admite Tito Vilanova, ayudante de campo de Guardiola. Dentro y fuera del campo.

Ser¨ªa injusto que a la sombra de Leo se esfumara el crecimiento t¨¢ctico de Vald¨¦s, la aportaci¨®n goleadora de Villa, el salto cualitativo de Iniesta -"es un jugador maduro", le define Guardiola- en su a?o m¨¢s completo, la competitividad de Busi y Pedro, o la sorprendente madurez de Piqu¨¦, en un a?o muy exigente, en parte por las consecuencias de su relaci¨®n con Shakira y, sobre todo, por la lesi¨®n de Puyol, su referente desde que regres¨® del Manchester United. "Su temporada es excepcional", asegura Puyol. "No ha descansado nunca, ha sido de los mejores en todos los partidos. Es el mejor central del mundo", cierra el capit¨¢n, que se operar¨¢ esta misma semana. Piqu¨¦ ha mezclado igual con su amigo Puyi , que con Abidal, Milito, Font¨¢s, Busquets, o Mascherano, un alarde de talento y condici¨®n f¨ªsica,. Tambi¨¦n Guardiola se deshace en elogios: "Le pedimos un esfuerzo muy grande porque nos quedamos muy justos de centrales y ha respondido".

"Espero que no se aburra y que seamos capaces de que se sienta c¨®modo porque cuando eso pasa, Leo no falla", dijo Guardiola tras el partido. Guardiola tambi¨¦n habl¨® de la necesidad de mantener un entorno familiar tan ordenado como el que tiene Leo. Nadie en el Barcelona parece preocupado al respecto. Los Messi respetan todos los c¨®digos, ajenos a cualquier intento de injerir en el equipo m¨¢s all¨¢ de participar en las celebraciones. El resto es cosa de los futbolistas, un grupo irrepetible, sin los que La Pulga dif¨ªcilmente podr¨ªa jugar con la alegr¨ªa y el compromiso que mostr¨® en Wembley. Aunque a veces se enfurru?a, es raro no verle sonre¨ªr con el descaro de Piqu¨¦ o la guasa de Pinto, aprender escuchando a Milito y Mascherano, o fascinarse con las cosas que hacen Iniesta y Xavi. "Lo suyo s¨ª que tiene m¨¦rito", ha reconocido el argentino.

Leo es feliz con su pandilla. Vi¨¦ndole jugar, resulta evidente.