Alemania camina sola
No han faltado voces que han comparado el fin de la energ¨ªa nuclear como una haza?a semejante al viaje del hombre a la Luna, o al comienzo de la revoluci¨®n industrial. Si el ¨¦xito corona la operaci¨®n, el futuro dir¨¢ lo que realmente significa, pero no cabe la menor duda de que se trata de un paso fundamental. Lo sorprendente, por una parte, es que Alemania vuelva a caminar sola por una senda propia, como si todo el mundo se equivocara, menos ella. Nunca antes se hab¨ªa visto tan distanciada de sus socios, como lo estuvo en la reuni¨®n del G-8 en Deauville. Por otra, se ha impuesto la voluntad popular contra el que sigue siendo, pese a la liberaci¨®n del mercado europeo de electricidad hace 15 a?os, uno de los monopolios m¨¢s fuertes. Los alemanes llevan m¨¢s de 30 a?os oponi¨¦ndose activamente a las centrales nucleares, siendo el ¨²nico pa¨ªs donde los Verdes han llegado a ser una fuerza pol¨ªtica relevante.
El pa¨ªs se pondr¨¢ a la cabeza en el desarrollo de las energ¨ªas alternativas
El ejemplo contrario es Jap¨®n, donde ni siquiera Fukushima ha logrado convocar m¨¢s que una peque?a manifestaci¨®n antinuclear que ha pasado inadvertida. Kenichi Mishima, que ense?a filosof¨ªa en Tokio, en un art¨ªculo reciente ha hecho dos observaciones que pienso que conviene retener. La primera se?ala que no han faltado cient¨ªficos que en conferencias y publicaciones alertasen de los peligros de la energ¨ªa nuclear, sobre todo en un pa¨ªs con frecuentes movimientos s¨ªsmicos. Ha habido informaci¨®n asequible, pero no ha logrado la menor difusi¨®n, presos los japoneses de una intens¨ªsima competitividad en el trabajo y de un consumo creciente.
La segunda es que Tepco, la propietaria de las nucleares de Fukushima, gasta al a?o cerca de mil millones de euros en publicidad con el mensaje de que las centrales son seguras -si lo son, por qu¨¦ gastar tanto dinero en difundirlo- haciendo dependiente de su publicidad a los medios, que cumplen perfectamente su funci¨®n de desinformar. Tepco financia a cient¨ªficos y a universidades de modo que el pronuclear hace carrera, mientras que se congela el ascenso del cr¨ªtico. Despu¨¦s de la cat¨¢strofe, muy lejos de controlar las centrales da?adas, se sigue ocultando las amenazas pendientes, centrando el mensaje publicitario en resaltar la unidad de los japoneses, "permaneciendo unidos seremos fuertes y lograremos salir adelante".
En Alemania, en cambio, la presi¨®n de la calle ha encauzado el voto hacia los verdes, y de refil¨®n a la socialdemocracia, hasta el punto de que los liberales, que hab¨ªan estado siempre a favor de la energ¨ªa nuclear, han dado un giro social y ecol¨®gico para evitar desaparecer de las instituciones, siguiendo los pasos de la canciller Merkel, que no ha tenido otro remedio para no despe?arse en las pr¨®ximas elecciones. Los cr¨ªticos de la democracia representativa -"votan todos, pero ganan siempre los que apoyan a los ricos"- han tenido que reconocer que la voluntad popular, cuando es suficientemente f¨¦rrea, prevalece sobre los grupos m¨¢s poderosos.
Los monopolios el¨¦ctricos han anunciado los mayores males si se abandona una energ¨ªa tan limpia y barata como la nuclear. La alternativa ser¨ªa volver al carb¨®n, aumentando la contaminaci¨®n, o recurrir al gas, ampliando la dependencia de Rusia, o pagando un alto precio, si se acude a las renovables. El Gobierno ha parado esta campa?a al poner sobre el tapete el hecho de que cuenta con los recursos -en los tres primeros meses de 2011, el Estado ha aumentado sus ingresos en un 11% m¨¢s que en el mismo plazo en el a?o anterior- y que las subvenciones a las energ¨ªas renovables se mueven en montos razonables, se calculan 5.000 millones para la energ¨ªa e¨®lica, siendo el mayor costo todav¨ªa sin precisar, el que reclamen judicialmente las nucleares por da?os y perjuicios.
En cambio, el factor positivo que hace razonable el abandono de una energ¨ªa tan peligrosa es que Alemania se pondr¨¢ a la cabeza en el desarrollo de las energ¨ªas alternativas. Siemens tiene que renunciar a participar en cerca de 400 proyectos de centrales nucleares, distribuidos por todo el mundo, en fuerte competencia con otros pa¨ªses, en primer lugar con Francia, pero ya nadie sabe si se llevar¨¢n a cabo, y en cambio se le ofrece encabezar una revoluci¨®n tecnol¨®gica en un campo en que ¨²nicamente compite con Espa?a.
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