Urkullu les intranquiliza

Con la decisi¨®n de asegurarse al menos sus propios votos, el PNV ha metido el miedo en el cuerpo de los dem¨¢s, recuperando, de paso, un sitio preferencial en el escenario de los pactos que hab¨ªa perdido, sin duda, por el efecto contagioso de Bildu. De momento, ya ha sido capaz de intranquilizar a PSE y Bildu, situados ahora mismo a cada extremo de la mesa. Lo ha hecho sibilinamente, alargando la sospecha de que a¨²n hay tiempo suficiente para un enrevesado entendimiento con Zapatero y Rubalcaba, porque ahora mismo en Moncloa y Sabin Etxea horroriza la fundada posibilidad de que la izquierda radical gobierne Guip¨²zcoa.

Para rearmarse frente a esta comprensible tentaci¨®n del PNV, que indirectamente reabrir¨ªa la herida en las relaciones entre PSOE y PSE, los socialistas han cre¨ªdo conveniente recuperar la advertencia de que el mundo abertzale, de nuevo mayoritario en las urnas, empieza a crear el clima Lizarra de tan infausto recuerdo para la divisi¨®n del pa¨ªs en dos bloques. Pero, sobre todo, han comprometido su destino m¨¢s inmediato al del PP, como evidenciaron ayer, y es ah¨ª donde I?igo Urkullu obtiene la fotograf¨ªa que se propon¨ªa porque le permita apropiarse de un espacio pol¨ªtico muy diferenciado. De un lado, a¨ªsla a PSE y PP para evidenciar que sigue patente el pacto pol¨ªtico que sostiene al actual Gobierno de L¨®pez, y que le resulta refractario ideol¨®gicamente; de otro, porque planta cara a Bildu sin otros apoyos ahora que los de sus propios junteros. ?Y si PSE se encontrara el pr¨®ximo lunes con el regalo de la presidencia de las Juntas Generales de Guip¨²zcoa?