R¨¦quiem por un subg¨¦nero
?Se puede resucitar un subg¨¦nero al que hace unos meses le lleg¨® la carta de defunci¨®n a trav¨¦s de Scream 4? Tal y como fue concebido, como un rosario de asesinatos de adolescentes en celo por parte de un psic¨®pata m¨¢s o menos tangible, ?est¨¢ el slasher m¨¢s muerto que sus protagonistas? ?Tiene sentido que el director que le dio el responso final quiera volver al inicio con otra saga al estilo Pesadilla en Elm Street? ?Se est¨¢ quedando Wes Craven con la pe?a? ?O es que el m¨¦rito de Scream siempre fue del guionista Kevin Williamson? Son las preguntas que surgen al ver Almas condenadas, en¨¦simo intento de Craven, desde la direcci¨®n y la escritura, por crear una serie terror¨ªfica que se eternice en el tiempo y en la cuenta del banco. Una pel¨ªcula que nace agonizante desde que Scream 4, con su metalenguaje autopar¨®dico, convirtiera en imposible tomarse en serio algo que, tampoco nos enga?emos, nunca fue nada serio.
ALMAS CONDENADAS
Direcci¨®n: Wes Craven.
Int¨¦rpretes: Max Thieriot, John Magaro, Emily Meade, Jessica Hecht, Zena Grey, Nick Lashaway.
G¨¦nero: terror. EE UU, 2010.
Duraci¨®n: 107 minutos.
En realidad, lo ¨²nico soportable de Almas condenadas, incomprensible t¨®tum revol¨²tum de creencias ancestrales haitianas y asesinatos juveniles, son algunos de sus retratos adolescentes. Pero eso, se admiten apuestas, apenas s¨ª ser¨¢ captado por su p¨²blico natural. La pelirroja ultracat¨®lica que, rodilla en tierra, exp¨ªa pecados cada ma?ana, y la l¨ªder del instituto que trata a sus cohabitantes como el capataz de un campo de concentraci¨®n s¨ª que resultan terror¨ªficas. El resto de la pel¨ªcula est¨¢ m¨¢s acabado que esta cr¨ªtica.
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