La ONU denuncia la violenta represi¨®n del r¨¦gimen sirio
La comisionada de derechos humanos exige que se juzgue a los responsables
Sin miramientos. El r¨¦gimen de Bachar el Asad ha optado por la v¨ªa del dictador libio Muamar el Gadafi para sofocar las protestas que se extienden ya por toda Siria tres meses despu¨¦s de que la revuelta estallara en el sur del pa¨ªs. Empleo de fuego real y de francotiradores para matar a civiles desarmados; utilizaci¨®n de helic¨®pteros de combate para reprimir protestas; asedio a ciudades para impedir el suministro de alimentos; despliegue de tanques en zonas urbanas; detenciones arbitrarias de miles de personas; ejecuciones extrajudiciales y pr¨¢ctica de torturas en las c¨¢rceles. Estos son los m¨¦todos aplicados por el Gobierno de Damasco, seg¨²n un informe de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos difundido ayer. Mil cien personas han muerto y alrededor de 10.000 detenidos, entre ellos mujeres y ni?os. La suma sigue.
El informe de Naciones Unidas destaca que las denuncias de violaciones de los derechos "a tan amplia escala" exigen que las investigaciones sigan y que se garantice la sanci¨®n de los responsables. El dictador libio ya fue acusado en La Haya por cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad. Habr¨¢ que esperar para comprobar si con El Asad se siguen los mismos pasos.
Vetado el acceso a periodistas y a activistas de derechos humanos -incluidos los investigadores de Naciones Unidas pese a sus tres peticiones para viajar a Siria-, resulta misi¨®n casi imposible saber con exactitud las cifras de la represi¨®n. Pero Navi Pillay, comisionada de la ONU, asegur¨® que las denuncias de las v¨ªctimas y testigos son cre¨ªbles porque coinciden con las recabadas por otras v¨ªas desde el 15 de marzo. Las organizaciones sirias de derechos humanos hablan de 1.300 civiles y 300 soldados muertos, muchos de ellos por negarse a participar en la represi¨®n.
La rebeli¨®n contra el r¨¦gimen de la familia Asad, que se prolonga 41 a?os, se inici¨® en el sur. Pero ya no queda apenas ninguna zona en el pa¨ªs al margen de la revuelta. Tanques se apostaron ayer en las afueras de dos ciudades en la frontera con Irak -el ¨¢rea en la que se extraen los casi 400.000 barriles de petr¨®leo que produce Siria- y en Maarat al Numan, una localidad de 100.000 habitantes a solo 25 kil¨®metros de Jisr al Shughur, ciudad en la que la rebeli¨®n ya ha sido aplastada y de la que han escapado miles de civiles.
En las colinas de sus alrededores continuaba ayer la persecuci¨®n de ciudadanos a los que el Gobierno tilda de "terroristas armados" o de conspiradores al servicio de intereses extranjeros. Desde Maarat al Numan part¨ªan ayer en sus coches miles de personas. Tem¨ªan sus vecinos que la hist¨®rica ciudad -escenario de una de las primeras matanzas de musulmanes a manos de los cruzados hace 900 a?os- sufra el mismo destino que Jisr al Shughur. El ¨¦xodo hacia Turqu¨ªa, donde ya se refugian alrededor de 10.000 civiles, contin¨²a.
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