Otra herida abierta del expolio nazi
El Museo Albertina, obligado por el ministerio austriaco a restituir cinco obras de Egon Schiele - Eran de un marchante jud¨ªo que muri¨® en el campo de Lodz
Lejos de cicatrizar, ciertas y grotescas heridas del expolio nazi a¨²n siguen abiertas. As¨ª ha quedado claro en Austria, donde esta semana se ha desatado una tormenta pol¨ªtico-cultural tan siniestra como la est¨¦tica de su protagonista: Egon Schiele, pintor de aquella gran Viena finisecular y retratista del claroscuro como estado mental. La ministra austriaca de Cultura, la socialdem¨®crata Claudia Schmied, anunci¨® ayer que acepta la recomendaci¨®n del Consejo de Restituci¨®n de obras de arte expoliadas por el III Reich e instar¨¢ al Museo Albertina de Viena a devolver cinco dibujos del artista a la heredera de su antiguo propietario, Karl Mayl?nder, marchante jud¨ªo, deportado y asesinado en el campo nazi de Lodz (Polonia) en 1941.
En subasta, los dibujos alcanzar¨ªan un precio entre tres y cinco millones
La decisi¨®n vinculante de Schmied es pol¨¦mica. Para resistirse a la devoluci¨®n, el museo esgrime fuentes que se?alan que Mayl?nder "regal¨® o dej¨® en dep¨®sito las l¨¢minas del maestro austriaco, por su precaria situaci¨®n personal durante el nacionalsocialismo, a su amante, Etelka Hofmann", seg¨²n declar¨® a este diario la portavoz de la instituci¨®n, Verena Dahlitz. "Se trataba de una mujer con la que no se pudo casar por su condici¨®n de aria. De ser as¨ª, ni fueron expoliadas, ni por tanto deber¨ªan ser objeto de restituci¨®n". Estas teor¨ªas fueron comunicadas esta semana por carta a la ministra por el director del Museo Albertina, Klaus Albrecht Schr?der.
Una portavoz del ministerio asegur¨® ayer que tras recibir la misiva, la titular pidi¨® al presidente de la Comisi¨®n, Clemens Jabloner, que tuviera en cuenta esas informaciones antes de llegar a una conclusi¨®n definitiva. El veredicto, lejos de cambiar, se mantuvo tras una revisi¨®n de los documentos y hasta una amenaza de Jabloner de abandonar su puesto debido a este desacuerdo, seg¨²n el diario austriaco Der Standard.
Su portavoz subray¨® que el Albertina, que cuenta con la mayor colecci¨®n de obra gr¨¢fica del mundo, "no va a contravenir oficialmente la decisi¨®n de la ministra porque es nuestra superior". "Aunque no estemos de acuerdo, las obras ser¨¢n devueltas muy pronto, este mismo a?o". La heredera es una mujer estadounidense, sin relaci¨®n sangu¨ªnea con Mayl?nder. Porque s¨ª, la peripecia vital de los dibujos es digna del muy convulso siglo XX. El marchante muri¨® sin dejar descendencia. Los hered¨® su sobrino, que tampoco tuvo descendencia tras dos matrimonios. La destinataria de los dibujos de Schiele es la hija de la viuda de este.
El Albertina compr¨® en 1949 cuatro de las cinco piezas. La quinta la adquiri¨® en un trueque con otra instituci¨®n en 1952. Si los dibujos se subastaran podr¨ªan alcanzar un precio que oscilar¨ªa entre los tres y los cinco millones de euros, seg¨²n analistas del mercado del arte.
La decisi¨®n (y la tormenta subsiguiente) llega pocos meses despu¨¦s de que otra comisi¨®n recomendase devolver a la heredera de Mayl?nder otros cinco dibujos de Schiele expuestos en el Museo Leopold de Viena. Esta instituci¨®n, de momento, no ha aceptado ese consejo, en un gesto que ha sido violentamente criticado. Entre las razones aducidas por el Museo Leopold est¨¢ que la heredera de Mayl?nder no las ha reclamado.
Austria ha devuelto unas 10.000 obras de arte expoliadas por el r¨¦gimen nazi desde que entr¨® en vigor en 1998 una normativa destinada a reparar tal oprobio. Esta ser¨¢ la tercera ocasi¨®n en que el Albertina se desprenda de obras por restituci¨®n tras haber devuelto varios dibujos de Schiele en 1999, as¨ª como una serie de carteles de la colecci¨®n Paul, en 2009.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.