Un respiro vital

Conscientes de que era necesario tomar decisiones r¨¢pidas para alejar la cat¨¢strofe del impago griego, Angela Merkel y Nicolas Sarkozy anunciaron ayer a los mercados que Alemania y Francia se han puesto de acuerdo en el modelo de reestructuraci¨®n de la deuda de Grecia. La participaci¨®n de las entidades tenedoras de bonos en la quita ser¨¢ voluntaria, de forma que no se trata de un default (impago); cualquier acuerdo ser¨¢ negociado con el Banco Central Europeo y se renueva la deuda griega al vencimiento. Lo m¨¢s importante del acuerdo, con todo, es que se pone fin al espinoso enfrentamiento entre las instituciones europeas (Alemania y sus aliados, por una parte, y el BCE por otra) que hab¨ªa sembrado el desconcierto entre los inversores y causado la explosi¨®n de los diferenciales de deuda de los pa¨ªses perif¨¦ricos.

Prueba de que la reestructuraci¨®n voluntaria era lo que esperaban los mercados es que las Bolsas europeas se dispararon como por ensalmo en cuanto Merkel y Sarkozy dieron a conocer la buena nueva y el diferencial de deuda de los pa¨ªses bajo sospecha descendi¨® ligeramente. El triunfo de la tesis del BCE es, aunque le pese a Alemania, el triunfo de la soluci¨®n m¨¢s razonable. La quita de la deuda griega ya est¨¢ en el mercado, porque se sabe que Atenas no puede pagar; que los inversores acepten de forma voluntaria menos dinero por los t¨ªtulos que poseen evita que las agencias de calificaci¨®n declaren una incidencia de cr¨¦dito y salten sucesivamente todas las cl¨¢usulas de alarma financiera (por ejemplo, la suspensi¨®n inmediata de los cr¨¦ditos cuyo vencimiento est¨¢ ligado al default de Grecia que incorporan muchas entidades financieras), que hubieran arruinado los mercados europeos, igual que el impago de Lehman deton¨® el crash global. La concesi¨®n de Merkel in extremis, antes de la fecha clave del lunes, ha evitado esa situaci¨®n l¨ªmite.

Pero no conviene olvidar que el acuerdo Sarkozy-Merkel es solo un respiro. Muy importante, porque gana tiempo, pero temporal al fin y al cabo. Es la declaraci¨®n p¨²blica de que Grecia no caer¨¢ en el impago; pero el acuerdo final todav¨ªa no se ha conseguido. La reuni¨®n de ministros de Finanzas del lunes debe sancionar el consenso y el BCE y Bruselas tienen que perfilar los detalles del plan de reestructuraci¨®n. Queda, por a?adidura, un nudo que desatar. El acuerdo depende de que el flamante Gobierno de Papandreu presente el nuevo plan de ajuste presupuestario, para que as¨ª se transfieran a Grecia los 18.000 millones del quinto tramo previsto en las ayudas europeas.

Y aqu¨ª aparece de nuevo la importancia del factor pol¨ªtico. La cuesti¨®n es si Papandreu y su nuevo Gobierno est¨¢n en condiciones de respaldar una nueva contracci¨®n fiscal en medio de una sociedad en estado de permanente hostilidad a los requerimientos de la Comisi¨®n Europea. El acuerdo franco-alem¨¢n puede arruinarse si no hay un interlocutor pol¨ªtico fiable en Atenas.