Historias de una Alhambra escondida
Pasadizos, torres, aljibes, escaleras y patios... el 'subsuelo' secreto del monumento m¨¢s visitado de Espa?a podr¨¢ conocerse gracias a unas nuevas gu¨ªas interactivas
Perdido sin capacidad de respuesta entre los recovecos que van a dar a los ba?os ¨¢rabes del palacio de Comares, donde el sult¨¢n Yusuf I -seguro que extraordinariamente acompa?ado- deb¨ªa de dejarse llevar por los efluvios del agua y de los vapores redentores del hammam, uno se hace preguntas. Preguntas como: ?no fueron estos sultanes nazar¨ªes de Granada quienes de verdad inventaron el Estado de bienestar? Otra: ?en qu¨¦ pensar¨ªan el tal Yusuf, y luego Mohammed V, y m¨¢s tarde Isma' il II, mientras sus ilustr¨ªsimos cuerpos y almas de reyes al servicio de Al¨¢ iban desmay¨¢ndose bajo los efectos mareantes del bayt al-wastani, para entendernos, la versi¨®n spa del siglo XIV?
Esas sombras poblando desde hace 700 a?os las escaleras y los pasadizos, esos misteriosos tragaluces en forma de estrella salpicando las b¨®vedas de piedra y dejando entrar como lluvia de oro los haces de sol, y sobre todo ese silencio de siglos incrustado entre los arrayanes y las acequias, van conformando, a medida que avanzamos por las estancias y los patios de qalat al-Hamra (el Castillo Rojo), la versi¨®n m¨¢s embriagadora de la Alhambra.
La iniciativa est¨¢ enmarcada dentro de un proyecto de turismo sostenible
El visitante podr¨¢ 'reconstruir' colores y formas de los artesonados
Tambi¨¦n la menos convencional: aquella que permanece prohibida a la mayor¨ªa de los millones de mortales (tres millones al a?o para ser exactos) que ascienden la colina de la Sabika para contemplar el monumento m¨¢s visitado de Espa?a. Lugares misteriosos que yacen en el subsuelo de los palacios nazar¨ªes. Lugares vedados o muy restringidos debido a problemas de conservaci¨®n o de acceso que ahora, gracias a los mil y un milagros de las nuevas tecnolog¨ªas, que corren m¨¢s que un galgo, podr¨¢n ser visitados por los turistas de todo el mundo. Perd¨®n, "visitados".
Las comillas se deben a que no se tratar¨¢ de visitas digamos de carne y hueso, perd¨®n, de estuco y piedra: la nueva accesibilidad a las zonas prohibidas de la Alhambra llegar¨¢ m¨¢s o menos dentro de un a?o en forma de un proyecto que, bajo el t¨ªtulo de La Alhambra oculta, permitir¨¢ entrar virtualmente en los para¨ªsos escondidos del monumento. Unas gu¨ªas interactivas de ultim¨ªsima generaci¨®n (a¨²n est¨¢ por definir el modelo, pero es posible que se parezca a un iPod que el visitante podr¨¢ llevar colgado del cuello) har¨¢n que el usuario, previo pago de cinco o seis euros por su alquiler, pueda situarse delante de las puertas o ventanas de esas estancias clausuradas al turismo y recrearlas de manera virtual. Tambi¨¦n de jugar con ellas: reconstruir, por ejemplo, los colores de la policrom¨ªa de los artesonados ¨¢rabes borrada por el paso de los siglos y modificarlos a su antojo, o cambiar las fascinantes formas geom¨¦tricas (verdaderos tratados de matem¨¢ticas al servicio de Dios) de los azulejos ejecutados por los artesanos del sult¨¢n, o recolocar como a uno le venga en gana esos aut¨¦nticos laberintos de estalactitas de piedra y yeso en que consiste la t¨¦cnica del moz¨¢rabe.
El acuerdo entre el Patronato de la Alhambra y Generalife, la sociedad sin ¨¢nimo de lucro World Monuments Fund y la Fundaci¨®n American Express se enmarca en un proyecto de turismo sostenible encaminado no solo a reforzar y mejorar las posibilidades de visita del monumento, sino a descargar de tensi¨®n el colapso provocado por cerca de 9.000 visitas diarias. Otras formas de visitar, otras formas de ver y otras formas de entender la historia; y, sobre todo, la ambici¨®n, como reconoce la directora del Patronato, Mar¨ªa del Mar Villafranca, "de captar p¨²blicos j¨®venes con un proyecto novedoso que permitir¨¢ disfrutar de zonas que actualmente no se visitan, haci¨¦ndolas m¨¢s accesibles a trav¨¦s de las nuevas tecnolog¨ªas". La Fundaci¨®n American Express colabora en La Alhambra oculta con 200.000 d¨®lares, y la WMF, con sede en Nueva York, aportar¨¢ adem¨¢s otros 300.000 (cantidad que ser¨¢ igualada por el propio Patronato de la Alhambra) para la restauracion de una de esas joyas hasta ahora no visitables debido a su mal estado de conservaci¨®n: el Oratorio del Partal.
Pero volvamos a al-Hamra y sus misterios. Hoy, cuando el sol ha venido a aplastar como una plancha de acero la colina donde se yergue el ancestral castillo rojo de los monarcas nazar¨ªes, se agradece el frescor de las umbr¨ªas escondidas. Por ejemplo, las que encierran las paredes de la Torre de las Damas, un prodigio erigido por los superdotados alarifes del siglo XIV en la muralla del recinto de la Alhambra, y cerrado a las visitas.
Nada m¨¢s atravesar el port¨®n despu¨¦s de que un vigilante haya descorrido la vieja cerradura, es f¨¢cil comprobar c¨®mo el aire penetra por los cuatro costados, y el calor sofocante se torna aire acondicionado de origen natural: queda claro que, adem¨¢s de enamorados de la est¨¦tica, los sultanes y sus arquitectos eran el colmo del pragmatismo.
"Es aqu¨ª donde se encuentran los ¨²nicos azulejos de color p¨²rpura de toda la Alhambra", explica con orgullo Mar¨ªa del Mar Villafranca, una mujer que lleva las riendas del Patronato desde hace siete a?os y que ha sabido no solo conservar en todo su esplendor el monumento Patrimonio de la Humanidad, sino actualizarlo sin cesar y lograr que genere noticias: la complej¨ªsima restauraci¨®n del Patio de los Leones (los 12 leones de m¨¢rmol blanco de Macael volver¨¢n a su emplazamiento original a finales de a?o), el hallazgo reciente de pinturas antropomorfas en el Mirador de Lindaraja, la nueva puerta de acceso al recinto que construir¨¢ ?lvaro Siza, la reciente y apote¨®sica exposici¨®n Matisse y la Alhambra...
Una del mediod¨ªa. El v¨¦rtigo invade al privilegiado visitante cuando se asoma a la balconada del llamado Peinador de la Reina, donde el emperador Carlos V quiso instalar su estudio privado y que acab¨® convertido en prisi¨®n para nobles con espectaculares vistas al barrio del Albaic¨ªn. Es uno de los enclaves m¨¢s subyugantes de todo el recinto... y el que m¨¢s impresion¨® a Michelle Obama durante su visita a Granada el pasado verano. Sin embargo, est¨¢ cerrado al p¨²blico debido a la estrechez de su acceso: es otro de esos lugares prohibidos de la Alhambra escondida. Pasadizos, torres, aljibes, patios, escaleras. Un mundo oculto que dejar¨¢ de serlo gracias a la tecnolog¨ªa.
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