La clave est¨¢ en la oreja (de Van Gogh)
El museo dedicado al artista descubre que el modelo de uno de sus supuestos autorretratos es su hermano Theo

La oreja de Vincent Van Gogh sigue dando mucho juego. Y no porque los expertos hayan averiguado, por fin, las razones por las cuales casi la seccion¨® en 1888, en Arles (Francia). Una ¨¦poca fren¨¦tica e inspirada en la que trabaj¨® con su colega, Paul Gauguin. Esta vez, la oreja en cuesti¨®n es la de Theo van Gogh, hermano del pintor holand¨¦s, marchante de arte y su mejor amigo.
Bien moldeada, el museo del artista en ?msterdam ha concluido gracias a ella que uno de los famosos autorretratos de Vincent es, en realidad, un retrato de Theo. El color de la barba fraterna: pelirroja rabiosa en Vincent, y m¨¢s apagada en Theo, ha ayudado a su vez a confirmar la teor¨ªa de los expertos. El hallazgo coincide con la apertura de la muestra Van Gogh en Amberes y Par¨ªs, nueva perspectiva, que ilustra su paso del realismo al modernismo a trav¨¦s de 93 cuadros.
El autorretrato de Van Gogh que ha servido para descubrir el rostro de Theo est¨¢ fechado en 1887. En el museo holand¨¦s cuelgan juntos y producen una extra?a sensaci¨®n. Hasta ahora, ilustraban una ¨¦poca en que la falta de fondos para pagar modelos oblig¨® al artista a ejecutar una larga serie de autorretratos. Con sus cejas enjutas, los ojos turbados y alternado diversos sombreros, estudiosos y p¨²blico cre¨ªan reconocerle en esas facciones. Pero no. Seg¨²n Louis van Tilborgh, conservador del centro, "no hay m¨¢s que fijarse en la oreja para darse cuenta". "La de Theo es redonda y de forma perfecta. Vincent la ten¨ªa m¨¢s carnosa y rojiza. Su barba era tambi¨¦n m¨¢s pelirroja y le crec¨ªa por las mejillas".
El museo s¨ª guarda varios dibujos de Theo firmados por Van Gogh. Parec¨ªa extra?a la falta de un cuadro en toda regla. A fin de cuentas, Vincent solo vendi¨® su producci¨®n despu¨¦s de muerto y pudo trabajar gracias al dinero de Theo. Le mandaba lienzos, papel y carboncillos, adem¨¢s de sumas en efectivo. Cuando lo gastaba, el pintor ped¨ªa m¨¢s suministros en cartas llenas de dibujos que forman una de las correspondencias m¨¢s emotivas de la historia del arte moderno. En un intento desesperado de ganar dinero, el pintor decidi¨® mejorar su imagen y se arregl¨® la dentadura en Amberes. El cambio no funcion¨® y pidi¨® de nuevo ayuda a su hermano. Tan unidos estaban, que Theo falleci¨® en 1891, apenas un a?o despu¨¦s que Vincent.
"El que pregunta obtiene a veces respuestas sorprendentes", admiten los responsables muse¨ªsticos del legado de Van Gogh, que han aprovechado las t¨¦cnicas m¨¢s avanzadas de la f¨ªsica "para echar un nuevo vistazo a nuestra colecci¨®n". Y as¨ª, mirando, han hecho otro descubrimiento. En otro cuadro, titulado Trigal con alondra (1887), el ave resulta ser una perdiz. Un detalle en apariencia nimio, pero que puede obligar a cambiar cat¨¢logos y libros de arte. El ¨²ltimo hallazgo del estudio efectuado para la muestra tal vez sea el m¨¢s curioso. El pintor holand¨¦s vivi¨® en su pa¨ªs y en diversos lugares de Francia. Seg¨²n los estudios actuales, la tela El jard¨ªn de los enamorados, fechada tambi¨¦n en 1887, retrata un paseo del pueblo galo de Asni¨¨res. Pues tampoco. El paraje se encuentra en el barrio parisiense de Montmartre. La muestra Van Gogh en Amberes y Par¨ªs permanecer¨¢ abierta en ?msterdam hasta el 18 de septiembre.

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.