As¨ª no, Europa, con estas pol¨ªticas, no
Hoy y ma?ana concluir¨¢ el debate en el Parlamento Europeo sobre las directivas que concretan el Plan de Gobernanza Econ¨®mica. La cumbre del Consejo Europeo, un d¨ªa despu¨¦s, deber¨ªa cerrar algunos de los temas pendientes del Pacto por el Euro, entre ellos el futuro instrumento para la estabilidad financiera. Mientras, las pol¨ªticas de austeridad y ajuste presupuestario y de reformas estructurales de signo neoliberal, practicadas desde la tristemente c¨¦lebre reuni¨®n del Ecofin del 9 de mayo de 2010 -y que han sido consagradas por el Plan y el Pacto- ya han mostrado sobrados signos de fracaso.
Establecidas para hacer frente a la crisis de las deudas soberanas, la inestabilidad financiera contin¨²a cuando al cabo de m¨¢s de a?o y medio de los primeros s¨ªntomas de la crisis griega, el pa¨ªs heleno parece abocado a la temida reestructuraci¨®n de su deuda. Al fracaso financiero se une el econ¨®mico: los Estados m¨¢s afectados por las prescripciones de la Comisi¨®n y el Consejo prolongan su recesi¨®n o recaen en ella (Portugal), o no salen del estancamiento (Espa?a), mientras ven aumentar el desempleo como consecuencia del desplome de la demanda interna y la falta de financiaci¨®n para la inversi¨®n. El fracaso social est¨¢ propiciando el incremento de la desigualdad, consecuencia del m¨¢s extenso ataque a las instituciones b¨¢sicas del modelo social europeo que hemos conocido desde el fin de la II Guerra Mundial, esta vez directamente propiciado desde las instituciones europeas. El Pacto por el Euro pretende cimentar la competitividad de las econom¨ªas perif¨¦ricas -en el fondo solo est¨¢ pensado para ellas-, en la disminuci¨®n de los costes laborales y en el debilitamiento de la negociaci¨®n colectiva, es decir en campos en donde la UE no tiene competencias. Es la ant¨ªtesis de la apuesta por la econom¨ªa del conocimiento de la que hablaba la estrategia de Lisboa.
La pol¨ªtica neoliberal no est¨¢ promoviendo ni crecimiento ni empleo, solo recortes laborales y sociales
El combate sindical contra los recortes est¨¢ basado en un aut¨¦ntico europe¨ªsmo
No es sostenible por m¨¢s tiempo que pol¨ªticas tan injustas como fracasadas se nos presenten como la ¨²nica alternativa posible, en contra de muchas voces razonables. Es lamentable que cuando se refuerza la coordinaci¨®n de las pol¨ªticas econ¨®micas, objetivo que compartimos, se haga para implementar tan malas pol¨ªticas.
La Confederaci¨®n Europea de Sindicatos (CES), en su XII Congreso que se celebr¨® el pasado mes de mayo en Atenas, ha hecho una enmienda a la totalidad al Plan de Gobernanza Econ¨®mica y al Pacto por el Euro,estableciendo al tiempo las grandes l¨ªneas de una pol¨ªtica alternativa.
El sindicalismo europeo est¨¢ luchando fuertemente contra estas pol¨ªticas. A mediados de mayo de 2009, cientos de miles de trabajadores de todos los pa¨ªses de la UE, convocados por la CES, se manifestaban por las calles de Madrid, Berl¨ªn, Bruselas y Praga para demandar que las pol¨ªticas para salir de la crisis tuvieran como objetivo principal la creaci¨®n de empleo y la protecci¨®n de los parados y fueran coherentes con el modelo social europeo.
Desde entonces, la CES ha convocado seis jornadas de acci¨®n europeas por objetivos similares, a partir de mayo de 2010, ya directamente confrontados con las decisiones de la Comisi¨®n y el Consejo europeos. La ¨²ltima se celebr¨® ayer con una euromanifestaci¨®n en Luxemburgo, que ser¨¢ acompa?ada de asambleas y manifestaciones en diversos pa¨ªses. En Espa?a se celebrar¨¢n hoy en Madrid y otras ciudades. Los objetivos de la jornada son expresar el rechazo al Plan de Gobernanza Econ¨®mica y al Pacto por el Euro, al tiempo que se formulan diversas reivindicaciones concretas sobre los mismos.
Al lado de estas acciones de car¨¢cter transnacional, se han producido movilizaciones sindicales nacionales, incluidas huelgas generales, en una veintena de pa¨ªses, en las que han participado muchos millones de trabajadores. No se puede decir que el sindicalismo europeo no se haya enfrentado a las pol¨ªticas de recortes presupuestarios y sociales. Hay que reconocer, tal vez, que todav¨ªa no est¨¢ maduro para utilizar un instrumento acorde con las circunstancias: la huelga general europea.
Las instituciones europeas y la mayor parte de los Gobiernos nacionales, no han escuchado las demandas del movimiento sindical europeo. Por el contrario, han perseverado en unas pol¨ªticas que adem¨¢s de injustas, en lo social, y err¨®neas, en lo econ¨®mico, est¨¢n erosionando el pegamento b¨¢sico de la integraci¨®n europea que es la solidaridad entre naciones en torno a un proyecto compartido.
Hoy ese proyecto est¨¢ desdibujado y es irreconocible en sus aspectos sociales. El desapego de la ciudadan¨ªa con respecto a las instituciones europeas y el auge del euroescepticismo, de la extrema derecha y del populismo, en muchos pa¨ªses, forman parte de la cosecha que se ha sembrado con tan malas pol¨ªticas.
La CES ha resistido bien la tentaci¨®n euroesc¨¦ptica y populista en su XII Congreso. Frente a unas instituciones europeas que han reforzado la coordinaci¨®n econ¨®mica solo para reducir los d¨¦ficits p¨²blicos, en plazos muy cortos, promover recortes de salarios, pensiones y prestaciones sociales y debilitar la negociaci¨®n colectiva, la reacci¨®n del sindicalismo europeo no ha sido oponerse a la "gobernanza econ¨®mica" o reclamar "menos Europa". Al contrario, se ha pronunciado por "m¨¢s Europa", tambi¨¦n en el campo del gobierno econ¨®mico. Pero tambi¨¦n ha expresado un rotundo: "As¨ª no". No con estas pol¨ªticas.
Para la CES, m¨¢s Europa significa que el gobierno econ¨®mico incluya la armonizaci¨®n fiscal, la promoci¨®n del crecimiento econ¨®mico y del empleo de calidad y las pol¨ªticas industriales, energ¨¦ticas, medioambientales, de I+D+i, etc¨¦tera.
M¨¢s Europa es construir los instrumentos necesarios para cambiar el modelo econ¨®mico en torno a dos paradigmas: la econom¨ªa del conocimiento y la econom¨ªa verde (con una "transici¨®n justa"); la productividad y la competitividad saldr¨¢n as¨ª s¨®lidamente reforzadas.
M¨¢s Europa significa afrontar la crisis de las deudas soberanas de forma radicalmente distinta: con eficacia y desde la solidaridad, mediante instrumentos como la emisi¨®n de eurobonos y otros m¨¢s de regulaci¨®n financiera que hagan que los mercados sean gobernados desde el inter¨¦s p¨²blico por los Gobiernos y no al rev¨¦s, como sucede ahora. La creaci¨®n de un impuesto a las transacciones financieras y la erradicaci¨®n de los para¨ªsos fiscales deber¨ªan ser medidas fundamentales de cualquier nueva regulaci¨®n financiera.
M¨¢s Europa significa aumentar los presupuestos de la UE con impuestos y tasas propias. M¨¢s Europa significa necesariamente adoptar pol¨ªticas sociales que preserven y refuercen el modelo social europeo, basado en servicios p¨²blicos y prestaciones sociales de calidad.
Lo que parecen no comprender la mayor¨ªa de los pol¨ªticos europeos, que aplican las pol¨ªticas m¨¢s conservadoras y neoliberales, como si fueran las ¨²nicas posibles, es que deteriorando el pilar social de la UE est¨¢n minando todo el proyecto pol¨ªtico europeo.
M¨¢s Europa significa revitalizar un di¨¢logo social europeo, hoy casi moribundo, empezando sobre el modo de hacer frente a los serios problemas fiscales de los Estados con medidas que permitan salir de la crisis.
El sindicalismo europeo tambi¨¦n considera necesario, por supuesto, reducir los niveles de deuda y d¨¦ficit p¨²blicos: la diferencia estriba en los plazos, los instrumentos y en el reparto social de las cargas que hay que hacer para lograrlo. Es inaceptable que toda la carga recaiga en los trabajadores y las capas sociales de menor renta. A este inaceptable modo de actuar de los responsables pol¨ªticos de la UE es al que, desde nuestras propuestas, el sindicalismo europeo dice rotundamente: as¨ª no.
Ignacio Fern¨¢ndez Toxo es secretario General de CC OO y presidente de la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos.
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