Que empiecen los Juegos
La semana de la moda masculina de Mil¨¢n inicia la carrera de referencias deportivas para el pr¨®ximo verano
La moda ha jugado a menudo a vencer las resistencias masculinas pasando agazapada en la panza del caballo del deporte. Como aquel ni?o al que no le gustan las verduras y hay que escond¨¦rselas bajo un rebozado, la cobertura de atletas ha dado excelentes resultados para que los hombres no notaran el sabor de la moda. ?C¨®mo desperdiciar por tanto la oportunidad que ofrecen los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos? La carrera ha empezado en la semana de la moda de Mil¨¢n, que hasta ayer present¨® las colecciones para primavera-verano 2012.
De todos los que se apuntan a estrechar lazos con la gran cita deportiva, pocos ostentan la legitimidad de Angela Missoni. Sus padres, Ottavio y Rosita, se conocieron cuando ambos acud¨ªan a los anteriores Juegos celebrados en Londres. Y esta bonita coincidencia dio lugar el domingo a una inspirada colecci¨®n de su hija para la casa familiar que surgi¨® de aquel encuentro. En 1948, Ottavio dise?¨® la equipaci¨®n del equipo italiano, del que formaba parte. Esa prenda sirve ahora como punto de partida para trajes que toman del deporte su esencia, pero no sus clich¨¦s.
En esta lucha por podios y medallas, algunos se esfuerzan por saltar la valla de la obviedad. Frida Giannini, por ejemplo, hace referencias a la esgrima y la h¨ªpica en Gucci. Pero hay que buscarlas en los detalles: cuadros pr¨ªncipe de Gales realizados en nailon impermeable o chaquetas de motorista con arneses h¨ªpicos. Los pantalones gastan m¨ªnimos rellenos, un gui?o a los de montar, o tienen suaves pinzas, como los de golf.
El camino contrario sigue Miuccia Prada en su exc¨¦ntrica y divertida revisi¨®n de ese deporte. Tan delirante que el ¨²nico golfista que evoca es a Hunter S. Thompson utilizando el tapete de una ruleta en Las Vegas para hacer un putt. Estampados sacados de una camisa de los ochenta muestran a figuras realizando otras actividades deportivas, como el surf. Pero la cantidad de cristales y apliques -en camisas de cowboy y bolsas de palos- alejan el discurso de la competici¨®n y lo acercan a una ir¨®nica reflexi¨®n sobre la cultura estadounidense.
A no ser que cuenten como deporte las carreras de Mick Jagger sobre el escenario en los a?os sesenta y setenta, tampoco puede incluirse a Sarah Burton entre los defensores de la actividad f¨ªsica. Los rockeros brit¨¢nicos no son la m¨¢s desafiante de las inspiraciones. Pero, en plena resaca del subid¨®n que la casa Alexander McQueen ha vivido con aquel vestido de novia -seguro que ya saben cu¨¢l- y la retrospectiva en Nueva York, ?qui¨¦n puede culpar a Burton de no tener ganas de salir a correr?
Etro usa diminutas raquetas y pelotas de tenis como estampado y Moncler se divierte con tenis y esgrima, pero el premio en este torneo de calentamiento ol¨ªmpico se lo lleva Versace. Su potente colecci¨®n confirma el buen momento de la firma y que Donatella, por fin, abraza sin complejos la herencia est¨¦tica de Gianni. Ha abierto los archivos para vestir a Lady Gaga y para replicar trajes en versi¨®n barata (pr¨®ximamente en 300 tiendas H&M), pero tambi¨¦n para recuperar estampados, piel con tachuelas, grecas romanas y exuberantes colores. Pocos en la moda le han sacado tanto partido a la mitolog¨ªa cl¨¢sica como Gianni Versace. Nos dej¨® un pante¨®n de dioses ol¨ªmpicos de vacaciones en Miami.
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