La mayor¨ªa republicana de EE UU vota contra la intervenci¨®n en Libia
La C¨¢mara de Representantes evita congelar los fondos para la guerra
La mayor¨ªa republicana en la C¨¢mara de Representantes aprob¨® anoche un grave y extraordinario voto de castigo contra la pol¨ªtica exterior de Barack Obama al negarle el apoyo para intervenir en Libia por el supuesto incumplimiento por parte del presidente de la ley que le obliga a solicitar el permiso del Congreso para una acci¨®n militar. Aunque la oposici¨®n no consigui¨® sacar adelante su intenci¨®n de cortar los fondos para esa guerra, esta acci¨®n legislativa ha sido considerada por la Administraci¨®n como un bal¨®n de ox¨ªgeno para el r¨¦gimen de Muamar el Gadafi.
Por 295 contra 123, la C¨¢mara rechaz¨® una propuesta basada en la iniciativa conjunta de los senadores John Kerry, dem¨®crata, y John McCain, republicano, para respaldar al presidente en Libia y autorizarle a continuar la actividad militar por un a?o m¨¢s. Los republicanos, y muchos dem¨®cratas, consideran que Obama no merece ese apoyo por haber actuado de forma unilateral, sin contar con los congresistas.
Muchos congresistas creen que Obama no merece apoyo por actuar por su cuenta
Los dem¨®cratas conf¨ªan en poder paralizar en el Senado la iniciativa
La Casa Blanca juzg¨® de "decepcionante" la actuaci¨®n de la C¨¢mara, que no tendr¨¢ efectos pr¨¢cticos porque seguramente ser¨¢ revertida por el Senado, pero s¨ª tiene gran repercusi¨®n pol¨ªtica y m¨²ltiples consecuencias: muestra la divisi¨®n interna de este pa¨ªs en un asunto importante de su pol¨ªtica exterior, env¨ªa a los amigos y enemigos de EE UU el mensaje de que el presidente est¨¢ en una posici¨®n d¨¦bil en casa y, por ¨²ltimo, anuncia la inclinaci¨®n aislacionista de la mayor¨ªa republicana. Es la primera vez desde 1999 que el Congreso vota contra una guerra decidida por la Casa Blanca.
Los defensores de esta pol¨¦mica propuesta en la C¨¢mara de Representantes han explicado que no pretenden tanto impedir la intervenci¨®n militar en Libia como frenar lo que consideran un abuso de poder de parte de Obama. De acuerdo a las leyes norteamericanas, el presidente tiene que poner fin a la participaci¨®n no autorizada de tropas en "hostilidades" en territorio extranjero a los 60 d¨ªas de haber comunicado su inicio al Congreso. Ese plazo venci¨® el 20 de mayo. Para proseguir desde entonces, Obama hubiera necesitado la aprobaci¨®n parlamentaria. Pero la Casa Blanca ha entendido, y as¨ª se lo comunic¨® por escrito al Congreso, que su implicaci¨®n en Libia no puede ser considerada como "hostilidades", ya que EE UU no participa en los ataques sino que se limita a ofrecer apoyo log¨ªstico y de inteligencia, por lo que no se siente concernida por la ley de Poderes de Guerra de 1973.
Detr¨¢s de este embrollo legal en la que cada lado tiene parte de raz¨®n, se esconde una batalla entre Obama y los republicanos sobre qui¨¦n debe de dirigir la pol¨ªtica exterior de EE UU y de qu¨¦ forma. El presidente no quiere interferencias en una responsabilidad que le corresponde plenamente, y se neg¨® a que el Congreso le pusiera condiciones a su estrategia en Libia. Los republicanos quieren hacer sentir el peso de su mayor¨ªa en la C¨¢mara de Representantes y dejar claro ante los votantes, m¨¢s preocupados por la econom¨ªa que por los problemas de Libia, que ellos no respaldan aventuras como esas, que en el caso libio lleva gastados m¨¢s de 700 millones de d¨®lares.
El resultado de ese enfrentamiento es un choque de competencias institucionales que deja en mal lugar a EE UU y crea divisiones tambi¨¦n entre la opini¨®n p¨²blica norteamericana. Se ha tratado de evitar hasta el ¨²ltimo momento. El jueves, la secretaria se Estado, Hillary Clinton, se reuni¨® con los principales miembros de la C¨¢mara para ofrecerles informaci¨®n y pedirles que no votasen una iniciativa que ser¨ªa interpretada como un respaldo para Gadafi. "La cuesti¨®n de fondo aqu¨ª es la de saber de qu¨¦ lado est¨¢n. ?Est¨¢n del lado de Gadafi o del lado de las aspiraciones del pueblo libio y de la coalici¨®n internacional que ha sido creada para apoyarles?", declar¨®, en t¨¦rminos muy duros, Clinton.
Los congresistas agradecieron el esfuerzo de Clinton pero estimaron que lleg¨® demasiado tarde. Se quejan de que la Casa Blanca los ha despreciado y los ha tratado con arrogancia, y quieren castigar al presidente con un gesto que podr¨ªa llegar a castigar tambi¨¦n a los soldados que participan en la misi¨®n en Libia.
Para evitarlo, los republicanos no se atrevieron ayer a dar el paso, mucho m¨¢s grave a¨²n, de congelar los fondos para la guerra, una medida que hubiera resultado muy impopular. La oposici¨®n se limita as¨ª a debilitar a Obama en su flanco sorprendentemente m¨¢s fuerte, el de la pol¨ªtica exterior. Una reciente encuesta de Bloomberg le daba al presidente un respaldo del 69% en esa materia, 30 puntos m¨¢s que en su pol¨ªtica econ¨®mica.
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